(CNN) – La existencia de más de una decena de supuestas bases de misiles secretas en Corea del Norte no debería sorprender a nadie, ni a Estados Unidos ni a Corea del Sur.
Ambos países han tenido acceso a información de inteligencia militar que de lejos excede lo que está disponible en el sector privado.
En todo caso, al menos los hallazgos del centro de pensamiento en Washington, el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS por sus siglas en inglés), solo revela las vastas complejidades de las estancadas charlas sobre desnuclearización, y el aumento de más preguntas sobre los verdaderos impactos de la histórica cumbre del 12 de junio entre el presidente de Estados Unidos Donald Trump y el líder norcoreano, Kim Jong Un.
El reporte del CSIS usó imágenes satelitales para localizar el lugar de bases de misiles norcoreanas “no declaradas”, en particular Sakkanmol, una base de misiles operacional equipada con misiles balísticos de corto rango que podrían “acomodar fácilmente” ojivas balísticas de mediano alcance.
The New York Times reportó primero las imágenes del CSIS con el titular “In North Korea, Missile Bases Suggest a Great Deception”.
La Casa Azul, como se le conoce a la sede de la presidencia de Corea del Sur, dijo este martes que la existencia de los misiles no era “nada nuevo” y rechazó el uso de la palabra “decepción” que utilizó el diario y el enfoque similar que le dieron otros medios, entre ellos CNN, citando un riesgo de socavar conversaciones sensibles.
“Hablar sobre ‘secretos’ o ‘no declarado’ o ‘decepción’ puede traer posibles malentendidos en este momento cuando hay una necesidad por un diálogo entre Estados Unidos y Corea del Norte, porque puede bloquear las conversaciones y socavar la apertura de la negociación”, dijo un funcionario de la Casa Azul.
El funcionario dijo que Corea del Norte no se había comprometido previamente a cerrar la base de misiles de Sakkanmol, en el que se enfocó el reporte del CSIS, diciendo que “no había un tratado o negociación que ordenara el cierre de esa base de misiles”.
Es verdad que el programa de misiles de Corea del Norte nunca fue incluido en el acuerdo firmado en Singapur por ambos líderes, y no parecería violar ningún acuerdo firmado por Pyongyang.
En un acuerdo vagamente redactado, Trump y Kim se comprometieron a construir “una paz estable y duradera en la península de Corea”, y “trabajar hacia la completa desnuclearización” de la península.
Pyongyang no está violando esa promesa al seguir operando esas bases de misiles. De hecho, la mayoría de analistas concuerdan con que Kim sería un tonto si desmantela las instalaciones activas sin haber firmado un acuerdo.
En su discurso de Año Nuevo, el líder norcoreano instó a su nación a que refuerce su disuasión nuclear produciendo misiles y ojivas nucleares de forma masiva.
Kim está haciendo exactamente lo que prometió.