(CNN Español) – El miércoles 18 de julio se cumplen tres meses desde el inicio de las manifestaciones en Nicaragua que comenzaron por la reforma del Seguro Social. El presidente Daniel Ortega después dio marcha atrás, pero la violencia continuó, enfrentando a grupos pro-grobierno, con parapolicías, con grupos de manifestantes, especialmente estudiantes universitarios.
El número real de muertos es desconocido, pues la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) cifra en casi 300 los fallecidos (273 confirmaron el sábado a CNN, pero el lunes aumentaron en 10 el número de muertos). El Gobierno de Ortega, por su parte, sólo confirmó 53 fallecidos en las protestas, varios de ellos policías.
Según la Asociación Nicaragüense Pro-Derechos Humanos, Anpdh, son más de 350 muertos.
Por lo que respecta a las cifras de heridos, tampoco hay datos oficiales, pero el Centro Nicaraguese de los Derechos Humanos habla de más de 3.000. Tampoco hay datos sobre los detenidos, aunque hay denuncias de retenciones “arbitrarias”.
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La Iglesia católica denuncia una situación de crisis contra los derechos humanos, ante la presencia de paramilitares y fuerzas oficialistas contra la población inconforme con el gobierno de Ortega.
¿Con qué armas están matando? ¿De quién son?
Aunque varios grupos pro derechos humanos han identificado a los llamados grupos paramilitares y parapoliciales como los victimarios de la represión en Nicaragua, hay pocos detalles sobre el tipo de armamento que están utilizando y sobre quiénes serian los responsables de suministrar dicho armamento.
Por varios días CNN ha tratado de identificar el tipo de armamento que estarían utilizando.
El equipo de Conclusiones ha mantenido conversaciones con testigos, familiares de algunas víctimas mortales, heridos y también con la Cenidh, el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos, y en todos los testimonios se han identificado 7 tipos de armas:
- EL AK-47, un fusil de asalto de uso oficial del Ejército.
- RPG-7, un lanzacohetes antitanque portátil de origen ruso y con un alto poder explosivo y de fragmentación.
- El PKM, una ametralladora moderna de uso militar con alta capacidad de munición. En diferentes variaciones, puede cargar de 100 a 200 balas.
- El Dragunov, un fusil de francotirador semiautomático de origen ruso con tiro de precisión militar.
- También, escopetas calibre 22, armas 9 milímetros, granadas y hasta morteros.
Estas armas son armas de guerra y en Nicaragua, de acuerdo con los estatutos constitucionales, solo pueden ser utilizadas por el ejercito nicaragüense. Sin embargo, en las fotografías en pantalla que han sido recopiladas por el Cenidh, se observan a hombres encapuchados no identificados portando estas armas y atacando a la población.
El Ejército niega ser participe y han dicho mediante un comunicado que “…tiene control absoluto de su personal, armamento” y agregan que hay información falsa “con imágenes manipuladas que tienen como objetivo hacer creer el involucramiento de personal y armamento del Ejército” en los enfrentamientos.
La Policía Nacional, por su parte, asegura que los grupos antigobierno, sobre todo los grupos estudiantiles que estaban resguardados en la Universidad Nacional Autónoma en Managua, son quienes están armados.
Pero pese a las declaraciones del Gobierno, varios médicos que hemos contactado y que han atendido víctimas en los principales centros médicos en Managua aseguran que las balas que están extrayendo son de armamento de guerra y denuncian, al igual que lo ha hecho la iglesia católica en Nicaragua y la CIDH, que los heridos no están siendo atendidos a tiempo porque los mismos grupos paramilitares y parapoliciales están negando el paso de ambulancias y equipos médicos en las áreas de enfrentamiento.
Con información de Kay Guerrero