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Djokovic, eliminado en Australia
01:43 - Fuente: CNN

Melbourne (CNN) – Elevado a la categoría de superhéroe en su natal Serbia, cuando Novak Djokovic pierde -especialmente como lo acaba de hacer en el Abierto de Australia- sus seguidores se preocupan.

“La preocupación es enorme”, le dijo a CNN Vojin Velickovic, editor de tenis del diario deportivo Sportski zurnal, de Serbia. “Novak es una especie de Superman en Serbia. Y Superman nunca pierde, así que pueden imaginarse lo dura que fue esta derrota”.

“La gente vive sus partidos como una serie de televisión y organiza su rutina diaria según el calendario” de Novak, agrega.

Pero en Melbourne, la criptonita no le llegó en la misma proporción en que les llegó a sus compañeros miembros del ‘Club de los Cuatro’: Andy Murray, Rafael Nadal o Roger Federer.

En cambio, perdió contra un modesto jugador llamado Denis Istomin, que había llegado al primer Grand Slam del año por una wildcard (invitación) y que ocupa el puesto 117 de la clasificación mundial. Istomin tuvo que salvar cuatro puntos de partido en las semifinales del torneo clasificatorio para ganarle al número 284 del mundo.

En sus salidas previas contra jugadores del top 10, Istomin tenía, antes del encuentro con Djokovic, un abrumador récord en contra de 1-32.

El serbio era prácticamente el dueño de ese terreno, tras haber ganado seis veces el Abierto de Australia.

El impresionante resultado ha hecho que los observadores se pregunten si Djokovic podrá alguna vez recuperar la supremacía que tuvo en el 2015 y a principios del 2016, cuando se quedó con cinco de los torneos mayores y jugó en todas las seis finales.

En la carrera de los Grand Slam estaba avanzando muy rápidamente y amenazaba con desbancar a Federer, Nadal y Pete Sampras.

Paul Annacone, exentrenador de Federer y de Sampras, no espera ver otra era de supremacía de Djokovic en el tenis.

“Muy rara vez, incluso nunca, hemos visto resultados como los del 2015 y el 2016. Y es mucho más raro cuando un atleta recupera esa supremacía”, le dijo Annacone a CNN. “Creo que volverá a jugar muy bien”, pero “no creo que pueda dominar como lo hizo en ese extraordinario periodo de tiempo”.

Para explicar su derrota en Australia, Djokovic fue amable.

“(Istomin) fue mejor jugador en los momentos claves”, les dijo a los reporteros. “Fue aumentando su nivel y jugó agresivamente. Sirvió muy bien, muy preciso. No pude hacer mucho”.

“Por supuesto, no estoy satisfecho con mi rendimiento en general”, agregó.

La resaca del Roland Garros

Menos de ocho meses atrás, Djokovic hizo algo que ni Federer, ni Nadal ni Murray pudieron hacer: ganar los cuatro Grand Slam del año y alcanzar al australiano Rod Laver, que logró esa hazaña en 1969. Además, el broche de oro para esa temporada llegó justo en el único Grand Slam que estaba fuera de su alcance: el Abierto de Francia.

Entre los factores de su declive que se suman a la resaca del Roland Garros hay asuntos “privados” de los que Djokovic ha hecho menciones muy superficiales, lesiones en la muñeca y en el brazo y la separación de su entrenador, el extenista Boris Becker, en diciembre pasado.

Y aunque todos esos elementos tienen que ver, como lo ha reconocido el mismo Djokovic, el partido que perdió ante Istomin, su juego ante Murray en la final del World Tour Finals de noviembre pasado y su derrota en la tercera ronda de Wimbledon ante Sam Querrey, siguen siendo actuaciones desconcertantes.

Novak Djokovic cayó de manera sorprendente en el Abierto de Australia del 2017 ante el número 117 del mundo, Denis Istomin.

“Todo esto es natural. Ha sido muy bueno por mucho tiempo. Ahora tendrá que volver a ajustarse y, como el gran jugador que es, creo que lo hará”, dice Annacone.

‘Tiene que sacrificar todo’

Al examinar el revés de Djokovic ante Istomin, Becker dijo que las prioridades del jugador de 29 años han cambiado “después de ganar tanto”.

En diciembre, el exjugador y entrenador alemán reveló que Djokovic -padre del recién nacido Stefan- no practicó lo suficiente en los últimos seis meses del 2016.

“Todavía ama el tenis, mucho, pero después de ganar tanto las prioridades cambian un poco”, le dijo el seis veces ganador de torneos Grand Slam a CNN la semana pasada.

“Ahora es un feliz hombre de familia, con esposa e hijo, y es normal que pase tiempo con ellos”, afirma Becker.

Becker dice que si Djokovic quiere volver a sus días idílicos con el tenis, necesita que ese deporte vuelva a ser su prioridad número uno.

“Tienes que preguntarte a ti mismo: ¿Qué tan importante es esto para mi? ¿Qué tanto me gusta? ¿Qué estoy dispuesto a hacer para conseguirlo?”, agrega Becker, quien acompañó al serbio a obtener la mitad de sus títulos de Grand Slam.

“Creo que esas son las preguntas fundamentales que debe hacerse. Obviamente tiene el talento y la grandeza, pero algo que existía el año pasado se perdió, así que tiene que sacrificar todo lo demás para conseguir su próximo Grand Slam”, añade.

Becker está convencido de que Djokovic puede redescubrir su magia y que no está solo.

Y André Agassi, otro múltiple ganador de torneos de Grand Slam, está de acuerdo.

Agassi estaba en una situación más desesperada que la de Djokovic hacia mediados de los años 90, cuando una lesión de muñeca, su desinterés por el tenis y su matrimonio fallido con la actriz Brooke Shields contribuyeron a que su clasificación en el ranking mundial cayera en picada, hasta el número 141.

Pero Agassi revivió su carrera, ganando la mitad de sus ochos torneos de Grand Slam tras reinventarse a si mismo y dedicarse de lleno al tenis, a finales de 1997.

“Solo Dios sabe qué está pasando y con qué está lidiando (Novak). No sé qué sea, pero sé que no cambia de un día para otro”, le dijo Agassi a la prensa presente en la cancha de Melbourne Park, a través de una videollamada.

“Todos tenemos nuestro propio recorrido. Ustedes me vieron tocar fondo en el transcurso de dos años (…) Novak todavía tiene tiempo. Es un atleta extraordinario. En mi opinión, uno de los más grandes de la historia. Le doy un gran, gran chance de que regrese rápidamente”.

El próximo reto para Djokovic será por la Copa Davis, cuando Serbia se enfrente a Rusia el 3 de febrero.