(CNN) – Cuando 13 trabajadores norcoreanos desertaron de un restaurante en China, en abril de 2016, fue una propaganda positiva para Corea del Sur y una gran vergüenza para su país.
Pero el último giro de la historia de 12 camareras de Corea del Norte y su gerente juega a favor de Pyongyang.
Heo Gang-il, el gerente del restaurante coreano en la ciudad portuaria china de Ningbo, le dijo a CNN, en su única entrevista con medios internacionales, que las jóvenes no desertaron: las engañó para que fueran a Corea del Sur a pedido de la agencia de espionaje de este país, el Servicio Nacional de Inteligencia (NIS).
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Él dice que se convirtió en informante de la agencia de inteligencia tras desilusionarse del régimen de Kim Jong Un. Asegura que cinco de sus amigos fueron ejecutados sin juicio y que temía correr la misma suerte.
El gobierno de Corea del Sur sostiene que las 12 mujeres jóvenes desertaron por su propia voluntad. En ese momento, el Ministerio de Unificación, a cargo de asuntos de Corea del Norte, incluidas las deserciones, tomó la inusual medida de promocionar el hecho y dijo que era la mayor deserción grupal desde que Kim asumió el poder en 2011.
El NIS no respondió a las llamadas de CNN para conocer su postura sobre la versión de Heo. En tanto, el Ministerio de Unificación ha dicho que estudia las circunstancias de la llegada de las mujeres a Seúl.
En ese momento, la Cruz Roja de Corea del Norte calificó el incidente de “secuestro grupal”. Este sábado, Corea del Norte reiteró su demanda de que Corea del Sur envíe a las 12 mujeres a su país, diciendo que demostraría la voluntad de Seúl de mejorar las relaciones.
Traicionado
Heo dice que se encontró por primera vez con un agente de NIS en Shanghái en noviembre de 2015. Este, asegura, le dio un contrato para que firmara, una bandera de Corea del Sur y le pidió que hiciera una promesa de lealtad. “Me sentí orgulloso, hablamos sobre mis futuras misiones”, dijo.
Él dice que fue fotografiado con la bandera, algo que lo haría un traidor a los ojos de Corea del Norte.
Heo afirma que uno de sus clientes étnicos coreano-chinos, que de alguna manera se enteró de su vínculo con el NIS, lo chantajeó, amenazando con decirle a las autoridades de Corea del Norte que estaba trabajando con la agencia de inteligencia. Fue entonces que Heo decidió desertar a Corea del Sur.
“El NIS me dijo que trajera a todos conmigo, les dije que eso era imposible, que era extremadamente arriesgado porque si Corea del Norte se enteraba de esto era demasiado peligroso. El NIS me dijo que los trajera sin importar nada”.
Y, dice, fue claramente amenazado por Corea del Sur.
“Su actitud cambió de repente, y me dijeron que si no llevaba a los trabajadores conmigo, me reportarían a la embajada de Corea del Norte y me matarían”, dijo.
En total, el restaurante, que servía las delicias de Corea del Norte mientras el personal hacía presentaciones para los clientes, empleaba a unos 20 norcoreanos como servidores, cocineros y animadores.
Fue uno de los muchos restaurantes que el gobierno de Corea del Norte opera en todo el mundo y que se cree que cuentan con miembros de confianza de la élite norcoreana. Actúan como embajadores de cualquier tipo y ganan divisas muy necesarias para el régimen, lo que hace que su deserción resalte aun más.
Heo: Me dijeron que mintiera
Heo asegura que el NIS le dijo que mintiera a las camareras y las trajera a Corea del Sur. Les dijo a los trabajadores que se estaban mudando a mejores hospedajes.
“Les dije que hicieran las maletas, que teníamos que mudarnos, les mentí y los metí en varios taxis. Les dije a los conductores que los llevaran al aeropuerto de Shanghái”.
El Ministerio de Unificación de Corea del Sur dijo en ese momento: “Trece desertores voluntariamente decidieron partir y continuar con la fuga sin ayuda externa”.
‘Algo está terriblemente mal’
El afiliado surcoreano de CNN, JTBC, que primero entrevistó al gerente, localizó a tres camareras en Corea del Sur. Dijeron que Heo les había engañado para que se fueran. Una dijo que quería regresar a Corea del Norte. La emisora no reveló sus identidades y CNN no pudo verificarlas.
Tomaron un vuelo rumbo a Kuala Lumpur, capital de Malasia. “Nos metieron en automóviles. Fue entonces cuando vi la bandera de Corea del Sur y la embajada. Cuando íbamos a la embajada de Corea del Sur en Malasia, pensé que algo estaba terriblemente mal aquí”, dijo una de las mujeres entrevistadas por JTBC.
Afirman que Heo los amenazó, diciendo que sus familias serían asesinadas si regresaban, por lo que aceptaron seguir.
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‘Esto es un secuestro’
Una semana después de que las 12 mujeres llegaron a Seúl, un equipo de CNN en Pyongyang entrevistó a siete mujeres, que afirmaron que eran las camareras que no volaron con Heo a Malasia. CNN no pudo verificar de forma independiente su identidad.
“A mediados de marzo, nuestro gerente de restaurante nos reunió y nos dijo que nuestro restaurante se mudaría a algún lugar del sudeste asiático”, dijo la camarera principal Choe Hye Yong.
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No está claro por qué Heo ha decidido romper su silencio ahora. Pese al riesgo de ser tratado como un traidor, un crimen punible con la muerte, él dice que quiere regresar a Corea del Norte.
Él afirma que se siente traicionado y manipulado por el gobierno de Corea del Sur y su agencia de inteligencia.