Nota del editor: Pedro Brieger es un periodista y sociólogo argentino, autor de más de siete libros y colaborador en publicaciones sobre temas internacionales. Actualmente se desempeña como director de NODAL, un portal dedicado exclusivamente a las noticias de América Latina y el Caribe. Colaboró con diferentes medios de su país como Clarín, El Cronista, La Nación, Página/12, Perfil y para revistas como Noticias, Somos, Le Monde Diplomatique y Panorama. A lo largo de su trayectoria Brieger ganó importantes premios por su labor informativa en la radio y la televisión argentina.
(CNN Español) – Posiblemente muchos pensaron que el exilio del presidente del gobierno catalán Carles Puigdemont en octubre del año pasado y la aplicación del artículo 155 de la Constitución española ese mismo mes para intervenir Cataluña iban a mantener suspendida la cuestión catalana en el tiempo.
Sin embargo, la política tiene imprevistos y coincidencias que pueden cambiar un panorama político de la noche a la mañana. La conformación de un nuevo gobierno con Quim Torra como su presidente en Barcelona se produjo dos semanas antes de la inesperada destitución de Mariano Rajoy en Madrid. Y todo cambió.
Por un lado, al formarse un gobierno catalán cayó el artículo 155 y se desactivó la intervención de Cataluña. Por el otro, inesperadamente, después del éxito de la moción de censura contra Rajoy, Pedro Sánchez, del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), el 2 de junio asumió como nuevo presidente del Gobierno español.
Si bien Rajoy y Sánchez coinciden en rechazar cualquier atisbo de independencia catalana, las señales desde Madrid han cambiado en apenas un mes. Sánchez no se opuso al traslado de los presos políticos catalanes desde las cárceles madrileñas a territorio catalán —algunos de ellos en prisión provisional desde octubre y noviembre del año pasado— en un claro gesto de distensión. Y apenas éstos llegaron, fueron visitados por el presidente del Parlamento y el presidente de Gobierno que no ocultan sus ideas independentistas
Y si Rajoy rechazó en su momento cualquier encuentro con Puigdemont dentro o fuera de España, Sánchez accedió a una primera reunión con Torra en el Palacio de la Moncloa en Madrid. Queda claro que ambos parten de puntos irreconciliables porque el PSOE no reconoce el derecho a la autodeterminación de catalanes y vascos, pero el PSOE necesitó de los votos nacionalistas para destituir a Rajoy. Juntos pueden celebrar que el Partido Popular del expresidente se desangre fuera del poder y carezca de liderazgo. Madrid y Barcelona se acercan, pero la distancia que existe tampoco garantiza gobernabilidad en el Reino de España.