(CNN Español) – Siempre se ha dicho que Colombia es el principal aliado estratégico de Estados Unidos en la región. Y así lo han considerado por años los presidentes de ambas naciones. Pero hay dos temas que causan molestia en el gobierno del presidente Donald Trump: el aumento exponencial de los cultivos ilícitos y la migración desbordada de venezolanos hacia Colombia.
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Esos dos temas enmarcan la agenda de la visita a Colombia del secretario de Estado de Estados Unidos, Rex Tillerson. Y es que las cifras son preocupantes. El Ministerio de Defensa de Colombia reconoce que actualmente hay unas 200.000 hectáreas sembradas con coca en todo el país. En el 2017 el gobierno dijo estar haciendo su mejor esfuerzo para enfrentar el problema.
“Se cumplió la meta de 50.000 hectáreas de erradicación forzosa de cultivos de uso ilícito. El área erradicada corresponde a 500 kilómetros cuadrados, ese es el equivalente al territorio de Singapur” sostuvo en declaraciones a medios locales el ministro de Defensa Luis Carlos Villegas.
Pero el fenómeno de aumento de los cultivos ilícitos parece no mostrar una mejora sustancial y los avances son pocos a juicio de las autoridades de Estados Unidos.
“El hecho es que hay mucha coca. Y como siempre digo: Más coca, más cocaína, más problemas de seguridad pública y de salud pública en los dos países. Tenemos que enfrentar eso. Y estamos al lado de Colombia en este esfuerzo. Algo que para mí es muy interesante es lo de la interdicción. Hay cocaína, pero si podemos incautar más y más entonces estamos enfrentando el problema”, afirmó recientemente Kevin Whitaker, embajador de Estados Unidos en Colombia.
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El año anterior las Policía Antinarcóticos y la Infantería de Marina incrementaron los operativos contra los narcotraficantes, especialmente en la región del Pacífico colombiano. Según información oficial, en 2017 se incautaron 410 toneladas de cocaína pura que valen en el mercado de New York alrededor de 12.000 millones de dólares.
El secretario de Estado Tillerson trae al gobierno de Santos un mensaje sobre la necesidad reducir sustancialmente la producción de cocaína, que se ha incrementado desde mayo de 2015 luego de la suspensión de las fumigaciones aéreas con glifosato. El Ministerio de Salud de Colombia y la Corte Constitucional determinaron que la aspersión con ese químico tiene consecuencias para la salud de los campesinos de las áreas sembradas con coca.
El gobierno colombiano mantiene su postura de que el tema del narcotráfico es una cuestión de responsabilidad en doble vía: tanto de los países productores como de los países consumidores. Y que la cuota de sacrificio del país, en términos de vidas y daños al medio ambiente, ha sido muy alta en las tres largas décadas de guerra contra las drogas.
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En cuanto a la difícil situación política y social de Venezuela, hay coincidencias entre los dos gobiernos sobre el impacto negativo que tiene la inmigración masiva de ciudadanos venezolanos a Colombia y a varios países de la región. El secretario de Estado Tillerson ha manifestado en su gira por América Latina que su gobierno ve con preocupación el deterioro de la democracia en Venezuela y las consecuencias para la región.
Y el presidente Juan Manuel Santos también ha dicho públicamente que le preocupa la falta de garantías para lo oposición política en Venezuela y la llegada masiva de ciudadanos del vecino país que buscan oportunidades de empleo, salud y acceso a alimentación. Todo ocurre en momentos en que el presidente Nicolás Maduro endurece su discurso contra Bogotá e insulta a su homólogo colombiano, con quien prácticamente ha roto relaciones en público y en privado.
Según cifras de Migración Colombia y la Cancillería, unos 500.000 venezolanos viven actualmente en Colombia, muchos de ellos en condiciones de inmigrantes indocumentados.
A Colombia también le preocupa que el presidente Donald Trump tenga entre sus prioridades la revisión de los tratados de libre comercio. El TLC con Estados Unidos está en vigor desde mayo de 2012. Y ha significado, para los exportadores, la posibilidad de llevar más productos al principal mercado internacional de Colombia, especialmente después de que colapsaron las relaciones comerciales con Venezuela, históricamente el segundo mercado para los empresarios colombianos.
Para Colombia, mantenerse como principal socio estratégico de Estados Unidos en la región depende de la manera en que se aborden estos problemas, especialmente en momentos en que se avecinan las elecciones presidenciales que, en mayo, definirán el reemplazo de Juan Manuel Santos después de ocho años en el poder.