China es uno de los países más afectados.

(CNNMoney) – Las emanaciones tóxicas no sólo son malas para los pulmones humanos y el medio ambiente, es terrible para la economía global, según un nuevo informe.

La contaminación del aire podría costarle al mundo la escandalosa cantidad de 2,6 billones de dólares al año, o el 1% del PIB mundial, para el año 2060, según el estudio realizado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico. Los costos son el resultado de los días de enfermedad, gastos médicos y la reducción de la producción agrícola.

Países como China, Rusia y la India, que ya están luchando con una grave contaminación, serán golpeados especialmente fuertes.

Además, la contaminación podría ser la causa de 9 millones de muertes prematuras para 2060. Los costos de salud asociados con esta causa aumentarán a 25 billones de dólares durante el mismo período. La cantidad para pagar por el dolor y el sufrimiento de la enfermedad - por ejemplo, los ingresos hospitalarios - se estima que llegará a 2,2 billones.

“Las posibles consecuencias económicas de la contaminación tanto en el mercado y no son muy significativa”, dice el informe, que recomienda políticas para reducir las emisiones contaminantes.

El estudio de centró en los efectos de la contaminación en el aire específicamente porque se espera que empeore en las próximas décadas.

El mayor número de muertes prematura relacionadas con la polución del aire están en China y la India, que están entre los países más contaminados del mundo. En diciembre pasado, funcionarios de la ciudad de Beijing emitieron su más alta advertencia de contaminación por primera vez, una decisión que prácticamente cerró la ciudad y dañó a las empresas locales.

El informe exige políticas locales para tratar de abordar el problema.

“No hay una talla única para todos, ni una receta para reducir el impacto de la contaminación del aire, ya que hay grandes diferencias entre los países en términos de contaminantes predominantes y las fuentes”, indicó.

Las políticas que sugiere incluyen incentivos para tecnologías más limpias, y normas más estrictas para la calidad del aire, las emisiones de automóviles y los estándares de calidad del combustible.