(CNNMoney) – Luego de evitar que la empresa Carrier trasladara 800 empleos a México, el presidente electo Donald Trump renovó sus amenazas contra las compañías que muden sus operaciones a otros países.
En una serie de tuits la mañana de este domingo, Trump se comprometió a rebajar los impuestos corporativos en general. Pero también dijo que impondría una pesada tasa de 35% a “cualquier negocio que cambie nuestro país por otro, despida a sus empleados, construya una nueva fábrica o planta en dicho país, y… venda sus productos en Estados Unidos”.
Trump argumentó que las compañías merecen una “retribución”. Dijo que los negocios que quieran llevar a otro sitio los puestos de trabajo habían sido “advertidos”.
Es la estrategia “del palo y la zanahoria” que Trump ya ha utilizado antes. Pero después de anotarse una importante victoria política con Carrier, el debate sobre cómo pueden -y si deberían- los políticos frenar a las compañías estadounidenses que mudan sus operaciones al otro lado de la frontera ha aumentado.
Muchos economistas e inversionistas optimistas sobre el plan de Trump se enfocan en la parte de “la zanahoria”: el potencial de grandes recortes tributarios y un retroceso en las regulaciones.
Durante años, las empresas han urgido a Washington a reducir el impuesto corporativo actual de 35%. Trump quiere que esa tasa sea de 15%. Además se ha comprometido a reducir las regulaciones en muchas industrias, principalmente en la de la energía a base de carbón, así como en Wall Street.+
Por el otro lado, algunos economistas han expresado preocupación sobre “el palo”: las políticas proteccionistas de Trump, que podrían dañar el crecimiento económico.
Muchos de los que se oponen al impuesto de 35% son conservadores, quienes creen que Trump está eligiendo ganadores y perdedores.
Por ejemplo, la semana pasada, la página de editoriales del Wall Street Journal cuestionó la propuesta tributaria de Trump para las transnacionales, diciendo que los políticos no deberían interferir con las decisiones que toman las empresas para maximizar sus ganancias. Cuando las compañías toman buenas decisiones de negocios, algunas veces la pena de abandonar a los trabajadores estadounidenses se compensa con los beneficios mayores ganancias, mayor gasto en impuestos y la contratación de más trabajadores estadounidenses en otras partes del (creciente) negocio.
Adicionalmente, el impuesto de 35% podría elevar los precios para los ciudadanos. Aun si Trump impone su famosa tarifa sobre bienes y productos extranjeros, el impuesto de 35% podría hacer que esos productos foráneos sean más atractivos.
Algunos más piensan que Trump está incentivando una especie de juego en las empresas. Para quedarse en Estados Unidos, Carrier recibió 7 millones de dólares en rebajas tributarias. Otros negocios que busquen acuerdos similares podrían amagar con llevarse sus puestos de trabajo fuera del país.
Tampoco está claro cómo se aplicaría ese impuesto. La compañía que engloba a Carrier, United Technologies, por ejemplo, continuó con sus planes de llevar 1.300 empleos a México, aun cuando aceptó el acuerdo para mantener 800 puestos de trabajo en la plata de Indiana.