(CNN Español) – El 4 de julio de 1991 la vida de Blanca Vega dio un giro.
Una cirugía que tardó poco más de cuatro horas fue para ella como renacer. El cansancio, los ahogos, el dolor, quedaron atrás con un nuevo corazón que sustituyó el suyo.
Desde entonces Blanca, la primera mujer centroamericana en recibir un trasplante de corazón, celebra dos veces su cumpleaños, la fecha en que nació y el día en que le practicaron la operación. Sonriente, sigue al pie de la letra todas las recomendaciones de los médicos que la consideran un ejemplo de fe y de disciplina.
Un problema en la rodilla la obliga a caminar lentamente en estos días, lo que según ella contrasta con el ritmo de su corazón, fuerte y sin alteraciones. En Costa Rica, es la segunda persona en someterse al procedimiento, después de la cirugía practicada el 8 de marzo de 1991 a Juan Rueda, quien murió 18 meses después.
¿Cuál es el secreto?
En Pocora, una humilde comunidad de la zona del Caribe de Costa Rica, Blanca celebra cada día de su vida y sobre todo, los 25 años que cumple con el nuevo corazón, ella ya casi tiene 64.
Desde ahí comparte su secreto: “No dejar el medicamento y estar tranquila, dejar pasar todo porque para qué llenarse de problemas”, dice.
Blanca se encarga de todas las tareas de la casa y saca tiempo para sus cultivos de papaya y piña y para su pasatiempo favorito, pescar.
También se emociona con las visitas, como la del médico Rodrigo Gutiérrez, quien llegó con CNN hasta su casa.
Él es parte del equipo que realizó el trasplante. Gutiérrez recuerda que era la única esperanza de mantenerla con vida, porque tanto el corazón como las arterias coronarias estaban muy afectadas. “Su corazón estaba tan dañado que Blanca, podríamos decir, hubiera tal vez vivido un mes más”, expresó Gutiérrez.
Con espíritu de vencedora
El corazón de un joven fallecido a los 17 años late en el cuerpo de Blanca, que sin quejas toma 18 medicamentos al día. Gutiérrez agregó que no está claro qué tipo de corazón es el que va a reaccionar mejor, pero que en Blanca la voluntad, las ganas de vivir y la disciplina han sido determinantes. “Su espíritu es el de una luchadora y una vencedora”, destacó.
Blanca nunca falta a sus citas en el Hospital México, parte del sistema de seguridad social pública de Costa Rica, donde se realizó la operación.
Con su familia, como llama Blanca al personal médico, sopló las velas que recuerdan los 25 años de supervivencia y de un procedimiento catalogado de hazaña médica en Centroamérica. Para Manuel Alvarado, cirujano cardiovascular y también parte del equipo que practicó el trasplante, la operación los hizo estudiar previamente por muchas horas y fortalecer la cirugía experimental.
De ese momento, Blanca tiene como recuerdo una cadena con un pequeño corazón que le regaló el médico que lideró la cirugía, Longino Soto, quien ya murió. Blanca dice que no se la quita porque representa a todo el personal, que hasta el día de hoy la apoya con mucha dedicación para alargar su vida.
Activa, pero sin sobresaltos, Blanca agradece a Dios y a los médicos que la atendieron por la vida que ha logrado llevar, y espera cumplir muchos años más con buena salud.