La Torre Trump sigue sin adjudicar presupuestos específicos para los directores de campaña en estados competitivos,

CLEVELAND (CNN) – Mientras el momento de Donald Trump llega durante la convención, entre los delegados republicanos de los estados más disputados hay preocupación por la falta de una estrategia de campaña que sea capaz de competir con el Ejército virtual que Hillary Clinton utilizará para buscar el voto.

Sus temores: una campaña sin personal en el terreno y bajo ataque en los medios mediante formas que los republicanos de estados reñidos no han visto en la era moderna.

Pero el equipo político de Donald Trump dijo a CNN que está preparando para agosto un  gran empuje en los estados con mayor disputa, lo cual le dará músculo a su equipo de campaña y preparará el campo de trabajo para una sofisticada operación muy selectiva este invierno.

Aunque el Comité Nacional Republicano ha batallado durante la mayor parte del último mes para completar las listas de personal para las operaciones de Trump, la campaña compartió este lunes una lista de 13 directores y asesores para estados que serán reñidos, incluyendo estados muy complicados para los republicanos como Michigan y Maine.

“Estamos en el punto en que podemos apretar el botón”, dijo un estratega de Trump que habló ‘off the record’ para discutir las deliberaciones internas. Debido al entusiasmo de los simpatizantes de Trump esto es como “dirigir la manguera contra incendios”.

El equipo ha identificado más de cuatro millones de votantes registrados a nivel nacional que se cree que tienen una alta probabilidad de apoyar a Trump, pero son menos propensos, y ellos se están preparando para intentar ganarse esos votos.

La campaña de Trump sabe que tiene un gran trabajo por hacer con las votantes casadas entre los 35 y los 54 años de edad, que tienen preocupaciones sobre el temperamento del multimillonario. Se planea expandir el alcance hacia esas votantes al ir más allá de los grandes mitines, y poniendo a Trump en un ambiente más íntimo en los próximos meses como en asambleas donde puede abordar las preocupaciones más directamente. Los asesores de Trump creen que muchos de esos votantes, en particular las mujeres independientes, que tienen problemas con su temperamento, quizá si concuerden en otros temas como el comercio, el empleo, la economía y la educación. Están planeando un enfoque más directo en esos asuntos en los próximos eventos pequeños.

La pregunta, sin embargo, debido al tardío comienzo en la recaudación de fondos por parte de Trump y el limitado efecto en mano, es sobre si la campaña tendrá los recursos para crear un terreno de juego con Clinton y compensar las oportunidades que perdieron durante la explosiva e histórica primaria republicana.

Hasta ahora la campaña de Trump ha dependido en gran medida en el Partido Republicano no solo para liderar el impulso en identificar y contactar a votantes, sino también para dirigir la recaudación conjunta de fondos e inclusive ayudar con las tareas básicas como programación e informes sobre política, asuntos que normalmente están bajo el punto de vista exclusivo de la campaña presidencial.

“Todos los días tienes mucha luz de día y muchas horas de trabajo”, dice Scott Jennings, una exayudante de George W. Bush que dirigió las operaciones de Mitt Romney en Ohio en 2012. “Obviamente todas esas cosas son exacerbadas. Los niveles de personal son menores. Los niveles de medios pagados son menores. Levantas con menos cosas y gente y eso es doloroso”.

La campaña de Trump insiste en que no está atrasada, apuntando a decenas de millones de dólares que Clinton ha gastado en publicidad solo para terminar cerca de él en Ohio, Pensilvania y Florida.

Trump previamente ha desdeñado la maquinaria de campaña tradicional, al calificarla como un gasto innecesario de dinero. Debido a su habilidad de alcanzar a millones de personas con un simple tuit, por ejemplo, él ha indicado que el terreno tradicional y los datos y las operaciones analíticas no serán clave para ganar la elección de noviembre.

Debido a esa filosofía, un alto asesor político de Trump dice que su equipo de campaña nunca tendrá las mismas bases que las de Clinton, o inclusive las de Barack Obama o Mitt Romney en 2012. Pero el personal de Trump todavía cree que puede ganar con una estructura más aerodinámica.

“Tenemos la habilidad de poder movernos de manera agil. (La campaña) ha sido clara y directa… no vamos a arruinar esa cultura”, dijo Jim Murphy, director de política nacional de Trump.

Todavía en conversaciones con más de una docena de operadores políticos republicanos, presidentes de partidos estatales y proveedores del Partido Republicano en todo el país, muchos dicen que estuvieron alarmados por cuán alejada está la campaña de Trump de estar lista para convertir la enorme energía de sus simpatizantes en bases sólidas de organización.

Los voluntarios políticos y activistas van de puerta en puerta en algunos estados clave que inclusive no han tenido a la mano las propuestas de Trump para entregarlas a votantes indecisos.

La Torre Trump todavía tiene que adjudicar presupuestos específicos para los directores de campaña en estados competitivos, dijo un funcionario de la campaña de Trump.

Eso ha demorado la habilidad del partido en construir una maquinaria para organizar las bases que también empareje a los simpatizantes de Trump con los activistas que el Comité Nacional Republicano ha enlistado durante los últimos años.

“No hay redundancia en política”, dice Rob Gleason, presidente del Partido Republicano en Pensilvania, y miembro del equipo financiero de Trump. “Nunca hay demasiada publicidad, nunca hay demasiadas llamadas telefónicas, demasiadas visitas casa por casa. Nunca hay demasiado. Espero que la gente esté animada los siguientes seis meses”.

Gleason dice que compartió esa recomendación con Trump alrededor de hace un mes. La respuesta de Trump, dijo Gleason, fue: “pero tengo miles de millones de dólares en publicidad gratuita”.

Varios presidentes estatales dicen que están desconcertados por la incapacidad de obtener los componentes más básicos para la campaña, como los letreros. Las explicaciones la semana pasada variaron de demoras en la impresión a la idea de que la campaña debía esperar a realizar una impresión completa hasta que Trump eligiera a su compañero de fórmula.

Aunque la campaña de Trump planea compartir todos sus datos con el partido, un logro para el presidente del partido Reince Briebus, los operadores republicanos en los estados dicen que hay poca evidencia de que la campaña de Trump haya estado usando datos de las primarias para regresar con las personas que fueron a los mítines y empujarlos al aparato del partido como potenciales voluntarios.

Rumbo a la convención de esta semana, han habido signos de progreso. La campaña de Trump anunció el nombramiento de un director de respuesta rápida (una posición que existió en virtualmente todas las campañas de las primarias). También se contrató a un director sustituto que puede ayudar a amplificar el mensaje del candidato, en vez de depender en los simpatizantes de Trump que aparecen en televisión en su nombre, pero que a veces parecen estar fuera del ciclo de la estrategia diaria,

El nombramiento oficial de los 13 directores y asesores en estados competitivos en una señal de que las dificultades de campaña de Trump para reclutar y contratar personal están comenzando a desvanecerse ahora bajo una operación política más aerodinámica de parte de Jim Murphy y Paul Manafort.