(CNN Español) – Michel Temer asumió la presidencia de Brasil hasta el 31 de diciembre de 2018 tras la destitución de Dilma Rousseff.
Temer, quien ocupaba la presidencia interina desde que la ahora exmandataria fue temporalmente apartada de sus funciones, la reemplazará hasta las elecciones generales de 2018.
El nuevo y no muy popular presidente asumió el poder decidido a dar un timonazo a las políticas de un país en crisis
Al asumir el cargo, Temer propuso un diálogo entre todos los sectores politicos del país.
Quién es Temer
De ascendencia libanesa, Michel Temer fue el segundo a bordo de la presidencia de Brasil desde que Dilma Rousseff llegó al poder en 2010, acompañándola en la fórmula nuevamente en 2014.
Tiene una amplia experiencia política producto de sus 24 años como miembro de la cámara de diputados y la presidencia, por más de una década, del Partido del Movimiento Democrático Brasileño, PMDB, al cual pertenece desde 1981 y que representa en la actualidad el partido con mayor penetración nacional.
A comienzos de abril, una semana después de que el PMDB rompiera su alianza con el Gobierno Nacional, temer anunció que se apartaba temporalmente de la presidencia del partido, una movida que los analistas consideraron estratégica para permitirle al PMDB mayor capacidad de maniobra política sin la visibilidad del entonces vicepresidente de por medio.
Abogado de profesión, ha ejercido la docencia y escrito libros sobre derecho constitucional. En 2013 publicó su primer libro de poesía, Intimidad anónima.
Quienes le han tratado resaltan su discreción, que le ha llevado a mantenerse en gran medida tras bastidores. Para algunos incluso, ha pasado desapercibido. De hecho él mismo lo resintió en una carta enviada a la Presidenta en diciembre, que a las pocas horas se filtró a la prensa. Reiterando su lealtad a lo largo de cinco años, le reclamó haber perdido protagonismo político y haberse convertido en un vicepresidente decorativo.
Aseguró también estar consciente de que la desconfianza de Rousseff hacia él y su entorno no desaparecería.
Desde entonces, Rousseff señala a quien consideró su gran aliado como uno de los cabecillas de un complot que buscaría su defenestración, acusación que Temer ha negado.
Una vez el Senado de Brasil decidió avanzar con el juicio político contra Rousseff y apartarla temporalmente del poder, horas después ese mismo 12 de mayo, Temer asumió interinamente la Presidencia, como manda la constitución brasileña.
Pero también enfrenta pedidos de juicio político por el mismo caso de maquillaje fiscal por el que se juzgó a Rousseff. Le señalan como corresponsable, aunque él alega que no tuvo responsabilidad en las presuntas irregularidades.
Uno de esos pedidos ya fue aceptado por el Congreso, que sin embargo aun no ha iniciado el trámite.
El Tribunal Superior Electoral también analiza otra denuncia, esta vez relacionada con la campaña electoral de Rousseff en 2014. Se busca impugnar los resultados de esos comicios bajo el alegato de presunto financiamiento ilegal. Ante estas acusaciones, Rousseff ha mantenido su inocencia.