(CNN) – Rusia no lo ha tenido fácil desde que ganó el derecho de organizar la Copa del Mundo 2018.

La votación secreta que ganó en el 2010, superando las ofertas de Inglaterra, Portugal-España y Holanda-Bélgica, estuvo sumida en la polémica, y la FIFA fue conminada a investigar las denuncias sobre sobornos que posiblemente influyeron en el proceso de votación. La cultura de los aficionados rusos al fútbol también ha sido sometida a un considerable escrutinio debido al vandalismo y a los ataques racistas hacia jugadores negros.

A cien días del comienzo de la Copa Confederaciones, un torneo de la FIFA que sirve de precursor a la Copa del Mundo del próximo año, ¿qué tan lista está Rusia para albergar el mayor evento deportivo del mundo?

¿Un festival de violencia o de fútbol?

Detalle de un brote de violencia en la ciudad francesa de Marsella durante la Euro 2016.

Imágenes de la violencia sangrienta en la ciudad francesa de Marsella durante la Eurocopa 2016 pusieron el foco en el vandalismo ruso, y muchos temen una repetición de esas escenas brutales en la Copa del Mundo del próximo año, que se celebrará del 14 de junio al 15 de julio. Se acusó a los aficionados rusos de haber causado las peleas, que se dieron en el partido de la fase de grupos entre Rusia e Inglaterra. Más de 100 fanáticos resultaron heridos y 30 fueron hospitalizados. De hecho, cinco de ellos estuvieron entre la vida y la muerte después de los enfrentamientos callejeros descritos por un fanático inglés como una “escena de guerra”.

Igor Lebedev, vicepresidente del parlamento ruso, felicitó inicialmente a los atacantes por defender el honor de su país, y este mes propuso que la solución a los problemas de Rusia era hacer del hooliganismo un deporte de espectadores.

Lebedev, también miembro del directorio de la Unión de Fútbol de Rusia (RFU, por sus siglas en inglés), dijo que tal medida “podría llevar la agresión de los aficionados en una dirección pacífica”. Una pelea entre hooligans del CSKA de Moscú y del Zenit de San Petersburgo durante un partido de la Premier League rusa el pasado fin de semana enfocó aún más la atención en el problema que enfrentan las autoridades.

El presidente de la FIFA, Gianni Infantino, dijo que “no está preocupado en lo absoluto” por la amenaza de la violencia de los fanáticos, mientras que el gobierno ruso ha introducido el uso de tarjetas de identificación para desalentar el hooliganismo. Para ver los partidos de la Copa del Mundo y de la Copa Confederaciones, todos los aficionados necesitarán portar esas tarjetas, que contienen una fotografía, detalles de contacto y también serán válidas como una especie de visas.

Un aficionado inglés herido después de una pelea callejera es ayudado por un equipo de rescate en el Euro 2016.

Rusia, ¿un ejemplo de tolerancia global?

Jugadores y aficionados de 32 países llegarán al país más grande del mundo para el primer Mundial que se celebrará en Europa del Este, pero ¿cómo aceptará Rusia a sus visitantes?
En los últimos años, un número de jugadores negros que juegan en la máxima categoría de Rusia se han quejado del repetido y persistente racismo.
Hace 18 meses, el delantero brasileño Hulk, que actualmente juega en China, dijo que se había topado con el racismo en “casi todos los partidos” cuando defendía los colores del Zenit.
“Si hay (el racismo) en la Copa del Mundo, será realmente grave y feo”, dijo en ese momento.

El delantero brasileño Hulk fue el más caro en la historia de la Premier League rusa.

El Zenit, en particular, ha sido objeto de atención en los últimos años. En el 2012, un grupo de aficionados lanzó un manifiesto pidiendo que jugadores no blancos y homosexuales fueran excluidos del equipo, un pronunciamiento del que el club se distanció rápidamente.

El informe más reciente publicado por investigadores de FARE (Football Against Racism in Europe) y el Centro SOVA de Moscú registró 92 casos de exhibiciones y cantos discriminatorios por parte de los aficionados rusos en el interior y los alrededores de los estadios durante la temporada 2014-15.

¿Qué pasa con los fanáticos y jugadores homosexuales?

Rusia no es el único país donde las minorías sexuales sufren discriminación. Pero hace dos años, el estadounidense Robbie Rogers, uno de los pocos jugadores de fútbol abiertamente homosexuales, describió la decisión de adjudicarle a Rusia y Qatar los mundiales del 2018 y el 2022 como “una locura”. El centrocampista del LA Galaxy dejó claro que pensaba que viajar a esos países era un riesgo para los aficionados y jugadores gays.

Un año antes de la declaración de Rogers, los derechos de la población LGBT habían ocupado un lugar central en los Juegos Olímpicos de Invierno, celebrados en el balneario de Sochi, en el Mar Negro, luego de que el gobierno ruso prohibió la promoción de la sexualidad “no tradicional” en el 2013, acto visto ampliamente como un ataque a los derechos de los homosexuales.

El presidente ruso Vladimir Putin causó más indignación internacional cuando dijo que los gays en los Juegos Olímpicos de Sochi “deberían dejar a los niños en paz”. Hace tres años entró en vigencia su llamada “Ley de Fanáticos”, que regulaba el comportamiento dentro de los estadios y prohibía la parafernalia y símbolos de carácter político, nazi, extremista o provocador.

La FIFA dijo que monitoreará los casos de discriminación durante los torneos en Rusia y celebrará sus “Días Anti Discriminación” anuales durante las semifinales de la Copa Confederaciones del 28 al 29 de junio.

Costos crecientes, recortes presupuestarios

Rusia ha aumentado el gasto en la Copa del Mundo en 326 millones de dólares, informaron el mes pasado medios estatales, con lo que el costo total de la celebración del evento superó los 10.000 millones de dólares. Es 5.000 millones menos que el costo de la Copa del Mundo del 2014 en Brasil, y considerablemente más barato que los 50.000 millones de dólares que costó organizar los Juegos Olímpicos de Invierno en Sochi.

El torneo se celebrará en 11 ciudades en tres zonas horarias diferentes. Con un promedio de 643 kilómetros de distancia entre las sedes, hay una gran cantidad de terreno que tendrán que recorrer los aficionados.

Fotografía del 14 de julio del 2015 en la que se ven grúas en el sitio de construcción del nuevo estadio de fútbol del Rostov del Don.

Los partidos se concentran en la parte europea del país, pero Kaliningrado (la ciudad anfitriona más occidental) y Ekaterinburgo (la más oriental) están a 3.218 kilómetros la una de la otra, una distancia similar a la que está Londres de Moscú.

Las entradas rompen la barrera de los mil dólares

Por primera vez en una Copa Mundial de la FIFA, algunas entradas cuestan más de 1.000 dólares. Los aficionados tendrán que pagar 1.100 dólares por el boleto más caro en la final, un aumento con respecto a los 990 cobrados en la última final de la Copa del Mundo celebrada en Río de Janeiro. Los boletos más baratos para los aficionados no rusos costarán más de 16% más que los que pagaron los no brasileños para el Mundial del 2014, con unas entradas más asequibles para los juegos de la fase de grupos disponibles por 105 dólares, un aumento de 15 con respecto al 2014.

Aficionados alemanes buscan entradas para la final de la Copa Mundial de la FIFA del 2014.

Y el fútbol …

Aficionados rusos abatidos tras la derrota por 3-0 de Rusia ante Gales en un partido del grupo B de la Euro 2016.

¿Cómo le irá a la selección rusa en acción? La Euro 2016 fue un torneo para olvidar para la anfitriona de la Copa Mundial tras una humillante eliminación en la fase de grupos.

El exjugador Aleksandr Bubnov calificó a sus compatriotas como “el equipo más débil de la Euro”, mientras que el entrenador Leonid Slutsky renunció inesperadamente.

Pero el bajo nivel ha continuado bajo el nuevo entrenador, el exportero Stanislav Cherchesov.

Rusia ha ganado sólo dos de sus últimos 10 partidos internacionales, y una sorpresiva derrota por 2-1 en Qatar el pasado mes de noviembre provocó críticas de Putin. “No hemos visto un hermoso juego de la selección nacional desde hace mucho tiempo”, dijo el mandatario.

Si Rusia puede mejorar en la Copa Confederaciones, un evento de ocho naciones que se desarrolla entre el 17 de junio y el 2 de julio, es una pregunta abierta. El anfitrión ha sido emparejado en el grupo A junto a Portugal, Nueva Zelanda y México, mientras que el actual campeón del mundo, Alemania, estará con Chile, Camerún y Australia.