(CNN) – En medio de la alarmante epidemia de heroína en Estados Unidos, el daño de la droga puede verse mejor en los rostros de los niños, como el chico de Ohio sentado en la parte de atrás de un coche mientras sus dos cuidadores estaban desmayados por la sobredosis.
Un caso más reciente ha causado indignación. Dos padres en Tacoma, Washington, podrían ir a prisión durante décadas después de presuntamente inyectar a sus tres hijos pequeños con heroína. En casa le llamaban la “medicina para sentirse bien”, según los archivos de la corte.
Ashlee Hutt, de 24 años, y Mac Leroy McIver, de 25 años, se enfrentan a una serie de cargos, incluyendo tres por entregar sustancias ilegales a un menor, por maltrato y agresión criminal a un niño, y otros.
Documentos de la corte dicen que los padres de Tacoma admitieron a los trabajadores sociales estatales que usaron heroína, pero culparon a otros cuando se les preguntó acerca de si sus hijos habían sido inyectados con la droga, según documentos judiciales.
El abogado de Hutt, que la representó en la corte esta semana, no respondió a la solicitud de CNN para un comentario. Tampoco el abogado de McIver.
La heroína en el hogar
Durante un período de seis meses a partir de mayo de 2015, Servicios de Menores (CPS por sus siglas en inglés) investigó el supuesto maltrato de Hutt y McIver a su hijo de 6 años y a sus dos hermanas menores, de 2 y 4 años.
El 10 de noviembre de 2015, los trabajadores de CPS encontraron a los tres niños en lo que describieron como un hogar peligroso. Caminando por la residencia de Tacoma, donde vivían otros adultos, los trabajadores de CPS tomaron fotos de personas que usaban heroína, agujas dejadas alrededor de la casa y rollos de papel de aluminio con heroína en el tocador del dormitorio. En el suelo también había excremento de ratas.
Las autoridades decidieron sacar a esos niños del “abuso y negligencia”. Después de que se los llevaron los trabajadores encontraron marcas, cortes y moretones en los brazos de los niños.
Las magulladuras, sin embargo, parecían haber sido causadas por inyecciones, dijo la fiscal adjunta del condado de Pierce, Erica Eggerstein.
En la víspera de Año Nuevo de 2015, el niño de 6 años le dijo a un trabajador que sus padres le habían dado a él y a sus hermanas un polvo blanco mezclado con agua que describió como “una medicina para sentirse bien”. Para ello, relató, sus padres tomaron una jeringa, la llenaron de esta “medicina” y la inyectaron a los tres niños, dijo.
“Él y sus hermanas suelen ir a dormir después de recibir la medicina”, le dijo el niño a un funcionario, según documentos judiciales.
Dos meses después de que Servicios de Menores colocara a los niños bajo custodia protectora, los funcionarios analizaron los folículos pilosos de los niños, según Eggerstein. El niño mayor no mostró rastros de drogas en su sistema. La niña de 4 años tenía una pequeña cantidad de heroína en su sistema. Y la más joven resultó positiva para la heroína.
Cuando las autoridades entrevistaron a los padres, dijeron que otros adultos podrían ser responsables de inyectar a los niños. McIver, el padre, les dijo después a las autoridades que “creía que la niñera podría ser responsable”.
La primavera siguiente McIver escribió en su página de Facebook que había comenzado la rehabilitación mientras esperaba lo que podría pasar con su familia. Las autoridades confirmaron que la página le pertenecía.
“Es muy difícil …”, escribió McIver en un post de Facebook el 24 de abril. “Estoy en recuperación y enfrentar las emociones es duro …”.
Los padres van a juicio
Los fiscales podrían demorarse hasta 10 meses para presentar cargos. La policía finalmente arrestó a McIver en septiembre pasado. También tomaron a Hutt bajo custodia, pero sólo después de que un juez emitió una orden judicial de detención cuando la madre no llegó a una cita en la corte.
El juez estableció una fianza de 100.000 dólares para Hutt y McIver, de acuerdo con los registros. Ambos permanecen bajo custodia.
El juicio de la madre está programado para el 20 de diciembre. El padre tiene una fecha de corte programada para el 16 de febrero de 2017.
El juez, citando una “amenaza grave e inminente” para los niños, también emitió una orden de restricción que prohibía a ambos padres contactar a sus hijos o estar a menos de 300 metros de sus residencias, escuelas o lugares de trabajo futuros.
“Están en hogares de paso”, dijo el portavoz del Departamento del Alguacil del Condado de Pierce, el detective Ed Troyer, a la afiliada de CNN, KIRO. “Y están bien”, añadió.