(CNN) – Abusos y golpes a los soldados detenidos, algunos de los cuales estuvieron sin alimentos ni agua -ni acceso a un abogado- durante días. Estas son las sombrías condiciones que enfrenan muchos de los miles de detenidos en Turquía como consecuencia del reciente golpe fallido, según relataron testigos a Amnistía Internacional.
Los detenidos fueron torturados en centros de detención oficiales y no oficiales en Estambul y Ankara desde el intento de golpe por parte de militares de Turquía el pasado 15 de julio, informó esta semana Amnistía Internacional.
El grupo de defensa de los derechos humanos cita entrevistas con abogados de los detenidos, médicos y una persona que estaba de servicio en uno de los centros en Ankara.
“Los sombríos detalles que hemos documentado son solo una instantánea de los abusos que podrían estar sucediendo en los lugares de detención”, dijo John Dalhuisen, director de Amnistía Internacional Europa, en un comunicado el domingo.
El ministro de Justicia turco, Bekir Bozdag, negó las acusaciones, acusando a las fuentes de Amnistía de mentir y ser parte del movimiento detrás del intento de golpe.
Más de 10.000 personas fueron detenidas, dijo Amnistía Internacional. Más de 9.000 son soldados, aunque 1.200 miembros del ejército fueron liberados, según el gobierno.
Estas son algunas de las alegaciones, según Amnistía Internacional:
Las violaciones y palizas
• Muchos de los detenidos se mantienen en las centros de detención informales, tales como una sala de deportes en la jefatura de policía de Ankara y algunos establos del club de equitación en la capital.
• Los detenidos dicen que vieron a agentes de policía abusando sexualmente de oficiales militares de alto rango, según dos abogados en Ankara.
• Una persona que había estado de guardia en la jefatura de policía de Ankara afirmó haber visto a un detenido golpeado brutalmente hasta perder el conocimiento. “Que muera. Diremos que vino a muerto”, citó el testigo a un médico de la policía.
• Hasta 800 soldados varones fueron recluidos en el pabellón de deportes de la sede de la policía de Ankara, dijo una fuente, y al menos 300 mostraban signos de haber sido golpeados, con moretones, cortes o fracturas de huesos, según la fuente.
• Los detenidos fueron llevados ante los fiscales para ser interrogados con sus camisas cubiertas de sangre, dijeron los abogados.
Posiciones de estrés y la privación de alimentos
• Muchos de los detenidos fueron esposados a la espalda con bridas de plástico y obligados a ponerse de rodillas durante horas, dijeron los entrevistados.
• Los detenidos alegaron que la policía les privó de alimentos durante un máximo de tres días y de agua por un máximo de dos días, según los entrevistados.
“Violaciones graves del derecho a un juicio justo”
• Más de 10 abogados fueron entrevistados, afirmando que la mayoría de sus clientes estaban detenidos desde al menos cuatro días antes de ser acusados. En la mayoría de los casos, habían sido detenidos sin poder hablar con familiares o abogados antes de sus audiencias.
• En la mayoría de los casos, ni los clientes ni sus abogados fueron informados de cargos específicos, dijeron los abogados.
• “Estas son graves violaciones del derecho a un juicio justo consagrado tanto en la legislación nacional de Turquía como en el derecho internacional”, dijo Dalhuisen.
Llamado a observadores independientes
Amnistía Internacional dijo que quería que el Comité Europeo para la Prevención de la Tortura enviara a Turquía a observadores a verificar las condiciones de los detenidos.
Bozdag, el ministro de Justicia de Turquía, dijo que “ningún individuo fue torturado o maltratado durante o después de su detención.”
“Las acusaciones de tortura y malos tratos no tienen fundamento”, dijo, culpando a los partidarios del clérigo Fethullah Gulen, a quien el presidente Recep Tayyip Erdogan ha acusado de orquestar el levantamiento.
Las detenciones masivas no fueron la única respuesta del gobierno a la revuelta.
Bajo un nuevo decreto presidencial tras el intento de golpe, los sospechosos pueden ser detenidos por hasta 30 días sin cargos, y el gobierno puede escuchar todas las conversaciones que tienen con sus abogados.
Se declaró un estado de emergencia durante tres meses, que otorga a Erdogan amplios poderes para aplicar las medidas de detención.
Además de las detenciones, el gobierno de Turquía ha puesto en marcha una purga radical en las instituciones, mediante las que al menos 50.000 personas, entre ellos jueces, profesores y periodistas, fueron apartados de sus cargos.