(CNN Español) – Al panel más importante de la séptima edición de la Cumbre Global de Emprendedores 2016 que se celebró en Silicon Valley desde el 22 al 24 de junio invitaron a tres jóvenes emprendedores: Mai Medhat, de Egipto; Jean Bosco Nzeyimana, de Ruanda; y Mariana Costa Checa, de Perú.
La conversación moderada por el presidente de Estados Unidos Barack Obama y en la que también participó el CEO de Facebook Mark Zuckerberg destacó los mejores emprendimientos en términos de uso de tecnología e impacto social.
El trabajo de la peruana fue aplaudido en la cumbre tanto por Obama como por Zuckerberg, quienes expresaron su admiración por los logros de su empresa emergente.
Laboratoria es un proyecto de emprendimiento social que les permite a las mujeres de bajos ingresos y sin educación superior formarse en el sector digital. Las forman como desarrolladoras web y les brindan acompañamiento para que se ubiquen laboralmente.
“Tienes un éxito extraordinario en lo que haces”, le dijo Obama a Costa, señalando que el 70% de las mujeres que entraron al programa ya tienen empleo.
“Es maravilloso”, añadió el presidente.
“Para mí se trata de cambiar las cosas, no de crear compañías”, dijo Zuckerberg. “Los empresarios más exitosos que he conocido se preocupan por su misión y por el cambio que intentan crear”.
Según explica Costa, emprendió Laboratoria pues al momento de buscar desarrolladores web en el Perú se dio cuenta que la oferta era muy baja.
“Cuando los encontrábamos y hacíamos equipo, era el típico grupo masculino. Dijimos, ‘algo está pasando, algo tenemos que hacer’”, le relató a CNN en Español.
Laboratoria busca mujeres entre los 18 y los 30 años, de bajos recursos y que no hayan tenido acceso a educación superior. Las capacitan durante un poco más de cinco meses y luego las ayudan a ubicarse laboralmente.
“Nos enfocamos en jóvenes que no han tenido acceso a educación, que no la han terminado o que no han podido ubicarse laboralmente y las capacitamos en el campo de la tecnología, les enseñamos varios lenguajes de programación. Estudian de lunes a viernes y aprenden a ser las mejores desarrolladoras web que pueden ser. Al final las conectamos con las empresas que necesitan desarrolladores. Una vez que empiezan a trabajar continúan formándose con nosotros pero en modalidad online”, añade Costa.
¿Por qué mujeres?
Costa, fundadora de Laboratoria, dice que hay muy poca diversidad de género en este campo a nivel mundial. “Hay que tener diversidad, es un elemento fundamental para la innovación, además la tecnología es un campo de acción muy grande y es consumida por hombres y mujeres por igual, por lo que no tiene sentido que sólo los hombres sean los que la desarrollen”.
Añade que también escogieron mujeres, de contextos socioeconómicos bajos, porque ellas “están en una desventaja mayor y este es un programa que empodera a las mujeres, les permite tener un trabajo digno, tener buenos ingresos. Esto les permite libertad, construir el futuro que quieran para ellas mismas. Además, la mujer tienen a invertir mucho más en su familia, su comunidad y su entorno. Es una forma de resolver una problemática social”.
Como en la ciencia, en la tecnología hay cierto estereotipo hacia las mujeres de que no se desempeñan bien en el campo.
“Hemos tenido todo tipo de obstáculos, como en cualquier start-up, pero nunca algo así. Todas las chicas que pasan por Laboratoria se enamoran de lo que hacen, les encanta, se empoderan aprendiendo algo que parece tan difícil. Es una habilidad muy valiosa que en poco tiempo muestra resultados”, dice Costa.
Más de 200 chicas se han graduado del programa y según Costa hay muchas historias de éxito. Tres de sus estudiantes están haciendo una pasantía en Washington en el Banco Interamericano de Desarrollo, lo que para ellas es una oportunidad única y la primera vez que viajaban fuera del país.
Labortoria actualmente funciona en Chile, México y Perú. “Queremos seguir transformando las vidas de estas chicas usando el código”, afirma Costa.
Hasta el momento sus desarrolladoras empleadas han multiplicado sus ingresos 2,5 veces, según cifras de emprendimiento.