(CNN) - Entre los rascacielos de Hong Kong, ocho personas de la tercera edad se reúnen en el deportivo Happy Valley Recreation Ground en el distrito de Wan Chai. Es hora de su clase semanal de qigong, una antigua práctica china de mente y cuerpo similar al tai chi.
Es verano en la isla, y a las 8:30 de la mañana, la temperatura ya asciende a 27 grados, con un alto nivel de humedad, pero el clima no disuade a los estudiantes de qigong del maestro Joe Lok. Ellos creen de todo corazón en los efectos positivos que la práctica brinda a su salud.
La palabra qigong es una combinación de qi, que significa energía, y gong, que se traduce como realización o práctica, explicó Lok, que ha estado practicando qigong por casi 30 años.
Es la realización o práctica de la energía e implica tomar conciencia de tu respiración, sentir la energía dentro de ti y luego ejecutar una serie de movimientos lentos y coordinados.
El movimiento, la meditación y la respiración controlada son los elementos básicos de cada sesión de qigong, donde el objetivo principal es el bienestar holístico.
Lok explica que “para hacer qigong … debemos simular que estamos vacíos, así que lo primero que debemos vaciar es la mente, por eso tratamos de no pensar en nada y solo escuchamos nuestra respiración, relajamos toda la fuerza y relajamos la mente, entonces es una especie de meditación”.
Se ha demostrado que la meditación mejora el estrés, la ansiedad, la depresión y el trastorno de estrés postraumático. Los expertos creen que va de la mano con hábitos saludables que pueden mejorar nuestra longevidad.
En consecuencia, el qigong en sí es una práctica de salud, dijo Lok.
Sentir la energía
Para Lok es vital que todos sus alumnos experimenten el qi antes de comenzar cualquier movimiento. Él practica el qigong taoísta, que tiene una fuerte conexión con la naturaleza, explicó. En su clase, dice que puedes comenzar a experimentar el qi simplemente manteniendo una postura específica.
Tus pies deben estar separados a la distancia de los hombros y los dedos de los pies ligeramente hacia afuera. Desde aquí Lok te sugiere respirar profundamente y enderezar la curva de tu columna inferior moviendo las caderas ligeramente hacia adelante. Con las manos sueltas, relaja el cuerpo para que no sienta ninguna presión o tensión en las articulaciones.
Lok pide a sus alumnos que se concentren y extiendan las manos frente al estómago señalando un ángulo hacia el suelo.
Luego les pregunta si pueden sentir el qi, un sentimiento cálido o una sensación de vida en la punta de los dedos que a menudo causan una sensación de hormigueo. Una vez que todos sus alumnos lo sienten, la rutina de movimiento puede comenzar.
Advierte que fácilmente puedes hacer los movimientos con las manos sin experimentar realmente el qi, y eso sería completamente contrario al propósito de su práctica.
El objetivo de los movimientos es eliminar los bloqueos, liberar el dolor y refrescar el cuerpo y la mente.
Lento pero seguro
Los movimientos en qigong son muy lentos. Los estudiantes levantan sus brazos sobre su cabeza, giran sus muñecas, bajan sus brazos y luego hacen movimientos circulares con sus manos. Lok dice que “tan pronto como entres en él, el qi comienza a fluir”.
Las emociones también se calman y la gente tiende a vivir más feliz, cree Lok.
En una época en que se prioriza el bienestar y decenas de prácticas surgen a diario, elementos de la antigua práctica de qigong forman la base de muchos de ellos y los estudios destacan los beneficios.
Despojarlo de misterio
Cecilia Chan, presidenta del Departamento de Trabajo Social y Administración Social de la Universidad de Hong Kong, ha estudiado los efectos del qigong durante años. Su objetivo es simple: desmitificar los beneficios aparentemente inexplicables.
Hay muchos “conceptos erróneos sobre el qigong”, dice Chan, cuyo equipo estudia el qigong interno o el ejercicio del qigong, un conjunto simple de movimientos en los que los participantes no reciben energía a través de un maestro de qigong, sino que usan su propia energía para hacer los movimientos, de forma similar a otras prácticas de movimiento, como el yoga.
No estudian el qigong externo, en el cual muchos creen que un maestro puede darte energía curativa mediante gestos con las manos.
Chan cree que la práctica puede ser beneficiosa para la salud, especialmente para aquellos con síndrome de fatiga crónica.
Su equipo realizó estudios con mujeres con fatiga crónica en 2012, concluyendo que el qigong “puede mejorar los síntomas de fatiga crónica y el funcionamiento mental”. Llevaron a cabo otro estudio en 2017 para explorar si también puede reducir la depresión entre las mujeres con fatiga crónica.
“Con nuestro estudio descubrimos que mucha gente después de practicar qigong… se vuelve más positiva. Se vuelven menos complacientes con su sufrimiento y dejan el rol de víctima más fácilmente”, dice Chan.
Ella compara el qigong con otras prácticas de mente y cuerpo, como el yoga, y agrega que “enseña una filosofía de dejar ir”, ayudando a quienes lo practican a adoptar una “filosofía de dejar ser… y ser feliz contigo mismo”.
Investigadores de la Universidad de Harvard también han estado explorando los efectos del qigong en la salud, su investigación encontró que esta práctica puede ayudar con la función motora y la depresión en personas con enfermedad de Parkinson.
Pero Lok no necesita que lo convenzan de que funciona en muchos niveles. Él es testigo de los beneficios curativos en clase.
“Hay evidencia de que beneficia a la vida en general. Si tienes un poco de tiempo, prueba el qigong. Quizás veas el milagro en el qigong, pero si no lo intentas, no hay manera… Encuentra un profesor cerca de ti o busca en línea y comienza a hacer un poco. Es muy fácil, y el beneficio es muy bueno”, comenta.