(CNN) – Las imágenes de Brasil son desgarradoras: bebé tras bebé nace con un cráneo pequeño y un cerebro dañado luego de un ataque del virus del zika durante el embarazo. Las cifras oficiales también son perturbadoras: la tasa de defectos de nacimiento que involucran al sistema nervioso casi se duplicaron a través de Brasil.
La espantosa realidad estadística fue descubierta por un equipo de investigadores de la Fundación Oswaldo Cruz, que analizó registros de hospitales en todo Brasil desde 2008, antes de que llegara el zika, hasta finales de febrero pasado.
Los investigadores también buscaron datos sobre raras y potencialmente mortales inflamaciones del cerebro y la médula espinal, como encefalitis, mielitis, encefalomielitis, así como síndrome de Guillain-Barré, un desorden en el cual el sistema inmunológico ataca sus propias células nerviosas, causando dolor, parálisis e inclusive la muerte.
Los resultados, publicados por la revista Emerging Infectious Diseases, de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades, encontraron “un crecimiento sin precedentes y significativo en la tasa de hospitalización por malformaciones congénitas del sistema nervioso, el síndrome Guillain-Barré, encefalitis, mielitis y encefalomielitis” a partir de mediados de 2014.
Eso es más de un año antes de que el mundo conociera sobre el brote en octubre de 2015 y de que las historias de las terribles consecuencias del zika comenzaran a aparecer en las noticias.
La zona más golpeada, el epicentro del zika
Los números muestran que la región noreste de Brasil, considerada como el epicentro del brote de Zika, fue la región más golpeada. Los promedios históricos de malformaciones congénitas estuvieron estables a razón de 40 por cada 100.000 nacimientos hasta noviembre de 2015. Luego los números brincaron a 170 por cada 100.000 nacimientos, cuatro veces más.
Luego, en los cuatro meses entre noviembre de 2015 y febrero de 2016, “un total de 1.027 hospitalizaciones por malformaciones congénitas en el sistema nervioso se registraron a nivel nacional”, dijeron los investigadores. Casi la mitad, 448, ocurrieron en el noreste.
Las tasas de las mismas enfermedades mostraron crecimientos similares en el noreste. Las hospitalizaciones por Guillain-Barré se incrementaron en un 3% hasta lo más fuerte del brote en julio del año pasado.
Nadie sabe por qué esta parte de Brasil fue la menos afortunada.
“Puede ser el ambiente económico”, dijo un investigador a CNN antes de los Juegos Olímpicos de Río.
“Debido a la pobreza, es una zona más densamente poblada, y las condiciones sanitarias son peores en esa parte del país”, dijo el doctor Jamary Oliveira Filho, un neorólogo entrenado en Harvard que está estudiando el brote de zika. “Es el estado perfecto para que ocurra una epidemia, donde hay condiciones sociales inadecuadas”.
En su estudio, los investigadores de la Fundación Oswaldo Cruz mencionaron otras teorías. Una es la coinfección con dengue o chikungunya, otros dos virus que son transmitidos por el mismo mosquito que disemina el zika, la cual puede contribuir a las devastadoras consecuencias del virus. Otra es que la sequía, la malnutrición y la contaminación del agua para beber puede ser un factor que contribuye.
“La concentración de neuropatías en el noreste sigue siendo un misterio para los investigadores y los servicios de vigilancia de salud”, dijeron los investigadores. “Se deben buscar nuevas herramientas de detección para brotes, para identificar tendencias reales y al mismo tiempo minimizar las falsas alarmas y el pánico que puede provocar en la población potencialmente afectada por la epidemia del zika”.