(CNN Español) – El próximo 26 de mayo, la Policía de Colombia dará inicio a la segunda fase de una gigantesca operación dedicada a desmantelar al Clan del Golfo, una temida banda dedicada al narcotráfico y a la extorsión, que según la misma Policía es una de las “organizaciones más peligrosas del crimen trasnacional”.
Agamenón, como las autoridades bautizaron a la megaoperación que también busca desintegrar a otras bandas criminales, nació en el 2015 y hasta el momento ha dejado 1.284 capturas, 94 toneladas de cocaína incautadas, 81 laboratorios y 2 pistas clandestinas para sacar la droga, 103.401 vehículos y 2 máquinas retroexcavadoras decomisadas, 409 armas de fuego y 27 mil millones de pesos incautados (unos 9,2 millones de dólares), entre otras cosas. Más de 1.500 efectivos han estado dedicados a que Agamenón sea un éxito.
Tantos números y tan abultados responden a un objetivo fundamental: quitarle al enorme pulpo creado por el Clan de Golfo varios de sus tentáculos. Todos, sí es posible. Pero cada vez que uno de ellos muere o es detenido, parecen reproducirse otros varios en su reemplazo.
El grupo, antes conocido como Clan Úsuga, tiene entre sus líderes a exnarcotraficantes y exparamilitares y nació tras la desmovilización de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), grupo paramilitar de de extrema derecha, en el 2006.
Según el Ministerio de Defensa, en su momento de mayor auge, año 2009, llegó a tener hasta 4.000 miembros. Hoy, de acuerdo con las autoridades, tiene 1.800. El Clan del Golfo es especialmente poderoso en la costa Pacífica y Atlántica de Colombia.
Sin embargo, sigue causando terror en la población y lucrándose del negocio de las drogas ilícitas, pues como lo reportó CNN en Español en marzo pasado, un informe del Departamento de Estado de EE.UU. asegura que nunca antes en Colombia se había cultivado tanta hoja de coca.
Una de sus tácticas más recientes ha sido asesinar a miembros de la Fuerza Pública por medio de un “plan pistola”, por el que el Clan del Golfo contrata a sicarios para matar a policías y militares.
El defensor del Pueblo, Carlos Negret, ha denunciado que la organización criminal está ofreciendo a sicarios el equivalente a 700 dólares por cada policía que sea asesinado; “como en las peores épocas de Pablo Escobar”.
En un audio conseguido por la revista Semana, de Colombia, de una conversación sostenida por radioteléfono entre dos policías, se escucha claramente cuando uno de ellos le informa a su superior que un hombre capturado en Bogotá confesó ser un desmovilizado de las FARC, que luego fue contactado por miembros del Clan para matar policías por hasta 2,6 millones de pesos (casi 900 dólares).
“El balance de los atentados del Clan del Golfo contra la Fuerza Pública ha sido de siete policías y dos civiles asesinados, 41 lesionados y se han activado en doce ocasiones artefactos explosivos y ha habido hostigamientos. Todo esto dentro de un designio criminal, llamado por ellos, ‘plan pistola’”, dijo el ministro de Defensa de Colombia, Luis Carlos Villegas, el pasado 15 de mayo.
En otra de las comunicaciones internas de la Policía conseguidas por Semana, y escuchada por CNN en Español, un policía documenta cómo a un detenido se le encontraron, entre otras cosas, “fotos de compañeros de la SIJÍN (unidades seccionales de la Dirección de Investigación Criminal e Interpol o DIJÍN)” y direcciones de policías anotadas en una libreta.
Como lo ha planteado el defensor del Pueblo, la escalofriante táctica de pagar por cada policía asesinado no es nueva para la sociedad colombiana, que recuerda bien cómo durante la época del Cartel de Medellín y su máximo líder, Pablo Escobar, en las décadas de 1980 y 1990, se llegó a pagar hasta 1 millón de pesos (344 dólares de hoy) por cada miembro de la policía que fuera asesinado.
Los líderes
A pesar de todas las capturas y de la gigantesca operación puesta en marcha para desactivar al poderoso cartel de narcotraficantes, los líderes del Clan del Golfo siguen libres. Se trata de Dairo Antonio Úsuga, alias ‘Otoniel’, quien opera como jefe del cartel; Roberto Vargas, alias ‘Gavilán’, y Carlos Antonio Moreno, alias ‘Nicolás’.
Por información que permita a las autoridades capturar a ‘Otoniel’ se ofrecen 3.000 millones de pesos colombianos (un poco más de 1 millón de dólares), mientras por cualquier dato que permita encontrar y detener a ‘Gavilán’ y ‘Nicolás’ ofrecen 500 millones de pesos (172.000 dólares). Por el resto de líderes de la organización, la suma llega hasta los 115 millones de pesos (casi 40.000 dólares).
“No es cierto que el Clan del Golfo está creciendo e invadiendo las regiones, porque con el Plan Victoria de las Fuerzas Militares y las comunidades seguras y en paz de la Policía se ha ahuyentado al Clan del Golfo de las zonas donde antes estaban”, aseguró el pasado 5 de abril el ministro de Defensa de Colombia Luis Carlos Villegas.
El pasado 2 de mayo, en combates con la Policía murió Úldar Cardona Rueda, alias ‘Pablito’, mano derecha de ‘Gavilán’ y líder de la banda en tres departamentos del país, por quien las autoridades ofrecían 115 millones de pesos colombianos.
El mismo ministro de Defensa confirmó que el ‘plan pistola’ del Clan del Golfo se intensificó tras la muerte de alias ‘Pablito’. Pero es reiterativo en asegurar que las autoridades cada vez le quitan más fuerza al motor que alimenta a la que hoy es la organización criminal más grande y peligrosa de Colombia.