(CNN) – El fotógrafo francés Raphael Olivier está en la búsqueda constante de historias visuales y viaja largas distancias para encontrarlas.
En el pasado, Olivier ha explorado la desordenada y densa selva urbana en Chongqing, China, así como la necesidad constante del país para construir, que resulta, en ocasiones en ciudades fantasmas desérticas.
Pero en julio, el francés apuntó su objetivo a otro país. Visitó Corea del Norte en un tour arquitectónico organizado por la empresa con sede en Beijing, Koryo Tours.
Aunque el itinerario incluía los monumentos nacionales y edificaciones militares, también estaban lugares menos conocidos, no muy auspiciados en la televisión local: una pista de patinaje, un cine, un boliche y un sauna.
Olivier le contó a CNN Estilo qué es lo que le “sedujo” de Pyongyang, desde los azulejos de un vestuario hasta el concreto homogéneo de la ciudad.
¿Cuáles son los desafíos de la fotografía arquitectónica? y, ¿qué hace que una foto de un edificio sea débil y a la vez fuerte?
Este tema es amplio. Podría hablar de esto durante mucho tiempo. Es similar a un retrato. Puedes fotografiar a una persona guapa, pero puede ser un retrato malo porque no hay carga emocional. Al contrario, si fotografías a una persona poco agraciada, pero que tiene algo en los ojos o su postura… podría ser considerado un buen retrato.
Con la arquitectura es lo mismo. Es un juego de seducción entre el fotógrafo y el sujeto. Si el fotógrafo se siente seducido por lo que ve, entonces hay una carga emocional. Factores como la luz, los ángulos y el lente también juegan un papel importante en la fotografía arquitectónica. Todo depende de qué está sintiendo el fotógrafo en frente de la estructura.
¿Qué te sedujo de la arquitectura de Pyongyang?
Nunca me he sentido tan impresionado como lo he estado en frente de los edificios y espacios (de Corea del Norte). Es especial. No hay publicidad, espectaculares, cafeterias, cosas… no hay nada que te distraiga de las estructuras. Todo es una (estructura) masiva de concreto que irradia una fuerte energía.
También, la planeación de la ciudad es única. Todo es tan simétrico y bien planeado. Esto, junto a las estructuras y la armonía del color… es difícil explicarle a alguien que no ha estado ahí. Pero he tratado de capturar algunas de estas escenas en mis fotografías.
¿Hay algo que te sorprendió de Pyongyang?
No era mi primera vez en Pyongyang, así que tenía una idea del diseño y de las primeras impresiones de la ciudad. Pero creo que es difícil capturar toda la atmósfera, los pequeños detalles, los sonidos, la gente. Es radicalmente diferente y especial.
Me encantaría grabar cuando regrese. Solo para capturar la misteriosa y melancólica música que suena en las calles. Puedes escucharla en toda la ciudad. Tus sentidos están en otro plano y creo que es difícil trasladar eso a imágenes. El sonido contribuye a cómo la gente percibe los espacios a su alrededor.
¿Qué otra cosa te llamó la atención de la arquitectura norcoreana que no hayas visto en ningún otro lugar?
Cuando vas a cualquier ciudad postsoviética ves elementos antiguos, diseños redondeados, estilos retro-futurísticos, el uso de concreto y acero. Puedes ver esos elementos en Moscú, Europa del este y Asia central, pero están aislados o se han perdido en la arquitectura más moderna.
Corea del Norte es un océano de este tipo de arquitectura. Hay solo inmensas estructuras de concreto con diseños raros. Las pintan con colores pastel como verdes, amarillos, rojos y rosados. No tienen la tecnología para hacer otro tipo de edificios así que todo es concreto, inclusive la pirámide (Hotel Ryugyong).
Tener una ciudad con solo eso la hace más impresionante porque hay muchos elementos similares. No hay nada que rompa el molde. No hay ninguna alternativa.
Hay una ausencia de personas en tus fotografías. ¿Fue intencional?
No es una ciudad muy ocupada. No hay mucho tráfico, tampoco actividades al aire libre o muchos espacios libres que se usen a diario. Es bastante tranquila.
También, los lugares que visitamos fueron edificios, avenidas y calles específicas. Yo componía (la fotografía) de tal manera para que el edificio se quedara puro. Algunas veces incluía a gente, para dar una especie de escala y un poco de dinamismo a las imágenes.
Pero, visualmente, me gusta este estilo de tener imágenes desérticas y enfocarme más en el espacio.
Visitaste la ciudad como parte de un tour. ¿Las limitaciones de tiempo afectaron tus fotografías?
Fue definitivamente más apresurado que otros proyectos. El grupo era pequeño y relajado, solo cuatro personas. Teníamos de 15 minutos a media hora por lugar (que visitábamos).
Me hubiese gustado explorar más lugares. No hay tiempo para fotografiar con trípodes. No hubiese podido tomar fotos con una cámara (análoga), esto fue como una sesión de fotos instantáneas.
En tus proyectos personales, ¿por qué te atraen tanto las locaciones remotas?
Cuando trabajas en proyectos comerciales por seis meses, necesitas despejarte. Así que viajo.
Para mí, me impresionan más este tipo de lugares. Siempre voy a buscar los lugares visualmente únicos, con una vibra especial. Lugares en los que puedas pararte y decir ‘wow, esto es impresionante, ¿qué es lo que estoy viendo?’.