Logo de la sede de General Electric en Río de Janeiro, Brasil.

(CNNMoney) – John Flannery, el hombre contratado para reparar General Electric, heredó una bomba de tiempo de 31.000 millones de dólares cuando reemplazó al veterano director ejecutivo, Jeff Immelt, el año pasado.

Al igual que otras compañías, General Electric ha acumulado un conjunto de pensiones significativamente mal financiado. Pero, como la mayoría de las cosas últimamente en General Electric, su déficit de pensiones es mucho peor.

General Electric no solo tiene el mayor déficit de pensiones entre las compañías del S&P 500, sino que ese déficit es 11.000 millones de dólares peor que el de la compañía más cercana, según Dow Jones S&P Index. La cifra de 31.000 millones de dólares es de finales de 2016. No se han publicado cifras más recientes.

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La pesadilla de pensiones de General Electric es el resultado de años de falta de atención y de tasas de interés históricamente bajas que han aumentado los pasivos de las pensiones en todo el mundo.

Este no es solo un problema matemático: más de 600.000 empleados actuales y anteriores de General Electric dependen de estos cruciales beneficios de jubilación.

El déficit de pensiones es otra evidencia más de los problemas financieros de General Electric, que obligaron a la icónica compañía a recortar sus dividendos el año pasado por segunda vez desde la Gran Depresión. Las acciones de General Electric cerraron por debajo de los 17 dólares el jueves por primera vez en seis años.

“El balance general de General Electric es un desastre”, dijo Gautam Khanna, un analista de Cowen & Co. “No generan mucho dinero en efectivo, y tienen un plan de pensiones severamente mal financiado”, agregó.

General Electric no debe pagar los 31.000 millones de dólares de inmediato. En cambio, se requiere que la compañía realice pagos de pensión a lo largo del tiempo.

Bajo la dirección de Flannery, General Electric anunció planes en noviembre para abordar el problema de las pensiones, aprovechando los costos baratos de los préstamos. General Electric dijo que tomará un préstamo de 6.000 millones de dólares en 2018 para cubrir los pagos obligatorios de pensiones hasta 2020.

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Pero eso no soluciona el problema: solo se trata de cambiar un pagaré por otro.

“Simplemente le compra tiempo”, dijo John Inch, analista de Deutsche Bank.

Immelt heredó un enorme excedente de pensiones

El déficit de pensiones de General Electric es aún más notorio cuando se considera que la compañía tenía un superávit de pensiones de 14.600 millones de dólares en 2001, cuando Immelt reemplazó a Jack Welch como director ejecutivo.

Luego, General Electric decidió poner dinero en fusiones y adquisiciones en lugar de guardarlo para pagar lo que debía a sus empleados, dijo Inch. La temporalidad de muchos de esos acuerdos fue mala, contribuyendo en gran medida a la crisis actual de efectivo de General Electric.

A fines de 2008, la pensión de General Electric tenía un déficit de 7.000 millones de dólares, y estalló a partir de entonces. A pesar de ese déficit, Immelt recompensó a los accionistas con recompras de acciones, que buscaban aumentar el precio de las acciones. Entre 2010 y 2016, General Electric gastó alrededor de 40.000 millones de dólares para recomprar sus propias acciones, de acuerdo con FactSet.

“La empresa fue discutiblemente mal administrada”, dijo Inch. “No financió la pensión de manera adecuada, y ahora tiene una enorme pensión sin financiar”.

Immelt se negó a comentar, dirigiendo las preguntas a General Electric. La compañía no quiso hacer ningún comentario.

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Sin duda, otras grandes empresas tienen grandes déficits de pensiones. Boeing mostró un déficit de pensiones de 20.000 millones de dólares a fines de 2016, y General Motors enfrenta un pasivo de 18.000 millones de dólares.

Los fondos corporativos de pensiones suelen invertir el 40% o más de sus activos en bonos como la deuda pública de bajo rendimiento, según la OCDE. Y una década de tasas de interés cercanas a cero ha obligado a las empresas a asumir rendimientos más bajos.

En una presentación ante la Comisión de Bolsa y Valores (SEC, por sus siglas en inglés) el año pasado, General Electric dijo que el aumento en su déficit de pensiones es “principalmente atribuible a menores tasas de interés”, así como también a mayores pasivos.

General Electric advirtió que uno de los riesgos financieros que enfrenta es el “aumento sostenido en los costos de las pensiones” causado por la turbulencia del mercado o un “entorno continuo de tasas de interés bajas”. Sin embargo, General Electric también dijo que sus pasivos por pensiones podrían bajar significativamente si las tasas aumentaran.

General Electric tiene una gran familia de trabajadores actuales y antiguos a los cuales apoyar. Los diversos planes de pensiones de la compañía financian a cerca de 619.000 personas: aproximadamente 298.000 jubilados y beneficiarios, 227.000 antiguos empleados con derechos adquiridos y 94.000 trabajadores activos.

General Electric también patrocina planes de beneficios de seguro de vida y salud, posteriores a la jubilación, que cubren aproximadamente a 187.000 personas.

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La compañía trató de reducir sus obligaciones de pensiones mediante el cierre en 2011 del plan de pensiones para nuevos trabajadores asalariados.

Pero el problema aún se cierne sobre General Electric a medida que considera un cambio radical en los próximos meses. Flannery confirmó el martes que General Electric está contemplando lo que antes era impensable: dividir el conglomerado en piezas más pequeñas.

Pero los analistas advirtieron que los pasivos por pensiones de General Electric son tan grandes como para hacer que el desmantelamiento de la compañía sea muy complicado, si no es que imposible.

“Solo tiene sentido si ignoras los enormes pasivos de General Electric, como las pensiones con financiamiento insuficiente”, dijo Khanna de Cowen.