Nota del editor: Alejandra Oraa es presentadora de los programas Café CNN, Destinos e Impulso Latinoamericano de CNN en Español. En 2016, las Naciones Unidas la designó como embajadora de Buena Voluntad de ONUSIDA para América Latina y el Caribe. Las opiniones expresadas en este artículo pertenecen exclusivamente a la autora.
(CNN Español) – Desde el 2016, he sido embajadora de Buena Voluntad de ONUSIDA para toda América Latina y el Caribe, ¡y que experiencia he vivido!
Este mandato me ha permitido proyectar una vocación para abogar por una mayor educación y compresión acerca de la relación entre las desigualdades de género y la vulnerabilidad al VIH, sobre todo entre las mujeres y las jóvenes, porque lamentablemente nosotras podemos estar más expuestas que nunca.
Hemos avanzado mucho en Latinoamérica, pero tenemos que seguir luchando. Lamentablemente sigue siendo tangible la desigualdad en la política, en la economía, en la sociedad y lo índices de violencia de género y abuso sexual avergüenzan a la región (tenemos una de las tasas de feminicidios más altas del mundo).
La desigualdad de género contribuye a la propagación del VIH al encontrar impedimentos y menos recursos para poner en práctica medidas preventivas. Y si vives con VIH, ha diario luchas contra el estigma y la exclusión, que se ven agravadas por la falta de derechos.
En cuanto a los hombres de nuestra región, es menos probable que sepan que viven con el VIH y que traten de obtener tratamiento, por lo que es más probable que lo transmitan. Es una cadena de desinformación que limita la capacidad de no propagar el virus. Por eso el conocimiento es clave.
También durante mi recorrido, he visto como las barreras al acceso de servicio de salud sexual y reproductiva aumenta la vulnerabilidad al VIH.
Una persona que vive con el virus en terapia antirretroviral tiene una expectativa de vida similar a la de cualquier otra persona. Sin embargo, por el estigma, discriminación y falta de acceso a los servicios, a diario personas pierden la vida.
El sida ataca el cuerpo, el prejuicio ataca al espíritu. Uno es causado por un virus y otro por ignorancia.
Los periodistas gracias a nuestra vocación miramos el mundo de una manera diferente.
Lo analizamos y también cuestionamos las injusticias. Es una misión que sin lugar a dudas va mucho más allá de informar. Siempre he creído en el poder personal de cambiar nuestra realidad y sé que juntos podemos lograrlo, sobre todo en America Latina.
En toda nuestra región tenemos un hito en esta materia: somos una de las regiones del mundo con las proporciones más altas de personas que viven con VIH que conocen su diagnóstico. En el Caribe es más de 80% el índice de personas que viven con VIH conoce su estado y accede a la terapia antirretroviral.
Pero no podemos quedarnos ahí, la gran meta es eliminar la enfermedad para el 2030.
¡Estamos cerca! Erradicar el sida sería sólo un efecto colateral de la eliminación de barreras que nos impiden avanzar como sociedad.