(CNN) – Correos electrónicos, listas de embarques, facturas de hoteles, declaraciones de tarjetas de créditos y documentos de la Comisión Federal de Elecciones serán las pruebas para demostrar una supuesta estrategia de soborno que durante siete años habría ejecutado el senador demócrata por Nueva Jersey Bob Menéndez, junto a un socio, como lo señala un nuevo escrito presentado por los fiscales ante la corte federal este miércoles.
Los nuevos detalles del caso que lleva el Departamento de Justicia se conocen una semana antes de que empiece el juicio contra Menéndez y el también acusado oftalmólogo de Florida Salomon Melgen. Las audiencias empezarán el próximo 6 de septiembre en el tribunal federal de Newark, Nueva Jersey. Menéndez y Melgen fueron acusados de 18 cargos por delitos de fraude y soborno. Los dos se declararon inocentes.
A Menéndez y Melgen se les señala de tener una relación de “quid pro quo”, que se remonta a 2006. Según los fiscales, a cambio de lujosas vacaciones y grandes donaciones a los fondos de de su campaña, Menéndez usó su poder para defender diversos intereses personales y comerciales de Melgen dentro del gobierno.
Los jurados también escucharán diferentes testigos, incluyendo a quienes hicieron parte del personal de Menéndez, a funcionarios del Departamento de Estado e incluso a pilotos que volaron el jet privado que el senador supuestamente usó en las lujosas vacaciones patrocinadas por Melgen. Además, los fiscales dejaron entrever que presentarán gráficos y cuadros para poder resumirle los documentos al jurado: escribieron que esta será la manera más eficiente de comunicar las 200.000 páginas de pruebas admisibles.
En la sesión informativa sobre el juicio, los fiscales también instaron al tribunal a ignorar lo que consideran es un intento de la defensa por desviar los hechos del caso y por tratar de plantear los actos de Menéndez bajo un contexto positivo. Los aliados del senador han alegado que su acusación fue motivada políticamente.
“Este caso se trata de asuntos serios de leyes y hechos relacionados con la corrupción de uno de los más altos cargos de elección popular en el gobierno de Estados Unidos”, asegura el escrito. “No se trata de pistas anónimas, de Cuba, de Irán, de la política partidista o de las consecuencias políticas de una condena. La pregunta de si los acusados participaron en una trama corrupta no puede responderse con las teorías conspiratorias de los acusados. Por el contrario, sólo puede contestarse a través de una evaluación centrada en las declaraciones contemporáneas de los acusados y de sus agentes, de los registros financieros y administrativos, y de los testimonios en vivo y no anónimos”, añadió.
La semana pasada, los abogados de Menéndez presentaron una moción ante la corte, pidiendo que el cronograma del juicio fuera divulgado para así permitir que el senador pudiera participar en las votaciones críticas, incluyendo el futuro de la Ley del Cuidado de Salud a Bajo Precio.
“Tanto el senador Menéndez como los ciudadanos que lo eligieron tienen un incuestionable interés en que el senador continúe desempeñando las principales funciones legislativas que la Constitución le asignó”, escribieron los abogados de Menéndez en la solicitud. “(Un) cronograma para el juicio que perjudique este hecho interfiere directamente en el funcionamiento independiente del Poder Legislativo, pues pone al senador Menéndez en la posición de elegir entre sus derechos individuales al debido proceso y a la confrontación, por un lado, y por el otro, el de cumplir con sus deberes legislativos centrales”.
El juez federal William H. Walls aún no ha decidido sobre la solicitud, pero la semana pasada señaló en el tribunal que no estaba dispuesto a contemplarla.
“Si el senador desea ausentarse en algunas ocasiones por las votaciones, esa es su prerrogativa y no tengo ningún problema con eso”, indicó Walls. “El punto es que el senador no es peor y ni mejor que cualquier otro acusado. Todo acusado tiene derecho a estar presente y cualquier acusado tiene derecho a no estar presente”, añadió.