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El difícil inicio de las negociaciones de paz en Siria y la sombra de Putin
02:05 - Fuente: CNN

(CNN) – Estados Unidos está tratando de detener a dos de sus aliados, Turquía y los kurdos sirios, para que no se destrocen entre sí en medio del más sangriento y difícil de resolver de los conflictos del siglo XXI.

Todo esto es parte de un juego de poder en un conflicto ya absurdamente complicado, que ha absorbido a las grandes potencias del mundo, y a muchas de las menores.

Sólo en el mes de abril, Estados Unidos y sus aliados de la coalición, más Rusia, Turquía e Israel han lanzado ataques aéreos o de misiles sobre objetivos en Siria.

Además de las fuerzas sirias -tanto los leales como los opositores al régimen- hay tropas de Rusia, Estados Unidos, Turquía, Irán y Líbano (Hezbolá) operando en Siria, así como grupos irregulares de Iraq y Afganistán.

Las fuerzas especiales del Reino Unido, Francia y otros países de la OTAN probablemente también operan en el país. Otros, incluyendo a Arabia Saudita, Qatar y Jordania, están apoyando activamente facciones en la guerra de Siria. Y hay un abanico de nacionalidades representadas en las filas de ISIS.

Más de 400.000 personas han muerto en estos seis años de conflicto. Más de cinco millones de personas han huido al exilio. Más de seis millones de personas fueron desplazadas internamente. La guerra ha destruido la economía. Gran parte de Siria está en ruinas.

Los estadounidenses están en el noreste de Siria para apoyar a sus aliados locales en la guerra contra ISIS. Operan bajo el paraguas de las llamadas Fuerzas Democráticas Sirias (SDF), que incluye a los árabes sirios y cristianos asirios, pero también a muchos kurdos sirios del YPG, las Unidades de Protección Popular.

El YPG es la rama siria del Partido de los Trabajadores Kurdos de Turquía, el PKK, un grupo marxista que ha estado en guerra desde 1984 tratando de labrarse un Estado separado de Turquía, aliado de Estados Unidos y miembro clave de la OTAN. Turquía y Estados Unidos han calificado el PKK como un grupo terrorista.

El apoyo de Estados Unidos a los kurdos en Siria ha enfurecido a Recep Tayyip Erdogan, el presidente de Turquía.

Erdogan dice que está “muy preocupado al ver banderas de Estados Unidos en un convoy que tiene harapos del YPG”, en referencia a la bandera del YPG. Erdogan hizo estas declaraciones a los periodistas en el aeropuerto internacional Ataturk antes de partir en una visita a la India, según la agencia estatal de noticias turca Anadolu.

Erdogan dijo que Ankara está profundamente preocupado por las imágenes de los soldados estadounidenses asistiendo a los funerales de “terroristas” del  YPG, como él los llama, que murieron en los ataques aéreos de Turquía contra objetivos del PKK/YPG en Siria y el norte de Iraq el 25 de abril. Erdogan dijo que “mencionará estas cuestiones al presidente (Donald) Trump” cuando los dos se reúnan este mes de mayo.

Turquía considera tanto al PKK como a ISIS como organizaciones terroristas, y ha dejado claro que se opondrá, por todos los medios necesarios, a que una entidad afiliada al PKK como el YPG controle grandes extensiones de territorio en sus más de 800 kilómetros de frontera con Siria.

Las fuerzas turcas y sus aliados sirios han dividido su tiempo entre la lucha contra ISIS y la lucha contra las fuerzas kurdas apoyadas por Estados Unidos.

Las SDF, dominadas por elementos del YPG (sí, es una sopa de letras), ha sido eficaz, con apoyo de la coalición liderada por Estados Unidos, en la expulsión de ISIS de grandes partes del noreste de Siria, y hasta este último estallido de las tensiones, se estaba preparando para la ofensiva final contra la fortaleza de ISIS en Raqqa, en el río Eufrates. Ese esfuerzo puede ahora quedar en entredicho mientras esta complicada red de alianzas comienza a deshilacharse.

Hablando desde Bagdad, el coronel John Dorrian, portavoz de la operación Inherent Resolve, dijo que los ataques aéreos turcos en Siria e Iraq se llevaron a cabo sin la adecuada coordinación con la coalición.

Según testigos, las tropas estadounidenses en Siria comenzaron a patrullar cerca de la frontera con Turquía el sábado, en un intento, tal vez, de disuadir a Turquía de tomar una acción ofensiva contra el YPG dentro de Siria.

Para resumir, todo esto es un lío espantoso y quien quiera arreglarlo tendrá que tener la paciencia de Job y la sabiduría de Salomón.