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(CNN) – Los soldados estadounidenses en el campo de batalla algún día podrían depender de las telarañas para salvar sus vidas.

El ejército ahora opera en algunos de los lugares más calientes en el mundo - Bagdad puede alcanzar los 50 grados en verano - y su armadura actual puede llegar a pesar 13 o más kilos e incluye Kevlar tejido y placas de cerámica.

Un poco de alivio podría estar en camino.

El Ejército está explorando si los materiales que usan las arañas para hacer sus telas podrían usarse para reemplazar el Kevlar y proporcionar equipo de protección más ligero, más fuerte y más cómodo.

“La madre naturaleza ha creado y optimizado muchos materiales extraordinarios”, dijo Debi Dawson, portavoz de la Oficina Ejecutiva Soldado Programa del Ejército, el organismo responsable de impulsar las capacidades del servicio.

La seda de araña “podría tener la combinación ideal de alta resistencia y biocompatibilidad que ninguna otra fibra sintética o artificial podría alcanzar”.

Por tal motivo su oficina otorgó un contrato de 99.962 dólares a mediados de julio con el fin de producir pruebas para ver qué tal funciona el material en el campo.

La seda de araña es “uno de los materiales más resistentes conocidos por el hombre”, según Jon Rice, el jefe de operaciones de la empresa Kraig Biocraft que recibió el contrato.

Rice dijo que era “casi tan fuerte como el Kevlar y alrededor de 10 veces más flexible”.

La seda de araña es también más ligera que el Kevlar, una fibra sintética desarrollada por primera vez en la década de 1960 y en la actualidad se utiliza en los neumáticos y equipos de protección, como cascos y chalecos tácticos.

Puesto que las misiones de contrainsurgencia y entrenamiento de hoy en día requieren a menudo que los soldados estén fuera de sus vehículos y bases, participando con las poblaciones locales y las fuerzas de a pie, la movilidad es particularmente importante.

Hace unos seis años Kraig Biocraft pudo crear gusanos de seda genéticamente modificados para producir seda de araña, lo que según Rice permitió a la empresa producir el material de una manera económica.

El proceso combina la fuerza de la seda de araña con la capacidad de producción en masa de los gusanos de seda que producen seda tradicional.

Rice agregó que la idea de utilizar la tecnología para aplicaciones militares llegó desde el principio en el proceso de desarrollo.

Dijo que tuvo la oportunidad de acompañar a los soldados durante un ejercicio de entrenamiento en Tailandia. Después de probar su armadura en los más de 40 grados de calor se dio cuenta lo pesado que era.

“Soy un apasionado de mantener a estos chicos a salvo”, dijo.

El Ejército señaló que el proyecto está todavía en sus etapas más tempranas de exploración pero dijo que la investigación podría tener un impacto importante en el camino.