(CNN) – Para muchas víctimas del huracán Harvey, las furiosas inundaciones que azotaron varias ciudades de Texas arrasaron con sus recuerdos de vida más valiosos.
Pero para Kyle Perry y Stephanie Hoekstra fue su futuro —su boda, que planeaban para la semana siguiente; y su vestido de boda, que guardaban en casa— lo que se llevó la inundación a su paso.
Mientras el agua empezó a inundar el hogar de Perry en Lumberton, cerca de Beaymont, Texas, él pudo salvar solo algunas pertenencias. Su casa había evitado el impacto de la tormenta hasta entonces y el bombero de 35 años de edad había trabajado turnos consecutivos rescatando a otras personas víctimas de inundaciones.
Perry puso en lo alto de su cocina sus amadas bicicletas, sacó a sus dos perros y a sus cachorritos, y antes de evacuar, fue al cuarto de invitados y agarró el vestido de bodas de su prometida y lo almacenó en la parte superior del guardarropa, esperando que permaneciera seco.
El jueves, Perry fue en un bote con sus amigos y mientras avanzaba por su vecindario inundado supo que las cosas no estaban bien. “Me bajé del bote y la inundación me daba al cuello. Abrí la puerta de mi casa y supe que era una pérdida total”.
Hoekstra había llegado dos semanas antes de Ontario, Canadá, donde ella vive con sus dos hijos, y puso su vestido en el guardarropa. Ella le advirtió a Perry no mirar el vestido, pero cuando regresó a Ontario vio ansiosamente a través transmisión de Facebook mientras su prometido examinaba el desastre.
“Todas las cosas que habíamos llevado para la boda —los platos, servilletas, todo— estaba flotando en la casa de Kyle”, recuerda ella. “Claro que son solo cosas que pueden ser reemplazadas pero fue duro al verlo porque luchamos el año pasado para tenerlo todo. Ahora todo se ha ido”.
Mientras Perry caminó en su casa con el agua hasta el pecho en algunos lugares, sus dos bicicletas estaban casi sumergidas en el agua y horas antes había preparado a su prometida para lo peor, diciéndole que creía que el agua había llegado hasta el techo y que el vestido no había sobrevivido.
Pero cuando llegó al cuarto de invitados, el vestido, aún empacado en la esquina superior del guardarropas, permanecía seco, solo unos centímetros por encima del agua.
Fotografías muestran a Perry en el bote en su camino hacia la Estación Central de Bomberos de Lumberton —que ahora es su hogar temporal— con el vestido sano y salvo.
Con solo el vestido a salvo, la pareja pospuso la boda. Perry dice que ni él ni el propietario tenían seguro contra inundaciones.
Y mientras él dice que aún hay mucho trabajo por hacer en las áreas inundadas, Hoekstra dice que espera regresar muy pronto a Texas.
“Nos casaremos otro día. Vamos a estar bien”.