(CNN) – Los milénicos recién empiezan a ser elegidos al Congreso, pero algún día podrían ser el grupo generacional más grande allí, imprimiéndole su enfoque a la política y al gobierno, lo que podría incluir el socialismo democrático.
Un buen ejemplo: Alexandria Ocasio-Cortez, la socialista demócrata de 28 años que el martes ganó su primaria en Nueva York, derrotando sorpresivamente al representante que lleva 10 periodos en el cargo.
Más que cualquier otra generación anterior, los milénicos aprueban el socialismo. Una encuesta de 2016 halló que el 55% de las personas de entre 18 y 29 años dijeron que lo ven en forma positiva (el 57% apoyó el capitalismo y el 78% apoyó la libre empresa). Comparemos esto con los mayores de 65, de los que solo el 24% tiene una visión positiva del socialismo. La campaña presidencial de Bernie Sanders fue clave para popularizar el socialismo democrático, pero la situación económica de los milénicos también tiene peso.
En una época de creciente inequidad económica, los milénicos particularmente se están quedando atrás. Un estudio reciente del Banco de la Reserva Federal de St. Louis halló que los milénicos nacidos en la década del ochenta, tienen un ingreso neto 34% inferior al esperado. Y desde 2009 se ha duplicado la deuda estudiantil alcanzando US$ 1,4 billones, un factor que reduce el porcentaje de propietarios de vivienda entre los más jóvenes, según un estudio del Banco de la Reserva Federal de Nueva York.
Para muchos milénicos endeudados y con pocos recursos, el socialismo democrático no es extremo sino la forma de arreglar un sistema que, en su opinión, los ha defraudado. Y Socialistas Demócratas de EE.UU., una organización a la que Ocasio-Cortez pertenece, enumera entre sus objetivos la disminución de la influencia del dinero en la política y empoderar a las personas en el lugar de trabajo y en la economía, temas con amplio apoyo.
Ocasio-Cortez dijo en un anuncio publicitario que su campaña se trata de “las personas vs. el dinero”, posicionándose como una candidata decidida a arreglar un sistema quebrado que favorece a los adinerados y a los privilegiados. Su mensaje resonó entre los votantes del 14.º distrito congresional de Nueva York, y podríamos oírlo con más frecuencia a medida que más candidatos milénicos se postulen a cargos.
El martes, en su discurso de triunfo, dijo que su victoria “no es el final”, sino el comienzo. Y agregó: “El mensaje que le enviamos al mundo esta noche es que no está bien anteponer los donantes a la comunidad”.