(CNN) — La extraordinaria historia de un matrimonio chino reuniéndose con su hija casi 24 años después de que desapareciera ha emocionado a millones de personas en China.
La hija de Wang Mingqing y Liu Dengying desapareció en el invierno de 1994 cuando la pareja estaba vendiendo fruta en la ciudad de Chengdu (en el centro del país) en un día particularmente bullicioso.
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Wang fue a buscar cambio para un cliente en un puesto cercano cuando su hija empezó a andar, según los medios locales.
“Al principio, pensamos que nuestra hija estaba siendo traviesa, luego, cuando terminamos de recorrer todos los rincones del puente Jiuyan, nos dimos cuenta de que había desaparecido”, dijo Liu al diario Chengdu Huaxi City Daily.
“Después de eso, dejamos el trabajo y fuimos a todos los orfanatos de Chengdu, pero no tuvimos suerte. Yo iba caminando y mi esposo en bicicleta y así estuvimos durante medio año. Es como tratar de sacar una aguja del mar”.
La búsqueda sin descanso de la pareja finalmente dio sus frutos esta semana, cuando conocieron a su hija, a quien llamaron Qifeng pero había sido renombrada como Kang Ying por sus padres adoptivos.
Kang Ying, ahora en la veintena, viajó con su esposo e hijos a Chengdu el martes, donde fue recibida por su familia perdida hace mucho tiempo y un gran grupo de medios.
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La familia lloró cuando Wang y Kang se abrazaron, con Kang diciendo a su hija: “tu papi te ama”.
Conduciendo por Quifeng
Wang y su esposa pasaron años buscando a su hija después de su desaparición, repartiendo carteles, publicando llamamientos en internet y sacando anuncios en periódicos para dar a conocer su caso, según la televisión estatal CCTV.
Como no tenían una fotografía de Qifeng, en su lugar usaron una de otra de sus hijas porque las dos se parecían.
Pasaron los años y la familia rechazó salir de Chengdu con la esperanza de que un día su hija volvería.
En 2015, Wang decidió conducir para el servicio de viaje compartido Didi Chuxing para llamar más la atención sobre su caso, o con la remota posibilidad de que algún día su hija fuera clienta, informó la agencia de noticias china Xinhua.
A los medios chinos les llamó la atención la táctica y reportaron el caso.
“Un día, mi hija podría ser la persona que se siente en mi coche”, contó Wang a un periódico local.
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Afortunadamente para él, un dibujante de la policía vio la historia y se ofreció a ayudar dibujando una imagen de cómo se vería la niña cuando fuera adulta. Esa imagen llegó a Kang Ying.
Ahora siendo una mujer casada y con hijos que vive en Jilin, a miles de kilómetros de Chengdu, Kang se sorprendió por lo mucho que la imagen se parecía a ella. Sus padres dijeron que fue encontrada en una carretera en Chengdu, por lo que las pistas se sumaron. Kang creció a solo kilómetros de distancia.
Se puso en contacto con Wang en WeChat, una popular aplicación de mensajería china, y descubrió que compartía un rasgo clave con su hija: una pequeña cicatriz en la frente. Después de hablar, Kang aceptó tomar una prueba de ADN, y fue positiva.
Si bien el caso ha emocionado los corazones, también está aumentando la conciencia sobre el tema del tráfico de niños en toda China, pues hay quien trata de sacar provecho de la venta de bebés que terminan siendo adoptados en China o en el extranjero.
El año pasado, el Departamento de Estado de Estados Unidos nombró a China como uno de los peores del mundo en lo que respecta al tráfico de personas, una decisión que recibió una dura condena en Beijing.
Josh Berlinger reportó y escribió desde Hong Kong, Jemina Barr informó desde Beijing. Serenitie Wang, de CNN, contribuyó a esta nota.