(CNN) – David y Louise Turpin, acusados de mantener a sus 13 hijos cautivos y de encadenar a algunos de ellos en una sórdida casa del sur de California, tienen su primera audiencia judicial este jueves.
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El esposo, de 57 años, y su esposa, de 49, están acusados de tortura y de poner en peligro a los niños luego de que la policía descubriera que sus hijos parecían “desnutridos y muy sucios” y tres de ellos encadenados a muebles en su casa en Perris. La fianza de la pareja se fijó en 9 millones de dólares cada uno.
Las condiciones dentro de su casa estaban sucias, al igual que los hermanos, que tenían entre 2 y 29 años de edad. Algunos de ellos fueron encadenados a sus camas con cadenas y candados “en un entorno oscuro y de mal olor”, dijeron las autoridades. Aunque siete de los niños de Turpin son adultos, estaban tan demacrados que parecían niños, dijo la policía.
Las autoridades llegaron a la casa luego de una atrevida fuga de una niña de 17 años que se arrastró por una ventana y llamó al 911 usando un teléfono celular desactivado que había agarrado de la casa. Ella dijo a los policías que sus padres tenían cautivos a sus 12 hermanos y les mostró fotos, dijo el Departamento del Sheriff del Condado de Riverside.
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Cuando las autoridades llegaron, su madre estaba “perpleja de por qué” llegaron a su casa, dijo el capitán del condado de Riverside, Greg Fellows.
La investigación continúa, pero las condiciones de los niños de Turpin sugieren que han estado cautivos por “un período prolongado”, dijo este martes a la prensa Susan von Zabern, directora del Departamento de Servicios Sociales Públicos del Condado de Riverside.
El fiscal de distrito del condado de Riverside, Mike Hestrin, tiene programada una conferencia de prensa este jueves sobre el caso. No estaba claro de inmediato si los sospechosos tenían abogados o si habían presentado una declaración de culpabilidad.
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Mantenían a los niños aislados
Los vecinos dijeron que a los niños raramente se los veía afuera. Los familiares dijeron que no se les permitía verlos. Los niños fueron educados en casa, lo que los mantuvo alejados del público, otros estudiantes y profesores.
Aquellos que intentaron hablar con los niños fueron rechazados.
Un vecino de los Turpins cuando vivían en Texas, le dijo a la afiliada de CNN, KTVT, que la pareja “los mantuvo alejados de todos”. Cuando ese vecino le preguntó a uno de los niños su nombre, la niña dijo que no podían decir sus nombres a la gente, según el informe de la estación de televisión.
En 2015, Kimberly Milligan, una vecina de los Turpins en California, dijo que estaba con su hijo revisando las decoraciones de Navidad en las casas cercanas. Algunos de los niños más viejos de Turpin estaban colocando una escena de Natividad fuera de su casa, y ella felicitó sus decoraciones.
“Simplemente se congelaron”, recordó Milligan. “Se cerraron de inmediato”.
Parecían “muertos de miedo”, dijo. “Se podría decir que estaban aterrorizados”.
Milligan dijo que los niños estaban delgados y parecían desnutridos.