“Esta conclusión no es ninguna sorpresa para la Fundación, puesto que en ningún momento ha habido indicio alguno de la veracidad de una pretendida paternidad. La inusual e injustificada decisión judicial de practicar la exhumación se confirma como totalmente inadecuada y desproporcionada, poniendo en evidencia su total improcedencia y la inutilidad de los costes y perjuicios de todo tipo que ha ocasionado, respecto a los cuales la Fundación reitera la expresa reserva de acciones”, afiman en un comunicado y añaden que les alegra el dictamen para poner fin a “una absurda y artificial polémica, y de que la figura de Salvador Dalí quede definitivamente excluida de unas pretensiones totalmente infundadas”.
El cuerpo del pintor surrealista español Salvador Dalí fue exhumado el 21 de julio, luego de una sentencia del tribunal a favor de una mujer que afirma ser su hija.
Dalí dijo una vez: “Los grandes genios producen niños mediocres, y no quiero pasar por esa experiencia”. Pero María Pilar Abel no cree que haya mantenido su palabra.
La Fundación Dalí calificó la exhumación como un “acto de violencia”.
La mujer de 61 años dice que su madre, empleada en una de las casas de Dalí en Port Lligat, mantuvo una relación clandestina con el artista. Abel quiere una prueba de paternidad.
Para acceder al cuerpo, en el Teatro- Museo Dalí en Figueres desde la muerte del artista en 1989, se tuvo que levantar la pesada losa de piedra sobre la tumba de Dalí.
Los científicos recogieron muestras de ADN del pelo y dientes del cuerpo embalsamado, dijo el abogado de Abel. Los resultados se conocerán a principios de septiembre.
Salvador Dalí descansa bajo una pesada losa en el Teatro-Museo Dalí en Figueras.
Tras la extracción de muestras biológicas, se ha vuelto a cerrar el féretro para devolverlo a su ubicación original. Inmediatamente después se ha procedido al reposicionamiento de la lápida, dándose por concluida la intervención judicial, explicó en un comunicado la Fundación Dalí, que agregó que la exhumación se llevó a cabo sin incidente alguno.
La Fundación Dalí quiso dejar constancia de que considera “del todo improcedente la exhumación” y que “la resolución judicial que acordó la exhumación no está motivada y carece de fundamento alguno”.
La familia de María Pilar Abel lleva más de una década intentando demostrar que es la hija de Dalí.
Abel trató de completar una prueba de paternidad en 2007 con ADN recogido de las pertenencias que dejó Dalí, pero los resultados no resultaron concluyentes. El Tribunal Supremo de Madrid admitió que no había otros restos fiables.
Afirmó que el objetivo de la exhumación era “obtener muestras de sus restos para determinar si es el padre biológico de una mujer de Girona (en el noreste de España) que presentó una demanda para ser reconocida como la hija del artista”.
La Fundación Salvador Dalí, que dirige el Museo, se había comprometido a apelar el fallo en junio, pero no sirvió de nada.
Dalí, conocido por su delgado bigote y su carácter ecléctico, es aclamado por sus pinturas surrealistas con rasgos igualmente eclécticos.
Murió a los 84 años. Él y su esposa Gala, con quien se casó en 1934, nunca tuvieron hijos. Ella murió en 1982.
Dalí y Gala vivían cerca uno del otro, pero no juntos. Estuvieron casados más de 50 años, pero ella fue principalmente su musa.
María Pilar Abel nació en Figueres en 1956, lo que significa que la supuesta relación habría ocurrido cuando Dalí tenía 51 años y su madre 25.
La decisión de exhumar Dalí ha provocado fuertes actitudes dentro de la ciudad.
“No sé si esta mujer lo hace por ganar dinero o por simplemente decir que ella es hija de Dalí, pero está bien que averigüe quién era su padre”, afirma José Luis Navarro, un jubilado de 74años.
“Su madre debería saber perfectamente si el es el padre o no. Deberían haberlo dicho antes y buscado el ADN antes de hacer lo que van a hacer ahora”, dice la retirada de 76a años Margarita Pescador.
Vasco Cotovio, Elizabeth Roberts y Nicholas Glass contribuyeron a este informe.