(CNN) – La Dirección de Medicinas y Alimentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) ha alertado sobre una forma en que las personas pueden acceder a los opioides para abusar de ellos: sus mascotas.
A medida que la epidemia de opioides en Estados Unidos se hace más cruda, algunos dueños de mascotas podrían estar robando medicamentos para el dolor destinados a sus amigos peludos, según una declaración del comisionado de la FDA, el doctor Scott Gottlieb.
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“Reconocemos que los opioides y otros analgésicos tienen un papel legítimo e importante en el tratamiento del dolor en los animales, al igual que lo hacen para las personas”, dijo Gottlieb en un comunicado el miércoles.
“Pero, al igual que los medicamentos opioides utilizados en humanos, estos medicamentos tienen riesgos potencialmente graves, no solo para los animales, sino también por su potencial para provocar adicción, abuso y sobredosis en humanos que pueden usarlos”, agregó.
Gottlieb también dijo que no había mucha información sobre la prescripción responsable de opioides para los profesionales de Medicina Veterinaria, por lo que la FDA desarrolló una guía de recursos sobre lo que los veterinarios deben saber.
El recurso incluye información sobre regulaciones estatales y federales, alternativas a los opioides y cómo proteger y almacenarlos, así como cómo identificar si un cliente o empleado puede estar abusando de los opioides y tomar medidas con un plan de seguridad.
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“Los veterinarios también deben contar con la licencia de la FDA para recetar opioides a los pacientes con animales, al igual que todos los proveedores de atención médica cuando prescriben para su uso en humanos”, dijo.
“Estas medidas están diseñadas para ayudar a garantizar el equilibrio crítico entre asegurarse de que los animales puedan ser tratados humanamente por su dolor, y abordar la realidad de la epidemia de uso indebido, abuso y sobredosis cuando estos medicamentos son desviados y utilizados ilegalmente por humanos”.
La declaración de la FDA se produjo una semana después de que un documento en el American Journal of Public Health convocara a las comunidades veterinarias, de salud pública, farmacéuticas y reguladoras a dedicar tiempo y recursos para abordar el tema de la derivación de opioides recetados en medicina veterinaria.
El informe encontró que un 13% de los veterinarios de Colorado sabían que sus clientes hacían daño a sus mascotas (o fingían que tenían dolores) para que se les recetaran medicamentos contra ese dolor.
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“Si este es realmente el caso y los dueños de mascotas están dañando intencionalmente a los animales, eso es un problema de derechos de los animales. Si se recetan opiáceos y no llegan a las mascotas que los necesitan porque se están desviando estos medicamentos, ese es un problema de salud pública”, dijo Liliana Tenney, instructora de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Colorado y subdirectora del Centro de Salud, Trabajo y Medio Ambiente, que fue coautora del artículo.
El portavoz de la Asociación Médica Veterinaria de Estados Unidos, Michael San Filippo, destacó en un comunicado el miércoles que la Asociación ha proporcionado recursos para el personal veterinario para ayudar a combatir este problema y dijo que la asociación continuará monitoreando la situación.