(CNN) – El consejo de los médicos no ha cambiado mucho, pero es aún muy insatisfactorio: no deberías usar cotonetes, hisopos o copitos para limpiar tus oídos.
Directrices clínicas actualizadas publicadas este martes en la publicación de la Fundación de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello dicen que no son efectivas para remover la cera de los oídos. De hecho, la información para los pacientes en las directrices recomiendan no poner algo “más pequeño que su codo en la oreja”.
En todo caso, la mayoría de nosotros acumula y usa esos hisopos. Parecen perfectos para ese trabajo sucio.
Los autores de las directrices, un panel asesor de la Academia Estadounidense de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello, ha inyectado un poquito de frescura en el consejo habitual, dando más explicaciones en cuanto a “¿Por qué no?”. Ellos inclusive incluyeron a un representante de los consumidores en el panel.
“Tenemos realmente que apreciar que los clínicos no son los únicos usuarios de las directrices, que los pacientes están realmente interesados en su propio cuidado y que la gente está tomando propiedad de su propia atención”, dijo el doctor Seth Schwartz, presidente del grupo de actualizaciones de directrices de la academia.
Aquí van las razones por las cuales no usarlos. Los hisopos, pinzas para el cabello, llaves de la casa y palillos de diente, los objetos más pequeños que un codo que amamos poner en nuestros oídos, perforan nuestros tímpanos y dislocan nuestros huesos auditivos. Y cualquiera de esas cosas podría llevarnos a la sordera, a mareos, zumbidos u otros síntomas de lesiones en el oído.
En vez de eso, la mayoría de la gente podría dejar que la naturaleza haga su trabajo. Nuestros cuerpos producen cera para mantener lubricados, limpios y protegidos nuestros oídos. La suciedad, el polvo y cualquier otra cosa que entre en nuestros oídos queda atrapada en la cera, lo que evita que tales partículas se muevan más allá en el conducto auditivo. Nuestros habituales movimientos mandibulares de hablar y masticar, junto con el crecimiento de la piel dentro del canal, ayudan por lo general a mover la cera vieja de adentro hacia fuera del oído, donde se lava durante el baño.
Las directrices publicadas en el 2008 debían ser actualizadas. Aunque se han incluido nuevos ensayos aleatorios, “nada muy dramático” ha cambiado, aparte de una mejora en la propia metodología, dijo Schwartz. “El proceso se ha vuelto un poquito más transparente en la forma en que escribimos las directrices. Somos más claros acerca de por qué tomamos las decisiones que tomamos y qué datos hay para apoyarlas”.
Los pacientes están aparentemente interesados en la esencia del cuidado de los oídos: más de 50.000 personas descargaron el documento de la vieja directriz, dijo Schwartz.
“Es algo increíble la cantidad de gente interesada en leer esto”, dijo.
Lo que se debe hacer y lo que no
Para ser “un poco más amigable con el paciente”, las directrices incluyen ahora listas de “lo que se debe hacer y lo que no” para todos y una lista para gente que ha tenido problemas con la compactación de cera, una condición que es muy común entre ancianos, según el doctor James Battey, director del Instituto Nacional sobre Sordera y Otros Desórdenes Comunicativos. La compactación puede ocurrir cuando el proceso de autolimpieza del oído no trabaja muy bien. La acumulación cerosa resultante bloquea el conducto auditivo, causando dificultad para oír.
“Para aquellos con cera auditiva compactada, el uso de cotonetes, hisopos o copitos puede empujar la cera más adentro del conducto auditivo y dañar el tímpano”, dijo Battey. Añadió que “cerca del 2% de adultos con cera compactada podrían ir al doctor con pérdida auditiva como síntoma”.
“Estos problemas con la cera compactada son tratados de una forma mejor por profesionales de la salud”, aseguró.
En la muy importante sección de lo que “no se debe hacer”, encontrarás advertencias contra la “limpieza excesiva” de los oídos. La limpieza excesiva puede aumentar la compactación de la cera, según los autores. “Es cultural” querer unos oídos limpios, dijo Schwartz, pero “limpiar cualquier exceso de cera cuando se trata de la parte externa del oído es suficiente para mantenerlo limpio”.
Otra advertencia en las nuevas directrices: no use velas para los oídos. No sólo pueden causar “serios daños” al tímpano, sino que “no hay evidencia de que remuevan la cera compactada”, escribieron los autores.
“Las terapias caseras son bastante efectivas”, dijo Schwartz, añadiendo que las gotas suavizantes de cera sin receta, así como irrigadores de uso doméstico, son efectivos y seguros. “Incluso gotas de agua en el oído pueden ser eficaces para suavizar la cera”, agregó.
Sin embargo, entre los puntos sobre lo que “se debe hacer” está el preguntarle a su médico sobre cómo tratar la compactación de la cera en el hogar, ya que “usted puede tener ciertas condiciones médicas o del oído que pueden hacer que algunas opciones no sean seguras”.
“No es malo cosa tener cera en los oídos, todo el mundo la tiene. Pero es un problema cuando hay mucha”, dijo Schwartz. La definición de la directriz sobre qué significa “mucha” es funcional: si tienes síntomas, tales como dolor, drenaje, sangrado o pérdida de la audición, entonces tienes un problema.
“Si te está causando síntomas, consulta con su médico”, dijo Schwartz, repitiendo lo que es probablemente la recomendación más importante de la lista de “lo que se debe hacer”. Sin embargo, algunas personas atribuyen sus síntomas a la compactación de cera cuando no es el caso.
Entre los ancianos, “la pérdida de audición es muy, muy común”, dijo Schwartz. De hecho, el envejecimiento, junto con las infecciones y la exposición a ruidos fuertes, es una de las causas más comunes de pérdida de audición, según Battey.
Sin embargo, muchas personas no pueden imaginar que han comenzado a perder su audición, y como resultado de esta incredulidad, Schwartz aseguró: “si un paciente tiene su cera limpiada, su médico tiene que hacer un examen más profundo”.