Antonio Guterres, en rueda de prensa desde Lisboa tras conocer la decisión del Consejo de Seguridad (JOSE MANUEL RIBEIRO/AFP/Getty Images).

(CNN) – El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas aprobó formalmente el jueves la nominación del ex primer ministro portugués Antonio Guterres como el próximo secretario general.

La recomendación pasa ahora a la Asamblea General de 193 miembros para la ratificación final.

Guterres, quien fue director de la agencia de refugiados de la ONU durante 10 años, hasta 2015, emergió como gran favorito del Consejo de Seguridad después del sexto sondeo informal el miércoles.

Los votos informales sirvieron al Consejo de Seguridad para ir adelgazando la lista de 13 candidatos que entraron en la carrera, hasta cerrar filas en torno al portugués.

La rápida aprobación mostró que Rusia y Estados Unidos podrían trabajar juntos en asuntos de la ONU a pesar de las grandes diferencias que siguen dividiéndolos sobre varios puntos del mundo.

Guterres, de 67 años, reemplazará al secretario general en funciones, el surcoreano Ban Ki-moon, cuyo segundo mandato de cinco años termina el 31 de diciembre.

El portugués, ingeniero de formación, entró en política en 1974, al unirse al Partido Socialista. Se convirtió en primer ministro de Portugal en 1995 y estuvo en el cargo hasta 2002.

De 2005 a 2015, ocupó el cargo de Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados. Se le atribuye la reducción de costes en la Agencia durante su gestión, así como la mejora de su rendimiento, ya que forcejeó con la crisis migratoria.

Católico practicante, Guterres se volvió a casar después de que su primera esposa murió de cáncer, y tiene dos hijos.

Al postular al cargo, Guterres escribió acerca de los desafíos que enfrenta el mundo en términos del aumento de la desigualdad, el terrorismo y el crimen organizado, el cambio climático y la proliferación de actores armados a nivel internacional.

Escribió que la ONU tenía “una posición única para conectar los puntos para superar estos desafíos”, pero que era necesario un cambio y una reforma.

“Las personas que necesitan protección no están recibiendo suficiente. Los más vulnerables, como las mujeres y los niños, son una prioridad absoluta. Debemos asegurarnos de que cuando alguien vea la bandera azul, él o ella puede decir: ‘Estoy protegido’”.