(CNN) – En el último tercio del último debate, Donald Trump se vino abajo.
Estaba en camino de lograr su mejor actuación de los tres debates presidenciales y había logrado atacar a Hillary Clinton sobre algunas de sus debilidades.
Después, se negó a decir que aceptaría los resultados de la elección si pierde en noviembre. Y llamó a Clinton “una mujer repugnante”.
Cualquier ganancia se desbarató, y perdió su última gran oportunidad, en un debate televisado a nivel nacional, para ampliar su base entre las mujeres, los moderados y los republicanos descontentos cuyo rechazo le ha dejado muy atrás en las encuestas nacionales.
Aquí te dejamos 5 de los momentos más destacados del último careo entre Trump y Clinton:
Trump se niega a decir si aceptará el resultado de las elecciones
La integridad de la votación es el fundamento mismo de la democracia estadounidense, y la noche del miércoles, Trump estaba jugando con ella.
Cuando el moderador Chris Wallace le preguntó si aceptaría los resultados de las elecciones, dijo: “Voy a verlo en ese momento”.
La respuesta fue inaudita e inmediatamente se convirtió en el que dominaría toda la cobertura postdebate.
Trump utilizó en varias ocasiones la palabra “manipulada”, quejándose de la parcialidad de los medios, las listas de votantes inexactas y la decisión del FBI de no presentar cargos contra Clinton sobre su uso de un servidor de correo electrónico privado.
“Te mantendré en suspenso”, agregó Trump.
“Eso es horrible”, respondió Clinton.
Fue el momento más destacado de la noche, y tal vez de los tres debates.
Difícil situación para los republicanos
Trump ha puesto a cada republicano en la papeleta de noviembre en una situación difícil.
Esta vez, a menos de tres semanas de las elecciones, se verán forzados a decidir entre la defensa de Trump y la defensa de la integridad del proceso democrático.
Van a tener que explicar por qué Trump llegó a un punto que su compañero de fórmula rechazó.
Mike Pence dijo a Dana Bash, de CNN, sólo una hora antes de que comenzara el debate: “He dicho antes que sin duda vamos a aceptar el resultado de esta elección”.
Posteriormente, el jefe de campaña Trump, Kellyanne Conway, dijo que Trump aceptaría los resultados de las elecciones “porque va a ganar”.
Los comentarios de Trump provocaron reproches inmediatos por parte de los republicanos que ya lo habían rechazado. El senador de Carolina del Sur Lindsey Graham dijo que Trump le está haciendo “al partido y al país un gran perjuicio”.
Dada la propensión de Trump de enfrentarse a sus compañeros de partido, como el presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, quizá no le preocupe demasiado que los conservadores estén descontentos. Sin embargo, él necesita que los republicanos salgan el 8 de noviembre, y su partido necesita a esos mismos votantes para mantener el control del Congreso.
“Qué mujer repugnante”
El mayor desafío político para Trump es su enorme desventaja entre las mujeres votantes.
Pero no parecería así cuando, a minutos de finalizar el debate, interrumpió a Clinton, y dijo: “qué mujer tan repugnante”.
Fue la culminación de una noche de interrupciones y digresiones que podría alejar a los mismos votantes que Trump más necesita.
Mientras tanto, su insistencia en las múltiples mujeres que lo acusan de asalto sexual desde el segundo debate presidencial ha dejado la puerta abierta a Clinton para sugerir que su defensa ha sido repetir que las mujeres no eran lo suficientemente atractivas.
“Donald piensa que menospreciar a la mujer lo hace más grande. Él persigue su dignidad, su autoestima, y no creo que haya una mujer en ningún lugar que no sepa lo que se siente”, dijo.
Cuando Trump respondió que “nadie tiene más respeto por las mujeres que yo”, el moderador tuvo que advertir a la multitud, que había comenzado a reír.
Trump siempre muerde el anzuelo
Al principio, el debate se parecía a la batalla política que se puede escuchar en cualquier otra elección, algo sorprendente teniendo en cuenta la campaña de 2016.
Trump conectó algunos golpes limpios sobre Clinton, pero la demócrata picó a Trump y, una vez más, funcionó.
Cuando Trump dijo que el presidente ruso, Vladimir Putin, prefiere tratar con él que con Clinton, dijo: “Bueno, eso es porque prefiere tener un títere como presidente de Estados Unidos”.
Fue el comienzo de la caída de Trump.
Pronto, cometió un gran error . Dijo que Clinton estuvo “en una posición para ayudar a resolver problemas” durante 30 años. “El problema es que habla, pero no hace nada, Hillary. Usted no lo hace”, dijo.
Y Clinton dio una respuesta memorable:
“En los años 70, trabajé para el Fondo de Defensa de los Niños, y yo me estaba enfrentando a la discriminación contra los niños afroamericanos en las escuelas. Él (Trump) estaba demandado por el Departamento de Justicia por la discriminación racial en sus edificios de apartamentos”, dijo .
“En la década de los 1980, trabajé para reformar las escuelas de Arkansas. Él pedía prestado 14 millones de dólares a su padre para comenzar sus negocios. En la década de los 90, fui a Beijing y dije que los derechos de la mujer son derechos humanos. Él insultó a una ex Miss universo, Alicia Machado, la llamó ‘máquina de comer’”, agregó Clinton. “Y en el día en que estaba en la Situation Room, siguiendo la redada a Osama bin Laden, él era el anfitrión de Celebrity Apprentice”.
El resultado: según la encuesta inmediata de CNN/ORC, el 52% de los espectadores del debate consideró que Clinton fue la ganadora, frente al 39% que consideró a Trump.
El temperamento de Trump
La falta de confianza en el temperamento y capacidad de liderazgo de Trump entre los votantes, según muestran las encuestas, está entre sus mayores desventajas políticas.
El miércoles, el candidato ofreció su punto de vista sobre cómo medir a líderes eficaces.
Trump alabó al presidente de Siria, Bachar al Asad, que fue acusado de usar armas químicas contra la población civil, como un líder mejor que los líderes estadounidenses. “Es mucho más fuerte y mucho más inteligente que ella y Obama”, dijo.
También continuó negándose a distanciarse del presidente ruso, Vladimir Putin, o a reconocer lo que los funcionarios de inteligencia dijeron sobre que Rusia es responsable de hackeo a cuentas de correo electrónico de operativos demócratas.
“No es mi mejor amigo”, dijo Trump sobre Putin. “Pero si Estados Unidos se lleva bien con Rusia, eso no sería tan malo”.
Era una ventana al pensamiento de Trump: la fuerza es lo más importante.