(CNN Español) – El director técnico de la Selección de México Juan Carlos Osorio se quedó calvo.
Su nuevo ‘look’ es producto de una apuesta que hizo con su equipo: si la selección mexicana ganaba este martes contra Trinidad y Tobago, Osorio se dejaría afeitar todo el pelo. En el encuentro por el hexagonal final de la Confederación de Norteamérica, Centroamérica y el Caribe de Fútbol (Concacaf, por sus siglas en inglés) de cara al Mundial de Rusia 2018, México triunfó, y Osorio tuvo que cumplir su promesa.
El encargado de hacerle pagar la apuesta fue el delantero Javier ‘Chicharito’ Hernández, quien desde hace algún tiempo también ha preferido este estilo.
Así fue el momento en el que Osorio se despidió de su cabellera:
La victoria por 0-1 de los mexicanos contra los Socca Boys trinitarios (con tanto de Diego Reyes) los confirmó como líderes del hexagonal con diez puntos, seguido de Costa Rica con siete unidades, Panamá con cinco, Estados Unidos con cuatro, Honduras con la misma cantidad y Trinidad y Tobago con tres.
Pero el camino de Osorio en la selección mexicana no ha sido fácil. Desde su llegada al banquillo en octubre del 2015 tras la salida de Miguel Herrera, las críticas no han faltado y el punto máximo de inestabilidad llegó tras la goleada por 7-0 que le propinó Chile el 18 de junio del 2016 en el marco de la Copa América Centenario. Pero, el presidente de la Federación Mexicana de Fútbol (Femexfut), Decio de María, decidió respaldarlo en aras del objetivo mayor de llegar a Rusia 2018.
De la mano de Osorio, México terminó como primero del Grupo A de la cuarta ronda de la Concacaf, lo que le garantizó un cupo en el hexagonal final, en el que el ha ganado tres partidos y empatado uno.
La tranquila andadura mexicana en este hexagonal final contrasta y mucho con el calvario vivido de cara a Brasil 2014, en el que se situaron cuartos, tuvieron que disputar una repesca contra Nueva Zelanda y tuvieron tres técnicos (José Manuel de la Torre, Víctor Manuel Vucetich y Miguel Herrera).
Este colombiano, quien fue asistente técnico de Kevin Keegan y Stuart Pearce en el Manchester City, no tiene cábalas de esas que abundan en el fútbol (como no entrar al campo con el pie izquierdo, tomar algo de césped y echárselo a la camisa u otras), pero siempre lleva consigo una oración que le regaló su mamá y una foto de su familia.
Suele hacer esta oración en la intimidad, pero tras un partido de la Copa Libertadores del 2014 entre el Atlético Nacional (club con el que ganó seis títulos) y el Newell’s Old Boys argentino, se hincó en plena cancha y rezó.
Su trabajo tiene otros dos sellos: la rotación constante de las nóminas y el uso de las libretas durante los partidos. Es difícil llevar la cuenta de los cambios constantes en la alineación ni en el número de libretas que ha agotado. “La libreta es una herramienta de trabajo en la que creo firmemente, porque es la mejor manera de mantener control de lo que ocurre en el juego y transmitírselo a los jugadores”, dijo en una entrevista en julio del 2013 al periódico El Colombiano, de Medellín.