El delta del río Ganges en la bahía de Bengala en Bangladesh. Imagen de archivo

(CNN Español) – Un huracán golpea con fuerza la costa. Las aguas provenientes del mar agitado ya han inundado plazas, avenidas y, muy pronto, tu casa. Escasos centímetros te separan de miles de dólares en pérdidas. Pero no solo el creciente nivel del mar amenaza tu vivienda, sino también el agua que los ríos han vertido a lo largo de toda la de costa, incluso a miles de kilómetros de distancia.

Es como vivir en Houston (Texas) y ser inundado con agua del río Mississippi durante una marejada. Solo que el Mississippi desemboca a más de 500 kilómetros al este de Houston.

Para entender cómo esto podría ser posible, Christopher Piecuch, investigador de la Institución Oceanográfica Woods Hole, analizó más de 100 años de datos de la descarga de los ríos y de los mareómetros a lo largo de la costa este de los Estados Unidos y el Golfo de México.

De acuerdo con Piecuch, cuando ríos como el Mississippi descargan en el océano, la rotación de la tierra hace que las aguas que abandonan el continente se desvíen y regresen hacia la costa (un proceso conocido como Efecto Coriolis). Así, estas grandes masas de agua dulce se alargan sobre el margen del continente formando una corriente costera que se extiende por cientos de kilómetros

Debido a que el agua de los ríos es menos densa, flota sobre el océano, cambiando el nivel del mar en las zonas litorales.

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Un mensaje para los escépticos

El Dr. Harold Wanless, externo a la publicación, sugiere que las implicaciones de este estudio envían un mensaje importante para los escépticos del cambio climático. Wanless es climatólogo de la universidad de Miami y experto en los efectos de huracanes en zonas costeras.

“Con frecuencia observamos una falta de correlación entre las mediciones del nivel del mar que hacen los mareómetros y las que hacen los satélites, así que este articulo ofrece una explicación que ilustra que ambos registros funcionan bien, pero que los procesos dominantes son distintos”, afirmó Wanless, que es profesor y presidente del Departamento de Geología de la Universidad de Miami.

Esto explicaría las discrepancias entre las observaciones de los mareómetros cerca de la costa y las mediciones satelitales usadas para calcular los cambios del nivel del mar a escala global, un argumento usado en algunas ocasiones por los negadores del cambio climático.

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¿Por qué no lo sabíamos?

Desde los años 70 se había pensado que el agua de los ríos podía aumentar o disminuir el nivel del mar en la costa, pero hasta ahora los científicos descubren lo que pasa realmente cuando estas dos masas de agua entran en contacto. Un fenómeno que había escapado a las observaciones satelitales.

“Debido a la cercanía del continente, los datos de altimetría tomados por los satélites cerca de la costa están ‘contaminados’; tú puedes medir con precisión cambios en el nivel del mar solo a una distancia aproximada de siete kilómetros de la costa”, nos contó el Dr. William Llovel, experto en mediciones satelitales del Laboratorio de Estudios Geofísicos y Oceanografía Espacial (LEGOS), de Toulouse, Francia, quien no participó en el estudio.

Un llamado para las ciudades costeras

Todos los expertos concuerdan en que, en términos del cambio absoluto en el nivel del mar, la contribución de los ríos es pequeña en comparación con el derretimiento glaciar. Sin embargo, la presencia de estas grandes masas de agua dulce flotando frente a la costa requieren de nuestra atención, en especial durante huracanes y marejadas.

“Solo en Florida, es increíble ver cuántas casas y centros importantes están a menos de un metro por sobre el nivel actual del mar. Esto es aterradoramente bajo. Cualquier pequeño incremento como éste, que puede agregar unos centímetros extra a una marejada, es la diferencia entre estar mal y totalmente devastado”, dijo Wanless.

Los expertos consultados se muestran optimistas frente a estos nuevos avances. No solo en cuanto a la mejora de los modelos del impacto del cambio climático en las próximas décadas, como nos explicó Llovel, sino también en mejorar los pronósticos de los efectos de huracanes y marejadas en el corto plazo.

En este último caso, según Wanless, “este es el tipo que cosas sobre las que necesitamos un mejor entendimiento para hacer mejores pronósticos. Las comunidades tienen que saber cómo mejorar su infraestructura y este es una gran preocupación en este momento”.