En vez de eso, un niña bailó a la derecha en la habitación, y uno puede apreciar cómo la vida del pobre profesor Kelly pasa ante sus ojos mientras trata, con suavidad, de enviar a su hija a otro universo. No funciona. En cambio, logra convocar a otro hijo, que entra como un jinete en una silla para bebés. Los niños tienen una comprensión instintiva de cuándo es menos conveniente para ellos estar presentes, y los hijos de Kelly son expertos en esto.
Después de unos cuantos momentos divertidos, una mujer entra y desesperadamente los reúne y saca de la habitación. Así concluye la entrevista más entretenida jamás emitida sobre el tema de la destitución de la presidenta de Corea del Sur.
Kelly es también un colaborador de CNN, aunque a nuestro conocimiento nuestras entrevistas no han sido bendecidas por su pequeño séquito.
Hacer que las entrevistas a distancia y en vivo —tan incómodas a veces— salgan lo mejor posible es un arte valioso para los colaboradores de TV, y el giro viral de Kelly trajo recuerdos para algunos.
“Una vez estaba haciendo una entrevista por Skype con CNN en un Hotel Erbil cuando el tipo del minibar entró a mi habitación y me preguntó si quería más whiskey” dijo Mitchell Prothero, de Buzzfeed.
Hablando de recuerdos, esperamos que Kelly aproveche este asombroso material de chantaje cuando sus hijos crezcan.