Los últimos siete días han sido de horror para el condado de Orange en la Florida: un terrorista mató a 49 personas en un club homosexual; un caimán mató a un niño de dos años en un hotel de Disney, y a la cantante Christina Grimmie, un hombre la asesinó en público antes de pegarse un tiro.
La masacre terrorista ha provocado en los políticos variadas reacciones. Mientras Donald Trump subraya el terrorismo islámico; Barack Obama y Hillary Clinton hacen énfasis en el control de armas.
Trump incluso llegó a hacer serias insinuaciones contra la integridad del presidente Obama por su rechazo a utilizar la denominación “extremismo islámico”.
Pero, la contradicción más candente es la del presidente Obama y su director en la CIA John Brennan. El presidente ha insistido en que el terrorismo islámico esta en retirada, pero esta semana, Brennan fue contundente ante el congreso: ISIS sigue siendo tan peligrosa como siempre, y ahora “tiene capacidad y alcance global”
Lo que era el aislado terrorismo de al Qaeda antes del once de setiembre, ha devenido con ISIS en una fuerza que ha cambiado el mapa. Pocos lo mencionan, pero no es menos cierto: la administración de Obama es de alguna manera responsable, junto a la de George W Bush, de la desestabilización en el mundo árabe que provocó la muerte de cientos de miles y dio un potente caldo de cultivo al terrorismo.
Bush, junto a Cheney con su infundada invasión a Iraq, y Obama junto a Hillary Clinton, por ponerse a ensayar con la “Primavera Árabe” principalmente en Libia, Egipto y Siria. Todos ellos dirán que buscaban la democracia para el mundo árabe, y tal vez era verdad, pero el claro resultado, hasta ahora, no ha sido otra cosa que caos, genocidio y terrorismo mundial. Y no lo debemos dudar, presidente Obama, ISIS no es un grupo de aficionados y para Estados Unidos, el peligro es cada vez mayor.