Nota del editor: Atika Shubert es una corresponsal senior de CNN con base en Berlín.
Berlín (CNN) – La canciller alemana, Angela Merkel, no es de retórica incendiaria. En los once años que lleva como líder de Alemania, sus discursos son usualmente sobrios análisis de espinosos dilemas políticos y económicos, usando sólo su gesto manual de forma de diamante para señalar estrictamente sus puntos.
Pero la noche del martes, “Mitti” o “Mamá”, como es llamada con afecto, hizo un apasionado pedido a su partido: “Se los he pedido mucho”, dijo ante más de mil miembros de la Unión Cristiano Demócrata (CDU) que estaban reunidos, “porque los tiempos así nos lo han demandado. Lo sé muy bien y no puedo prometer que las demandas en el futuro sean menores porque tenemos que hacer lo que los tiempos pidan de nosotros”.
Merkel está enfrentando una tremenda presión de los votantes, así como de su partido, por permitir la llegada de más de 890.000 aspirantes a asilo el año pasado.
Inicialmente, los alemanes abrieron sus puertas. Puñados de gente se acercaron a las estaciones de trenes a aplaudir a quienes llegaban recibiéndolos con flores y chocolates. Hay incluso una palabra especial para ello: “willkommenskultur” o “Cultura de la Bienvenida”.
Pero los números comenzaron a tensar los servicios sociales. Los concejos locales se quejaron de que no había suficiente espacio para darle hogar a cada uno. El año pasado, un alcalde llevó a CNN a un tour por las lugares, donde los refugiados fueron obligados a dormir en colchones en los pasillos de la oficina de los funcionarios del local.
Luego vino la víspera de Año Nuevo en Colonia. La policía dijo que mafias “de hombres norafricanos y de Medio Oriente” violaron a cientos de mujeres en medio del caos de los fuegos artificiales. A inicios de esta semana, en la víspera de la conferencia del CDU, la policía anunció que un refugiado afgano de 17 años era sospechoso de haber violado y matado a una estudiante universitaria de 19 años.
Las estadísticas nacionales muestran que algunos crímenes, tales como robos o infracciones menores, han aumentado desde el comienzo del año por mientras crece la población alemana, pero menos de un uno por ciento de los crímenes sexuales e incluso unos pocos homicidios están relacionados con los inmigrantes o los refugiados.
No obstante, buena parte de la población ya no le da la bienvenida a los refugiados y los ve con sospecha. Revueltas entre los residentes locales y los refugiados han estallado en las regiones orientales de Alemania. Los incendios provocados contra centros de refugiados han aumentado de forma dramática y los movimientos de ultraderecha han visto un resurgimiento.
El partido de Merkel fue derrotado en su propio distrito de Mecklenburg-Vorpommern por el partido anti inmigración Alternativa para Alemania, que prometió parar la inmigración y obtuvo el 20 por ciento de los votos.
Al interior del CDU, los miembros del partido se han quejado de que Merkel no estaba sintonizada con el ánimo de la gente. Esta es, tal vez, la razón por la que ha hecho una gran concesión política, una que ha sido criticada por grupos de defensa de los derechos de los refugiados: el apoyo por parte de miembros del partido de una prohibición a los velos de rostro entero.
Merkel tiene la mirada clavada en la que sea tal vez la más importante votación de su vida. Las elecciones federales alemanas, que se llevarán a cabo el próximo año, atraerán la atención del mundo entero, tanto que muchos están a la espera de que la canciller alemana luche en contra de la aparentemente imparable marcha del populismo. Esta tarea es bastante desalentadora sin la presión de sus propios miembros del partido.
Merkel le dijo a su partido: “No queremos sociedades paralelas y, donde existan, tenemos que pararlas”. Agregó que “nuestras leyes tienen prevalencia a los códigos de honor, reglas familiares o tribales, y sobre la Sharia. Eso tiene que ser expresado claramente. Eso también significa que con la comunicación interpersonal, que juega un rol fundamental aquí, nos mostramos la cara. Este es el motivo por el cual el velo facial es inapropiado, debería ser prohibido cuando sea legalmente posible. No pertenece a nuestro país”.
Se cree que menos de 300 mujeres musulmanas en Alemania llevan el niqab, el velo de rostro entero, pero no se conoce de alguna que vista la burqa. Es una manera fácil para que Merkel gane capital político dentro de su propio partido y actúe con dureza en cuanto a la integración.
Al final de su discurso, Merkel recibió una ovación de pie y rondas de aplausos que duraron cerca de once minutos. Fue elegida para liderar el partido con el 89 por ciento de los votos, un porcentaje menor del que esperaba.
Merkel ha demostrado que puede liderar su partido. Ahora, ella necesita demostrar que puede ganarse de nuevo la confianza del público en las elecciones del próximo año.