Nota del editor: Kate Maltby es divulgadora y columnista habitual en Reino Unido sobre temas de cultura y política, y crítica teatral para The Times of London. También está culminando un doctorado en Literatura del Renacimiento, habiendo obtenido un doctorado colaborativo entre la Universidad de Yale y el University College London. Las opiniones expresadas en este comentario son suyas.
(CNN) – Hay una línea en la exitosa película de 1988 “Heathers”, que ahora se presenta como un musical en el West End de Londres, cuando el grupo de las chicas populares realiza una encuesta absurda en la cafetería de su escuela secundaria. “Heredas 5 millones de dólares el mismo día que los extraterrestres aterrizan en la Tierra y dicen que la van a explotar en dos días. ¿Qué haces?”. Las respuestas son tan difusas como salvajes: votos de caridad desinteresada, fantasías de llevar a Madonna a la prostitución, diseños para zoológicos con bombas suicidas “para que tú y el león mueran como un solo ser”.
Esta semana, los ganadores de dos grandes premios de lotería podrán vivir sus propias fantasías de grandes gastos. El premio de Mega Millilons de este martes es 1.600 millones de dólares y el de Powerball del miércoles no es poca cosa con 620 millones de dólares. No hay ni siquiera una promesa de invasión extraterrestre que acorte el tiempo en el que podrían gastar el dinero.
Pero en la vida, como en la ficción, siempre hay un problema. ¿Un repentino e imprevisto beneficio como este realmente vale la pena? A principios de este año, una mujer de New Hampshire presentó una demanda por el derecho a conservar el anonimato mientras reclamaba su premio de Powerball de 560 millones de dólares. La mayoría de los estados siguen considerando que la identidad de los ganadores de la lotería es un asunto de interés público.
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Si eso suena como un precio que vale la pena por un cambio de vida de 500 millones de dólares en la vida, ten en cuenta la cantidad de ganadores de lotería que han tenido espeluznantes destinos luego de que se difundiera la noticia de su suerte.
En 2006, Abraham Shakespeare ganó 30 millones de dólares en Florida. Menos de tres años más tarde, fue encontrado enterrado bajo un pieza de hormigón. Doris “Dee Dee” Moore, una mujer que se hizo amiga misteriosa de Shakespeare tras ganar el premio, fue finalmente condenada por el asesinato. Ella se había ofrecido a ayudar a Shakespeare a administrar sus ganancias, y en su lugar lo mató para quedarse con ellas.
Shakespeare no es el único ganador que ha sido asesinado. En noviembre de 2015, Craigory Burch Jr. ganó 400.000 dólares en Illinois y posó con el cheque. Dos meses después fue asesinado en su casa por pistoleros que exigían su dinero.
El “Cuento del perdonador” medieval de Chaucer cuenta la historia de tres hermanos arrogantes, ansiosos por buscar y destruir la muerte. Cuando se encuentran con un anciano en su viaje, por lo que dice el cuento, él los dirige: “para encontrar la Muerte, tomen este camino torcido” y los señala a un brillante cofre de oro enterrado en las raíces del árbol. Solo se necesita esta ganancia repentina para asegurar que los tres hermanos se maten entre sí.
Seiscientos años más tarde, JK Rowling adapta el cuento a los libros de Harry Potter para contar la historia de la la varita de sauco. En esta versión, la Muerte le regala al mayor de los tres hermanos una varita mágica todopoderosa, pero no puede protegerlo mientras duerme. Emocionado por su nuevo poder, se emborracha en una posada cercana y se jacta de su buena suerte, con lo que cae dormido y un hombre le corta la garganta. (“Y así, la Muerte se llevó al primer hermano”). El conocimiento popular a través de los siglos nos ha advertido: demasiado oro o poder repentinos y atraes el tipo equivocado de envidia.
Aún así, ¿quién no quiere ganar la lotería? Solo mantén la boca cerrada, haz todo lo posible para reclamar el anonimato (más fácil en algunos estados que en otros) y no muestres tu dinero, ¿verdad?
Si fuese así de simple. Incluso si puedes mantenerte fuera del centro de atención, es difícil adaptarse a la riqueza repentina cuando no estás acostumbrado. La adicción a las drogas ha plagado a los ganadores de la lotería. Jack Whittaker, quien ganó el Powerball en 2002, perdió a su hija y su nieta por culpa de las drogas y culpó a su repentina riqueza por alimentar sus gastos en drogas. (“Mi nieta está muerta por el dinero”, dijo Whittaker en 2007. “Sabes, mi esposa dijo que deseaba haber roto el boleto. Bueno, también me hubiera gustado que lo rompiéramos”, agregó).
Dado que ganar 1.600 millones de dólares parece ser un gran problema, podrías considerar no jugar la lotería esta semana. Si estas historias de horror de una maldición de “lotería” no te desaniman, recuerda los viejos argumentos morales: los boletos de lotería se compran principalmente en vecindarios pobres, por personas que no pueden darse el lujo de tirar su dinero. Incluso si tu compra de Powerball esta semana es algo inusual, estás alimentando una industria impulsada por perpetuar las adicciones al juego.
Pero si realmente tienes que jugar esta semana, disfruta de la emoción. Solo cruza los dedos, cuenta tus estrellas de la suerte y reza para que no ganes.