(CNN) – La carta de la víctima de violación de Stanford es posiblemente el escrito sobre abuso sexual más poderoso: una descripción gráfica y emocional de una mujer sobre lo que un hombre le hizo una noche detrás de un basurero en una fiesta de una fraternidad.
No queremos que esto le ocurra a nuestras hijas, pero tristemente, pasa: una de cada cinco mujeres es abusada sexualmente mientras está en la universidad, de acuerdo con el Estudio de Asalto Sexual en el Campus (PDF). También les ocurre a nuestros hijos: uno de cada 16 adolescentes.
Debido a que las estadísticas, sin importar cuán dramáticas sean, a veces fallan en entrar a las mentes de los adolescentes, ¿debemos de pedir a nuestros chicos que lean esta carta de 12 páginas? ¿Puede este impacto emocional ayudar a prevenir que se conviertan en víctimas -o en los perpetradores- de una ataque sexual?
Expertos en el campo del abuso sexual concuerdan en que la carta de la víctima es extremadamente poderosa.
“He estado haciendo este trabajo desde hace siete años, y me conmoví cuando leí esta carta”, dice Laura Palumbo, del Centro Nacional de Recursos sobre Violencia Sexual.
“Este es nuestro trabajo y estamos acostumbrados a escribir sobre drama, pero esta es una carta que inclusive los pone de rodillas”, agregó ShainaBrown, gerente de comunicación y relaciones públicas de la Coalición Contra el Abuso Sexual de California.
Pero esos activistas y expertos están en desacuerdo sobre si tú, como padre, debes sentarte esta noche y pedirle a tu hijo o estudiante de universidad que lea la carta.
Amy Lang, una experta en sexualidad y crianza, dice que los padres deben sentarse y leerla con sus hijos de 14 años o más. Ella dice que lo hará con su hijo de 15 años.
“Realmente refuerza el nuevo modelo de consenso”, dice Lang, que fundó la compañía Birds + Bees + Kids para enseñar a los padres cómo hablar con sus hijos sobre el sexo. “Realmente deja en claro que si tu pareja no puede decir “si”, entonces no deberías tener sexo de ningún tipo. Esa es la regla”.
Pero Palumbo está en desacuerdo con que la carta sea la mejor forma para educar a jóvenes.
“Tendría preocupaciones y vacilaciones, porque esta es una carta muy intensa y cruda”, dice. “No se si iría directamente, con solo saber qué tan difícil fue para mi leerla”.
Palumno recomendó, en cambio, que se hable con los hijos sobre temas relacionados al incidente, que muchos jóvenes ya habrán leído en redes sociales.
Por otro lado, Scott Berkowitz, presidente de la Red Nacional sobre Violación, Abuso e Incesto, dice que leer la carta de hecho daría una lección valiosa a los jóvenes.
“Mi sentido general es que la mayoría de las personas en edad universitaria realmente se conectarían con ella y sentirían un vínculo con la mujer que la escribió”, dijo. “Es dura de leer, y es emocional, pero no creo que esas sean malas cosas”.
Ella dice que los hombres jóvenes, en particular, se podrían beneficiar de leer toda las 12 páginas y no solo hablar del incidente.
“La carta hace algo que es muy difícil que los padres hagan, que es causar una sensación de empatía, algo que probablemente no es muy común en jóvenes de 16 años”, dice. “Es muy difícil de sacar esa emoción sin tener algo que mostrarles como esta carta”.
Él agregó que los padres saben qué es lo mejor para sus hijos y que pueden tomar sus propias decisiones sobre si leer la carga es lo mejor para educarlos.
Inclusive hablar del caso podría ser positivo. Este deja en claro que cualquiera de nosotros tiene el poder de ayudar a otros, tal como lo hicieron los dos estudiantes de Stanford que persiguieron a Brock Turner, el hombre que violó a la joven.