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¿Quién se beneficia con el deshielo del ártico?
02:31 - Fuente: CNN

(CNN) – Un equipo de científicos ha propuesto una solución sorprendentemente sencilla para salvar el Ártico: fabricar más hielo.

Investigadores de la Universidad Estatal de Arizona proponen construir 10 millones de bombas impulsadas por energía solar para producir agua y derramarla sobre la capa de hielo, donde se congelará rápidamente.

Hacerlo sería complicado y costoso -se calcula que valdría 500.000 millones de dólares- y, por ahora, la propuesta es solo teórica.

Pero la necesidad de resolver el problema es urgente, dice el profesor de astrofísica Steven Desch. Él y su equipo de científicos publicaron un estudio sobre cómo volver a congelar partes del Ártico, en la edición de diciembre del 2016 de la revista Earth’s Future (El futuro de la Tierra).

Desch dice que la idea surgió después de asistir a múltiples conferencias sobre cambio climático, en el 2012.

“Regresé pensando que aunque los científicos del clima habían identificado correctamente los problemas y la urgencia de resolverlos no tenían buenas soluciones, básicamente para frenar las emisiones de dióxido de carbono”, dice Desch.

“Para el 2030 no habrá hielo en el mar en verano y nada de lo que hagamos en el escenario mundial cambiará eso con suficiente anticipación. No vamos a lograr reducir las emisiones de dióxido de carbono a tiempo para prevenir las consecuencias”.

Cada vez son más comunes los pozos de deshielo en el Océano Ártico.

¿Cómo funcionaría?

Las bombas gigantes de agua se ubicarían en boyas flotantes en el océano Ártico. Tomarían agua de debajo del hielo, la almacenarían en un tanque y luego la verterían encima del hielo.

La parte superior de la capa de hielo es la más fría, así que poner el agua ahí encima la congelaría más rápido, explicó Desch.

Las máquinas funcionarían gracias a energía eólica, abundante en el Ártico, de manera similar a como funcionan los molinos de viento que crean energía en las plantaciones.

El equipo de científicos calcula que se necesitarían 10 millones de esas máquinas para agregar un metro de hielo marino por cada décima de kilómetro cuadrado, durante un invierno. “Es un cambio significativo”, dice Desch. El hielo marino solo crece entre dos y tres metros de espesor durante el invierno.

Según él, para impactar realmente la pérdida de hielo sería necesario cubrir cerca del 10% del Ártico, lo que suma 10 millones de máquinas.

“Si se puede hacer eso, se reversaría la tendencia de pérdida de hielo en el mar. Podríamos restaurarlo y dejarlo en los niveles que tenía hace 15 años”, añade.

¿A qué se debe el deshielo?

La nieve marina y el hielo reflejan una considerable cantidad de luz solar -la nieve refleja el 90% y el hielo un poco menos-, pero cuando se trata de aguas abiertas, ese necesario reflejo del sol no sucede.

Las aguas abiertas absorben más luz solar, lo que también explica porqué las aguas del Ártico se están calentando.

Los actuales esfuerzos que se están llevando a cabo para reducir las emisiones de dióxido de carbono no están siendo suficientes, de acuerdo con el estudio. Para el 2030, corremos el riesgo de perder todo el hielo marino del Ártico en verano.

Pero no solo el hielo se ve afectado. La pérdida de hielo marino también hace que los osos polares tengan más dificultades para encontrar comida. Además, se ha visto afectado el número de bacalaos del Ártico, que prefieren las aguas frías, sobre todo de aquellos cubiertos por el hielo marino.

“El Ártico es la parte más frágil de nuestro sistema climático”, dice Desch.

¿Funcionarán estas máquinas gigantes?

Julienne Stroeve, quien no estuvo involucrada en el estudio, no cree que la propuesta sea viable. Stroeve es profesora de la University College London y es científica principal del National Snow and Ice Data Center (Centro Nacional de Datos de Nieve y Hielo).

“El calentamiento climático en respuesta al aumento de las concentraciones de dióxido de carbono va a continuar, a pesar de los esfuerzos que se hagan para que vuelva el hielo al Ártico”, explica. “Por lo tanto, el exceso de calor a bajas latitudes de todas maneras será transportado hacia el Ártico, por medio de la circulación atmosférica y oceánica, y eso va a contrarrestar los esfuerzos para producir hielo en el Ártico”.

Desch está de acuerdo en que la propuesta es solo una parte de la enorme ecuación que se necesita para resolver la desaparición del hielo en el Ártico. El plan solo sería una “curita”, dice.

Reducir las emisiones de dióxido de carbono también sería crucial para salvar el hielo del Ártico a largo plazo.

“Lo que queremos con este estudio es provocar una discusión sobre estos temas para transmitir la idea de que necesitamos pensar en el hielo del Ártico y, claro, en reducir las emisiones de CO2”.

La propuesta para volver a congelar el Ártico es solo teórica, por el momento. Pero Desch y su equipo están tratando de construir un prototipo y buscan probarlo, este año.

“Es ambicioso y un poco loco, pero las opciones que están sobre la mesa son un poco locas”, dice Desch. “El estado actual de cosas es nulo. Eso es loco”.