(CNN) – Es un sector que genera miles de millones de dólares, pero el mercado de la ropa deportiva ha quedado en evidencia durante un importante partido de fútbol.
Ante la falta de goles en el partido entre Suiza y Francia del Grupo A de la Eurocopa, expertos de la televisión y usuarios de redes sociales se han dedicado a discutir sobre el otro saldo del partido: un balón rasgado y cuatro camisetas rotas, en lo que ya se ha denominado “shirtgate”.
El suizo Granit Zhaka, nuevo centrocampista del Arsenal, tuvo que cambiar su camisa dos veces durante el partido en Lille, mientras que otros duelos también dejaron a Bréel Embolo y a Admir Mehmedi con rasgaduras en su uniforme de PUMA.
“Espero que PUMA no fabrique condones”, bromeó el extremo de Suiza, Zherdan Shaquiri, en una entrevista con el periódico suizo Blick.
PUMA, que es el tercer mayor proveedor de uniformes del torneo después de Nike y Adidas, dijo que en sus análisis de las camisetas suizas había detectado en un lote de material “hilos que habían sido dañados durante el proceso de producción, lo que lleva a un debilitamiento en la prenda final”.
“Esto puede suceder, si la combinación de calor, presión y tiempo no está debidamente controlada en el proceso de fabricación”, añade el comunicado de PUMA.
PUMA añadió que había comprobado el inventario de todas las camisetas de los equipos que viste en la Eurocopa 2016 y se mostró confiada en que “un desafortunado incidente de este tipo no vuelva a suceder”.
“Deflategate”
Adidas no salió indemne del alboroto del domingo. Cuando el suizo Valon Behrami abordó al delantero francés Antoine Griezmann en la segunda mitad, sus tacos perforaron e inmediatamente desinflaron el balón oficial de la Eurocopa, de 160 dólares.
Un portavoz de Adidas, dijo a CNN que la compañía está “investigando qué pasó”. “Cabe señalar que los incidentes de esta naturaleza son extremadamente raros”, agregó.
Los uniformes y patrocinios son un gran negocio para las principales marcas deportivas.
Adidas es el primer proveedor de la Euro desde 1996, y como uno de los patrocinadores principales del torneo, tiene los derechos para crear y comercializar los balones de fútbol oficiales.
Impulsadas por su patrocinio en la Euro 2016 y en la Copa América, la marca deportiva alemana predice que sus ventas llegarán a un récord de 2,8 millones de dólares (2,5 millones de euros) en 2016.
PUMA ha quedado históricamente detrás de los dos grandes en la batalla de las marcas de fútbol, pero en 2014 firmó un acuerdo de 160 millones de libras por cinco años con el Arsenal, el mayor de la historia del fútbol.