McAllen, Texas (CNN) – La primera dama de Honduras desanimó a los ciudadanos de su país para que no intenten cruzar la frontera de México y Estados Unidos de manera ilegal, y prometió abordar los problemas que los hacen huir.
“Permanezcan en su país y busquemos soluciones que los apoyen”, dijo Ana García Carías, esposa del presidente de Honduras Juan Orlando Hernández este lunes.
García Carías hizo los comentarios después de recorrer un centro de procesamiento de inmigrantes en McAllen, Texas, con miembros de una fuerza de tarea de inmigrantes del gobierno de Honduras que ella lidera. La primera dama visitó los refugios para inmigrantes en Estados Unidos y México antes; esta es la primera visita que hace García Carías desde que entró en efecto la política de migración de tolerancia cero del gobierno de Donald Trump.
Honduras —el segundo país musa pobre de Centroamérica, con el 60,9% de la población viviendo en la pobreza— es uno de los cinco primeros países desde donde los inmigrantes indocumentados ingresan a Estados Unidos. De los 12,1 millones de inmigrantes indocumentados que vivían en Estados Unidos en 2014, 400.000 eran de Honduras, según estadísticas del Departamento de Seguridad Nacional publicadas en 2017.
Durante su visita al Centro de Procesamiento Úrsula, la primera dama de honduras confirmó que los niños ya no estaban siendo separados de sus familias. Del centro de procesamiento, las familias son enviadas en un plazo de 72 horas a centros de detención en Texas, dijo ella. O son liberados con monitores electrónicos en sus tobillos, agregó.
La primera dama habló con representantes de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos sobre sus planes para procesar inmigrantes bajo el decreto firmado por Trump, pero no proporcionó detalles. Tampoco dio detalles sobre lo que describió como una conversación sobre el intercambio de información entre Estados Unidos y Honduras sobre la prestación de servicios consulares para niños no acompañados.
En el año fiscal de 2017, 40.810 niños sin compañía fueron enviados a la Oficina de Reasentamiento de Refugiados del Departamento de Salud y Servicios Humano; de ellos 23% eran de Honduras.
La violencia generalizada de las pandillas alimenta la inestabilidad y el sufrimiento. Los criminales han exhortado a los hondureños a pagar un arbitrario “impuesto de guerra” para su supervivencia. Aquellos que no pueden pagar usualmente son asesinados. Un hombre de Honduras que entró a Estados Unidos con su niño de tres años la semana pasada, dijo que huyó de esa amenaza. Otra mujer que habló con CNN dijo que las pandillas la amenazaron con matarla a ella y a su hijo si él no se les unía.
García Carías dijo que estuvo algún tiempo con las familias y los menores no acompañados que venían de Honduras y que discutió las razones que los llevaron a huir. Algunos dijeron que querían reunirse con sus familiares; otros buscaban mejores oportunidades económicas que las que hay en Honduras, y otros dijeron que huyeron de la violencia.
García Carías dijo que el presidente de Honduras está comprometido con luchar contra esas circunstancias, y les pidió a las familias permanecer en su país por la seguridad de sus niños.
“Más trabajos, más educación, mejor infraestructura y la asegurada de todos son las prioridades del Gobierno”, dijo la primera dama de Honduras.
– Dianne Gallagher reportó desde Texas. Emanuella Grinberg escribió esta historia en Atlanta. Ángela Barajas contribuyó con este reporte.