Nota del editor: Kelly Wallace es corresponsal digital para CNN y editora de temas sobre familia, carrera y vida. Puedes leer sus otras columnas y seguir sus reportes en CNN Parents y en su cuenta de Twitter @kellywallacetv.
(CNN) – Cualquier padre o madre de un estudiante de primaria o secundaria probablemente está enterado de las políticas antiacoso que existen en el colegio de sus hijos. Muchas escuelas tienen reglas de cero tolerancia para cualquier tipo de bullying hacia otro estudiante, ya sea en una interacción cara a cara o en línea.
Lo que nos hizo pensar en una pregunta a la luz de los tuits violentos que escribió el presidente de Estados Unidos Donald Trump, atacando la inteligencia y la apariencia física de Mika Brzezinski, presentadora de MSNBC, así como el estado mental de su compañero de set y presentador Joe Scarborough: si Trump estuviera en la escuela ¿sería expulsado o suspendido por dichos mensajes?
Le planteé esa pregunta a una serie de expertos sobre el matoneo en todo el país. La respuesta fue: no está claro si sus acciones lo sacarían del colegio, pero esa podría ser una consecuencia de sus acciones. Como mínimo, el mandatario sería llamado a rendir cuentas por su comportamiento, explicaron las personas consultadas.
Susan Swearer, codirectora de la Red de Investigación sobre el Bullying y catedrática de psicología educativa en la Universidad de Nebraska, puso sobre la mesa el reciente incidente en la Universidad de Harvard, cuando la institución anuló las ofertas de admisión de por lo menos 10 estudiantes de primer año, después de que estos publicaran memes inapropiados en el chat de un grupo en Facebook.
Harvard sostiene que se reserva el derecho de anular las ofertas de admisión si los estudiantes se involucran en un comportamiento “que pone en duda su honestidad, madurez o carácter moral”, de acuerdo a las declaraciones una portavoz de la universidad.
“Si usamos los estándares de Harvard, entonces diría que estos tuits ponen en duda la honestidad, la madurez y el carácter moral del presidente Trump”, señaló Swearer, además coautora de una extensa revisión sobre la investigación del bullying, publicada en la revista American Psychologist de la Asociación Estadounidense de Psicología.
Si el mandatario estuviera en el colegio sería hallado responsable y, como mínimo, se le pediría que se disculpara, insistió la académica.
Becki Cohn-Vargas, directora del programa Not In Our School (No en nuestra escuela) que trabaja para crear redes de colegios que están libres de acoso, apuntó a la definición real de bullying que aparece en el sitio web del gobierno estadounidense StopBullying.gov.
El matoneo incluye acciones como “amenazar, difundir rumores, atacar a alguien físicamente o verbalmente y excluir a propósito a alguien de un grupo”, según el sitio web.
“Hemos visto un patrón de este tipo de comportamientos en el presidente Trump y una escuela estaría obligada a tomar medidas serias”, aseguró Cohn-Vargas, quién también fue exdirectora, superintendente y maestra con más de dos décadas de experiencia en educación.
Si Trump estuviera en el colegio, además de ser disciplinado por esta conducta, la escuela trataría adicionalmente de ayudarlo a aprender cómo más respetuoso y responsable, agregó la experta. “Podrían enviarlo a una consejería o a un grupo especial para aprender habilidades sociales”, insistió.
Nancy Willard, directora de la organización Embrace Civility in the Digital Age (Acoge la civilidad en la era digital) que busca combatir el acoso cibernético, explicó que comentarios como los de Trump probablemente no derivarían en una suspensión o una expulsión. Las escuelas están bajo una presión para reducir estos dos tipos de sanciones, indicó. Según Willard, para que el rector o director tome cartas en el asunto los actos ofensivos deben ser realmente significativos: por ejemplo, un ataque físico o una agresión verbal o escrita muy evidente y debidamente documentada.
Y también está el tema del discurso fuera de la escuela. “Los colegios alcanzarían a responder legalmente a las expresiones fuera del campus, a menos de que pudieran demostrar que tal acción causó o era probable que causara una alteración sustancial en la escuela o una interferencia significativa contra los derechos de otros estudiantes de estar a salvo”, expuso Willard, autora del libro Positive Relations @ School (& Elsewhere): Legal Parameters & Positive Strategies to Address Bullying & Harassment (Relaciones positivas en la escuela y en el resto de lugares: parámetros legales y estrategias positivas para enfrentar la intimidación y el acoso). “No creo que esta expresión (la de Trump) cumpla este estándar”, continuó.
La primera dama Melania Trump, quien durante la campaña presidencia aseguró que se concentraría en combatir el matoneo cibernético cuando llegara a la Casa Blanca –y de quien se espera que revele los detalles de este plan en los próximos meses–, está respaldando los recientes y controvertidos tuits de su esposo.
“Como lo ha declarado públicamente la primera dama en el pasado, cuando su esposo es atacado él responderá 10 veces más fuerte”, aseveró la directora de comunicaciones de Melania Trump, Stephanie Grisham, en una declaración para CNN cuando se le preguntó sobre los polémicos mensajes en Twitter.
Los tuits del presidente se publicaron el jueves pasado, después de lo que la secretaria de prensa de la Casa Blanca Sarah Huckabee Sanders calificó como “ataques indignantes que ocurrieron” en el programa de MSNBC Morning Joe. Esa mañana, la presentadora Brzezinski aseguró: “Nada logra más que un hombre se sienta bien que hacer una portada falsa de una revista sobre sí mismo mintiendo todos los días y destruyendo el país”.
Ese sentimiento de responder mucho más agresivamente si eres atacado es una represalia impulsiva, según Willard. Su investigación demuestra que las razones principales por las que los estudiantes hirieron a otra persona es porque estaban enojados – algo que no les permitió pensar con claridad– y porque la persona les había hecho daño.
Lo que ella intenta para ayudar a sus estudiantes a evitar la reacción impulsiva cuando están enfadados es insistir en la necesidad de tomarse tiempo para recuperar la calma. “La práctica de ser conscientes puede ayudar. Yo le recomendaría esto al presidente”, sostuvo. “Ser capaz de pensar las cosas para determinar el mejor enfoque a la hora de enfrentar una situación desafiante es también un imperativo. Mejorar las habilidades de resolución de problemas del presidente también ayudaría”, insistió.
El impacto potencial en los niños
Lo que Willard y los otros expertos en bullying con los que hablé enfatizaron fue el impacto que los mensajes en Twitter de Trump podrían tener entre los jóvenes.
“Desde la perspectiva de la prevención del matoneo, el aspecto más serio de este tuit –y también de muchos otros comentarios del señor Trump que han denigrado a las mujeres, las personas con discapacidades, los musulmanes, los latinos y cualquier persona que no está de acuerdo con él– es que está modelando el tipo de comentarios hirientes sobre los que hemos trabajado tan duro para animar a los jóvenes a que los eviten”, señaló Willard. “Cuando las personas en posiciones de liderazgo modelan este tipo de lenguaje dañino, muchos jóvenes concluirán que dicho comportamiento es aceptable”, continuó.
Willard resaltó los datos de una encuesta que ella realizó en 2015 con más de 1.500 estudiantes de escuelas secundarias. La experta les preguntó con qué frecuencia en el último mes habían visto que otros alumnos o que el personal de la escuela los agredieron a ellos mismos o a alguien más. También indagó por la constancia en que los estudiantes eran hirientes o habían sido víctimas de comentarios dañinos.
El 21% de los estudiantes fue testigo de que el personal de la escuela agredió a un estudiante una o dos veces al mes, mientras que el 12% presenció actos hirientes por parte del personal una o dos veces por semana, según los resultados de Willard. “Cuando los jóvenes ven que los adultos son hirientes, esto aumenta significativamente la probabilidad de que también ellos cometan actos hirientes”, informó.
Cohn-Vargas, quien también es coautora del libro Identity Safe Classrooms: Places to Belong and Learn (Identificar salones seguros: lugares para pertenecer y aprender), indicó que Trump debería ser consciente del poder que ejerce. “También debe reconocer que es un modelo a seguir para los demás”, recalcó.
Ahora, los expertos coinciden en que los tuits de Trump también trepan una oportunidad para que los padres de familia conversen con sus hijos sobre lo que es un comportamiento adecuado y lo que es totalmente inaceptable.
“Sólo porque alguien ostente una posición de autoridad no significa que tiene derecho a menospreciar y avergonzar a otros en línea”, manifestó Sue Scheff, abogada familiar de seguridad en internet y autora del libro Shame Nation: Preventing, Surviving and Overcoming Digital Disaster (Nación de la vergüenza: prevenir, sobrevivir y superar el desastre digital) , que se lanzará este otoño.
“A pesar de que el presidente obviamente cree que esto está bien, este es uno de esos momentos propicios para enseñar, de los que tenemos que aprender… incluso las personas inteligentes no toman buenas elecciones en internet”, añadió. “Explícale a tu hijo que nunca hay una razón para tratar a la gente de manera cruel, ni en línea ni en persona. Incluso si eres el presidente de Estados Unidos, de nuevo, eso no es una excusa”, continuó.
Scheff por su parte recomendó a los padres poner el foco de atención en los líderes del Congreso que han alzado la voz, incluyendo miembros del propio partido del presidente, para instarle a detener sus trinos ofensivos, como el que Trump escribió contra Brzezinski.
“Sus propios colegas pidiéndole que cambie el tono, son un gran ejemplo de alguien que alza la voz incluso si es frente al presidente de Estados Unidos”, afirmó Scheff, cuyos otros libros incluyen Google Bomb: The Untold Story of the $11.3M Verdict That Changed the Way We Use the Internet (Bomba de Google: la historia no contada del veredicto de los 11,3 millones de dólares que cambió la manera que utilizamos internet). “Nadie está exento de que le digan que cometió un error”, insistió.
¿Crees que por sus trinos, el presidente Trump sería suspendido o expulsado si estuviera en la escuela? Comparte tus pensamientos con Kelly Wallace en Twitter @kellywallacetv.