(CNN Español) – A 41 años del golpe de Estado del 24 de marzo de 1976, Argentina sigue buscando respuestas a la violencia que ejercieron la dictadura militar y la guerrilla.
En el libro Argentina, un siglo de violencia, el escritor e historiador Marcelo Larraquy analiza 100 años de violencia en el país. “En la Argentina, durante más de un siglo, la violencia ha sido protagonista en el ascenso, el desarrollo o la caída de la mayoría de los gobiernos, desde el de Miguel Juárez Celman hasta el de Fernando de la Rúa”, escribe Larraquy.
En una entrevista con CNN Radio, Larraquy analizó la dictadura militar desde el momento previo al golpe de 1976 al gobierno de la presidenta María Estela Martínez de Perón. En su investigación, el escritor concluye que la violencia comenzó con el peronismo y que ese grupo político tiene una responsabilidad institucional y debe dar respuestas por sus acciones en el pasado.
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“La particularidad argentina es el peronismo… y Montoneros fue la única guerrilla latinoamericana que apoyó el acto electoral en que (Héctor) Cámpora, primero, y después Juan Perón gana las elecciones en 1973, pero aún así luego continuaron con las armas”, dice Larraquy.
“El peronismo desde el Estado aplica la represión ilegal contra sus propios partidarios, dejando en este caso del periodo 73 al 76 unos 3.500 presos políticos, 1.000 desapariciones y 1.500 asesinatos políticos, que de alguna manera pavimentaron el camino a las Fuerzas Armadas a tomar el poder el 24 de marzo del 76”, afirma el autor.
Para Larraquy, “ahí hay una responsabilidad institucional y política del peronismo”, así como de los partidos políticos “que generaron un vacío de poder al responder la violencia desde la ilegalidad imitando el procedimiento de la guerrilla”.
El escritor considera que lo militares encontraron una oportunidad propicia para tomar el poder “y ejercer el terrorismo desde el Estado como es bien conocida las consecuencias de la dictadura argentina”.
Según el historiador, la Argentina asumió, con el paso de cuatro décadas, que los militares nunca debieron tomar el poder y que no valía la pena el enfrentamiento fratricida violento entre partidos políticos. Y que aunque podía haber tensiones sociales y económicas, el sistema político institucional debía resguardarse, dice Larraquy.
“Lo que yo realizo en el libro es (determinar) cuáles fueron los motivos de cada grupo político, de los propios militares —que fue un actor clave en los 60 años de vida argentina— para ejercer la violencia desde el Estado o contra el Estado, que es una característica inherente en la Argentina del siglo XX: la violencia como una alternativa política en un país que vivió muchos golpes de Estado pero también en períodos democráticos donde se aplicó la represión ilegal con presos políticos y desapariciones”.
Para Larraquy, la idea del libro es condensar el análisis y la información de la característica de un país que no deja de ser faccioso y que entiende la violencia como una herramienta alternativa al voto”.
Escucha la entrevista para conocer más sobre el golpe de Estado, los 100 años de violencia en Argentina y el papa Francisco.