(CNN) – Este jueves, cuando ocurrió el ataque en el periódico Capital Gazette, fue el día más mortal para el periodismo en Estados Unidos desde el 11 de septiembre de 2001, el día del atentado terrorista en Nueva York.
Cuatro personas murieron en la oficina del periódico en Annapolis, Maryland, y una quinta persona murió tras ser llevada al hospital.
Rob Hiaasen, Gerald Fischman, Wendi Winters y John McNamara eran editores, y Rebecca Smith era asistente de ventas para el medio.
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“Lo que sucedió aquí fue muy calculado”, dijo la reportera Selene San Felice a CNN.
Ella estaba en la sala de redacción cuando escuchó los disparos. “Creo que esta persona iba tras los editores”, agregó.
El reportero Phil Davis dijo a CNN que se escondió bajo un escritorio durante el ataque. Cuando escuchó que el pistolero volvía a cargar, dijo que se preguntabó: “¿Moriremos todos?”.
Las autoridades locales dijeron que el periódico era el “blanco”. Diferentes funcionarios encargados de hacer cumplir la ley le dijeron a CNN que el sospechoso del tiroteo es Jarrod Warren Ramos, quien había presentado una demanda por difamación contra el medio de comunicación que fue desestimada.
Las noticias del tiroteo causaron escalofríos en las salas de redacción de todo Estados Unidos.
Las amenazas contra los miembros de los medios han ido en aumento en los últimos años. Pero los asesinatos de periodistas estadounidenses son muy raros.
La última vez que varios periodistas fueron asesinados durante su asignación en los EE. UU. fue en 2015, cuando un exempleado atacó a dos miembros de un equipo de noticias de WDBJ TV, durante un informe en vivo en Virginia.
La periodista Alison Parker y el fotoperiodista Adam Ward fueron asesinados. El jueves, Chris Hurst, que estaba comprometido con Parker cuando la mataron, tuiteó en respuesta al tiroteo de Annapolis: “La amenaza a los periodistas es real y se volvió mortal una vez más hoy en Annapolis. Mis condolencias a todos los afectados en la sala de redacción @capgaznews”.
El Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés), que rastrea las amenazas a los periodistas en todo el mundo, dijo que “siete periodistas fueron asesinados en relación con su trabajo en Estados Unidos” desde que el grupo comenzó su labor de rastreo en 1992.
El grupo señaló que “un periodista musical fue asesinado en Chicago” a principios de este año, pero “el CPJ todavía está investigando el motivo de ese asesinato”.
“Periódicos como el Gazette hacen un trabajo vital, y nuestros pensamientos están con ellos en medio de esta tragedia desmesurada”, dijo el director ejecutivo del CPJ, Joel Simon, en un comunicado. “La violencia contra periodistas es inaceptable, y damos la bienvenida a la investigación exhaustiva de las motivaciones detrás del tiroteo”.
La base de datos del CPJ incluye la muerte de un periodista el 11 de septiembre: un fotógrafo de noticias independiente. Seis ingenieros de transmisión que trabajan para estaciones de televisión también murieron en los ataques terroristas, para un total de siete miembros de los medios de comunicación.
Es por eso que la cifra de muertos del jueves lo convierte en el día más mortífero para la industria desde los ataques terroristas.
“Estamos enfocados en brindar apoyo a nuestros colegas y sus familias”, escribió en un documento interno Justin Dearborn, presidente ejecutivo de la empresa dueña del Capital Gazzete. “Los miembros de nuestro equipo de liderazgo corporativo están viajando a Maryland de inmediato para ayudar a nuestros líderes locales y empleados en Annapolis y Baltimore”, agregó.
