(CNN) – Pita Taufatofua, el semidesnudo y aceitoso luchador tongano de taekwondo que causó una tormenta mediática en las redes sociales en los Juegos Olímpicos de verano en Río de Janeiro, está dirigiendo su atención hacia la clasificación para los de invierno.
Su decisión de vestir un ropas tradicionales tonganas y de cubrir su cuerpo con aceite de coco para la ceremonia de apertura en Río de Janeiro se robó el show y suscitó uno de los momentos de más comentados de los juegos del 2016.
Sin importar que haya perdido su única pelea en su debut olímpico, Taufatofua posó para la revista Sports Illustrated, integró la lista de personas más sexys de la revista Who y su cuenta en la red social Instagram llegó a casi 150.000 seguidores. Le siguió una oleada de invitaciones para aparecer en programas de entrevistas en todo el mundo.
Ahora quiere ser un esquiador a campo traviesa en los Juegos Olímpicos de invierno de Pyeongchang, Corea del Sur, en el 2018, a pesar de que apenas ha puesto los pies en esquís antes.
“Probablemente he pasado cuatro minutos de mi vida en esquís, para ese video”, dice sobre el clip del Canal Olímpico en el que anuncia su intención.
“Quería hacer algo orientado en deportes pero completamente fuera de mi zona de confort. Siendo de Tonga, estaba acostumbrado a la arena. Vi la nieve por primera vez hace dos años y me enamoré de ella”, añade.
“Quiero presionarme a mí mismo y mostrarles que, independientemente de las críticas, todo es posible. Esperemos que esto inspire a la gente en sus propios retos individuales”, dice el deportista.
¿La nueva “Jamaica Bajo Cero”?
Taufatofua ha estado haciendo snowboard durante una semana de descanso junto a su hermano, pero ahí es donde terminan sus incursiones invernales. Y el reloj corre. Su primera lección de esquí está prevista para el 8 de enero, y la ceremonia de apertura de los Campeonatos del Mundo de Esquí Nórdico en Finlandia será 45 días después.
Pero en conversación vía Skype desde su casa en Brisbane (Australia), parece no haber dudas de lo que tiene en mente.
Estableciendo paralelos con Jamaica Bajo Cero, la historia llevada al cine del equipo de bobsleigh (trineo) jamaiquino que se clasificó para los Juegos Olímpicos de invierno de 1988, ¿podría haber una película sobre sus hazañas?
“Tal vez algún día”, responde.
La idea de un Jamaica Bajo Cero tongano ha tenido una respuesta variada. El excampeón mundial y doble campeón olímpico de cross-country Petter Northug escribió en Facebook: “¿Recuerdan a este chico? Creo que luce mejor cubierto en aceite que con esquíes en sus pies”.
La reacción de sus más allegados ha sido bien diferente. “Mis amigos y mi familia piensan que estoy loco, pero ven más allá de esa locura porque saben que, independientemente de lo arriesgado de la idea, voy a persistir en ella”, dice el luchador-aspirante a esquiador de 33 años.
“Todo el mundo ve el aceite en la ceremonia de apertura de Río como mi primer momento, pero me tomó veinte años para llegar a ese punto. Cuando era niño, tuve una visión y la concreté. Bien, necesito estar un poco loco para hacer esto pero soy terco y me gusta el desafío”.
Taufatofua aún se divierte por la reacción de su aparición en Río, pero para él fue simplemente un homenaje a sus antecesores de hace 200 años, miembros de las flotas de canoas tonganas quienes batallaron contra tribus de las vecinas Fiji y Samoa, cubiertos en un aceite tradicional.
“En pocos minutos tenía al lado atletas que me decían que era tendencia en diferentes países alrededor del mundo. Eso estaba muy bien. Y cuando mi entrenador me devolvió mi teléfono, tuve que inhabilitar las notificaciones. Fue la locura”, recuerda.
Atraído por los lugares geniales
Eso llevó a que le llovieran muchas ofertas después de los Juegos y, como él mismo apunta, “a conocer gente genial, a hacer cosas geniales e ir a lugares geniales”.
Ahora lo atraen los lugares más fríos.
Para enfocarse en sus aspiraciones olímpicas invernales, ha declinado su empleo como trabajador social. “Por quince años he trabajado con chicos sin casa, pero siento que esta vez puedo hacer algo más grande”, asegura.
También ha accedido a cumplir un papel humanitario con la Federación Mundial de Taekwondo, ayudando a propagar el deporte en campos de refugiados alrededor del mundo.
“Creo que me desmayaré”
Para clasificarse a Pyeongchang hay duros criterios, pero Taufatofua asegura que su voluntad es indomable a pesar de ser de 10 a 15 kilogramos más pesado que sus rivales. También está más acostumbrado a los episodios cortos y agudos del taekwondo que a la resistencia necesaria para el campo traviesa.
“Realmente no vi videos de carreras antes de decidirme a hacer esto”, dice. “Y los ves a todos desfalleciendo al final. Creo que también me va a pasar… es un deporte muy duro”.
Su otro gran obstáculo es el dinero. Tiene que crear una página de financiamiento, como lo hizo para Río, para hacer realizar su sueño, con el objetivo de recolectar 80.000 dólares.
En la conversación, él hace que lo aparentemente imposible se vuelva perfectamente plausible. Habiendo sufrido de seis roturas de huesos, tres ligamentos rotos, tres meses en una silla de ruedas y 18 meses en muletas en su búsqueda por un lugar en los Olímpicos en el taekwondo, él espera que este desafío le sea menos brutal.
¿Y debería ir a Corea del Sur en el 2018 con el torso desnudo, a modo de repetición de lo que hizo en Río de Janeiro en la ceremonia de la apertura? Inevitablemente.