(CNN) – El presidente filipino, Rodrigo Duterte, pidió una depuración total de la Policía Nacional a raíz del brutal asesinato de un hombre de negocios de Corea del Sur supuestamente por parte de oficiales corruptos
“Limpien sus filas. Revisen sus casos. Denme una lista de los que son corruptos”, dijo Duterte en una conferencia de prensa el domingo por la noche.
La semana pasada, Duterte se disculpó con inversores y con el embajador de Corea del Sur por el asesinato de Jee Ick-joo y prometió una rápida retribución.
El domingo, dio 48 horas a los sospechosos para rendirse, amenazando con poner un precio de 5 millones de recompensa por sus cabezas, “vivos o muertos”.
El empresario fue supuestamente secuestrado en octubre para pedir rescate y luego asesinado por agentes de policía de alto rango. Jee fue estrangulado hasta la muerte antes de ser incinerado. Sus cenizas fueron luego vertidas en un inodoro.
El domingo, el presidente de Filipinas ordenó la disolución de todas las unidades antidrogas dentro de la Policía Nacional de Filipinas, aunque dijo que sigue comprometido con la polémica campaña de guerra contra las drogas.
“Estableceré un nuevo comando”, dijo, agregando que él cree que el 40% de la policía utiliza su autoridad para cometer crímenes.
“Como ordenó el presidente, vamos a disolver las unidades antinarcóticos de la Policía Nacional en todos los niveles”, dijo el jefe de la Policía Nacional Ronald dela Rosa, según CNN Filipinas.
Más de 7.000 personas han muerto desde que Duterte desató su sangrienta guerra contra las drogas en junio de 2016.
La campaña ha provocado una reacción violenta entre los grupos de derechos humanos, que acusan a Duterte de hacer la vista gorda ante los homicidios que la policía comete en nombre de su guerra contra las drogas.