Washington (CNN) – Una serie de plazos legislativos y simbólicos encabezan esta semana en Washington, en medio de varias encuestas que sugieren que el presidente Donald Trump es históricamente impopular durante este primer momento de su Casa Blanca.
Si hay un cambio de rumbo para Trump, comienza esta semana.
Empecemos con la parte más urgente: el gobierno se quedará sin dinero y se cerrará a menos que algún tipo de proyecto de gasto (a corto o largo plazo) se apruebe este viernes por la noche. Los republicanos han insistido durante algún tiempo en privado que ese escenario no ocurriría, entendiendo que la responsabilidad de tal decisión recaería en ellos pues controlan todas las palancas del poder en Washington.
Sin embargo, el cálculo de “no te preocupes, lo resolveremos” fue torpemente interrumpido la semana pasada, cuando el gobierno de Trump dejó claro que quería 1.400 millones de dólares incluidos en la ley de gastos, como una especie de anticipo para el tan prometido muro en la frontera con México.
El secretario de Seguridad Nacional, John Kelly, le indicó a Dana Bash de CNN este domingo que Trump “insistirá” en que se incluyan los fondos para el muro fronterizo: “Creo que el presidente ha sido bastante directo sobre su deseo y la necesidad de un muro fronterizo”, sostuvo el funcionario.
El jefe de gabinete de la Casa Blanca, Reince Priebus, y el director de la Oficina de Administración y Presupuesto, Mick Mulvaney, se negaron a revelar si Trump vetaría un proyecto de ley de gasto que no incluyera el financiamiento del muro.
Aún falta ver qué tan firme será la postura que Trump tome al respecto, mientras se acerca la fecha límite para financiar al gobierno. Lo que está claro es que el presidente no obtendrá ningún voto demócrata para un proyecto de ley de gasto que incluya fondos destinados al muro fronterizo. Y es posible que pierda a los congresistas moderados dentro de su partido, que están preocupados por el mensaje que está enviando a los votantes en sus distritos indecisos. Trump también podría perder apoyo entre los conservadores inquietos con el aumento del déficit.
Luego está el proyecto de ley de salud, que aún no se da por muerto, sobre el cual la Casa Blanca insistió la semana pasada que estaba ganando apoyo y se podría votar en los próximos días.
“El plan se pone cada vez mejor y mejor, y se ha hecho muy, muy bien. A la gente le está gustando mucho”, sostuvo Trump sobre el proyecto de ley la semana pasada.
El problema es que, más allá de esa feliz conversación, hay pocas pruebas de cualquier tipo de impulso para la legislación, que no logró ni siquiera pasar a una votación cuando los republicanos de la Cámara de Representantes lo intentaron el mes pasado por primera vez.
La Casa Blanca parece estar alejándose de su urgencia inicial de aprobar el nuevo proyecto de salud, tal vez reconociendo el hecho de que los votos (todavía) no están listos para un ajuste de Ley de Atención en Salud.
“Es un maratón, no una carrera de máxima velocidad”, indicó Priebus en el programa Meet the Press, de la cadena NBC este domingo. “Tenemos esperanzas para esta semana, pero no tiene que ocurrir necesariamente para definir nuestro éxito”.
Justamente, el éxito está muy presente en la mente de Priebus y de su jefe, ya que este sábado se cumplen los primeros 1000 días de Trump en el cargo. Aunque el presidente indicó en su cuenta de Twitter que esta fecha representaba algo “ridículo”, él se está esforzando por alcanzar como sea posible la mayor cantidad de victorias antes del sábado.
“No importa qué tanto logre durante el ridículo estándar de los primeros 100 días, y ha sido bastante, los medios de comunicación matarán”.
Con eso en mente, Trump está preparado para dar a conocer los detalles generales de su propuesta de reforma tributaria este miércoles. También está agendado que pronuncie un discurso en el museo del Holocausto este martes, además de firmar una serie de decretos sobre energía este viernes. Y la Casa Blanca lanzará un sitio web esta semana diseñado especialmente para resaltar los logros de Trump en este periodo.
El sábado, Trump asistirá a un importante acto en Harrisburg (Pensilvania), como una especie de celebración de esos primeros 100 días. Esa reunión será durante la misma noche de la cena de los corresponsales de la Casa Blanca, una reunión anual de políticos y medios de comunicación en el centro de Washington. Trump ya anunció que ni él ni sus altos funcionarios asistirán a la comida, debido a la irritante relación entre el gobierno y los medios de comunicación.
Enmarcando todo esto están las dos nuevas encuestas nacionales que muestran a Trump luchando por ganarse la aprobación de muchos estadounidenses. Un sondeo del diario The Washington Post y de la cadena ABC News publicado este domingo registró un 42% de aprobación y un 53% de desaprobación para el presidente. Eso hace que Trump sea el primer mandatario en la era moderna de las encuestas en tener una aprobación inferior al 50% al acercarse a sus primeros 100 días en el cargo. Una encuesta de la cadena NBC News y el periódico Wall Street Journal también dio a conocer este domingo que casi dos tercios de los encuestados pensaban que el comienzo del gobierno de Trump fue “pobre” o “apenas aceptable”. Por el contrario, el 35% dijo que Trump había tenido un “gran” o “buen” comienzo.
Trump publicó en su cuenta de Twitter dos mensajes respondiendo a una de esas encuestas, rescatando una cosa positiva:
“Las nuevas encuestas publicadas hoy son muy buenas teniendo en cuenta que gran parte de los medios de comunicación son FALSOS y casi siempre todos negativos. Aún le podría ganar a Hillary (Clinton) en el voto popular. La encuesta de ABC News y Washington Post (que estuvieron muy equivocados en las elecciones) dijo que casi todos mantendrían su voto para mí y que el 53% dijo que soy un líder fuerte”, escribió el presidente en la red social.
Sumándolo todo está claro que esta semana será un momento importante para Trump y para Washington en general. ¿Puede Trump encontrar una manera de reunir a su partido detrás de un proyecto de ley para evitar un cierre del gobierno y ejecutar una carrera centrada hasta su centésimo día? ¿O será esta semana como todas los anteriores: caótica y azarosa, impulsada por un presidente que parece cambiar de opinión sobre asuntos grandes y pequeños todos los días?