(CNN) – ¡Tenemos un trato! Bueno, una especie de trato. Apenas 872 días desde que el Reino Unido votara para abandonar la Unión Europea, el texto del “acuerdo de retirada” se acordó entre los equipos de negociación de ambas partes. La primera ministra de Gran Bretaña, Theresa May, ahora tiene que persuadir a los miembros de su gabinete para que le den su bendición. Desafortunadamente para May, ahí es donde comienzan sus dolores de cabeza.
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Vender el acuerdo al gabinete
Desde hace tiempo se reconoce que el mayor problema que enfrenta May es la realidad política en Londres.
Hay muy poco amor en cualquier lado del debate sobre el su plan para el brexit, y eso comienza a nivel del Gabinete.
El Gabinete de May está profundamente dividido entre los partidarios ardientes del brexit y los que votaron para permanecer. Ahora debe convencer a los miembros de probrexit de que el texto, que se espera que incluya un acuerdo que mantiene a todo Reino Unido en estrecha alineación con la UE, cumple con el resultado del referéndum de 2016.
Si ella falla, entonces es probable que tenga que regresar a Bruselas para renegociar, eso si no la obligan a renunciar. Sin embargo, ella debería ganar a los ‘brexiteers’ del gabinete…
Luego vuelve a Bruselas
Con el Gabinete del Reino Unido en línea, se convocará para noviembre una cumbre de emergencia del consejo de la UE, los 28 estados miembros que conforman la Unión Europea. O, al menos May espera eso.
En esta cumbre, los estados miembros aceptarán el texto de retiro, lo que permitirá que sea trasladado a las cámaras legislativas de la UE y Reino Unido.
Debido al hecho de que el negociador principal de la UE, Michel Barnier, ha trabajado estrechamente en cada etapa con la UE27, los 28 estados miembros menos Reino Unido, se supone que esto será poco más que un ejercicio de sello.
Lo siguiente: la Cámara de los Comunes
Esta será la parte más complicada del proceso, y se le podría perdonar a la primera ministra por golpearse la cabeza contra una pared.
Después de haber pasado meses tratando con la UE y viendo a una sucesión de ministros del gobierno renunciar por su gestión de brexit, debe enfrentarse a su propio Parlamento. El año pasado, ganó el derecho a votar sobre el borrador del acuerdo, algo que el gobierno estaba dispuesto a evitar.
Esto se conoce en Reino Unido como el “voto significativo” y permite a los diputados la oportunidad de dar su veredicto sobre el contenido del texto de retiro y el acuerdo político asociado sobre la futura relación entre Reino Unido y la UE.
Desde que May perdiera su mayoría en el Parlamento después de una elección improvisada en 2017, la aritmética ha sido un desafío para ella.
La prioridad para el Partido Laborista de la oposición es derribar al gobierno de May y forzar una elección, por lo que está virtualmente garantizado que votará en contra del acuerdo. Pero May también sabe que una parte significativa de sus propios parlamentarios detestan el acuerdo que ha alcanzado con la UE y están listos para rechazarlo.
Luego está el Partido Unionista Democrático de Irlanda del Norte, o DUP, cuyos 10 diputados apoyan a su gobierno. El DUP ha estado convencido desde el primer día de que cualquier acuerdo que socave el lugar de Irlanda del Norte como parte del Reino Unido los llevaría a votar en contra.
Si May pierde esta votación, entonces todas las apuestas están perdidas. El gobierno ha sostenido durante mucho tiempo que se trata de su acuerdo de sí o no, pero en realidad aún podría hacer un llamamiento a Bruselas e intentar obtener algunas concesiones adicionales.
En teoría, el gobierno, en este punto liderado por May o alguien más, podría llevar a los comunes un acuerdo revisado y tener otro intento de lograrlo. Si no lo hace, lo más probable es que se produzca una caída del gobierno, una elección general y una miríada de posibles resultados, incluido un segundo referéndum.
Pero si ella gana este voto…
Más drama en los Comunes
Suponiendo que el voto significativo pase, una suposición enorme en este punto, entonces debe ser traducido a la ley de Reino Unido. Aquí es donde entra en juego el Proyecto de Ley de Acuerdo de Retirada de la UE. Esto estipulará formalmente los términos bajo los cuales Reino Unido dejará la Unión Europea y entrará el período de implementación.
Normalmente, los legisladores pueden enmendar legislación como esta y frustrar al Gobierno. Pero como el brexit es un acuerdo entre el gobierno de Reino Unido y la UE, que no tiene voto en la Cámara de los Comunes, es difícil ver cómo los parlamentarios podrían influir en él (aunque podrían hacer la vida muy difícil para el gobierno de Reino Unido).
El fracaso de la votación en esta etapa presumiblemente llevaría a Gran Bretaña a quedarse fuera de la UE sin un acuerdo, y una importante crisis política. Pero, si May logra obtener la factura de retiro…
Aún más drama en los Comunes
A continuación, la Ley de Reforma Constitucional y Gobernabilidad de 2010, de la que poco se habla, que requiere que el gobierno presente ante el Parlamento cualquier cambio en los tratados internacionales con un memorando explicativo.
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En esta etapa, uno supondría que una vez aprobado por el Parlamento, este sería un trato hecho. Pero el brexit siempre ha sido una pelea complicada. Se podría esperar que aquellos que aún se oponen al acuerdo que se está llevando a cabo recojan las rocas que puedan encontrar y se las lancen al gobierno.
De vuelta a Bruselas
Si el acuerdo llegara tan lejos, el proceso final de ratificación del acuerdo se traslada al Parlamento Europeo. Dado que, a estas alturas, el acuerdo ya habrá sido acordado a nivel del Consejo y en el Parlamento del Reino Unido, es difícil ver una razón para que el Parlamento de la UE lo arruine, especialmente porque la mayoría en Bruselas quieren que el brexit quede fuera del camino, por lo que pueden concentrarse en las elecciones europeas, que tendrán lugar el próximo año. Pero el brexit, como quizás ya hayas notado, puede ser extraño. Sin embargo, suponiendo que pase esta fase final…
¡Bong! 29 de mayo: día del brexit
A pesar de los deseos de muchos ‘brexiteers’ de línea dura, el Big Ben no replicará en la nueva era de independencia del Reino Unido.
Pero ese día está marcado en el borrador del acuerdo, y es probable que esos ‘brexiteers’ se consideren que han perdido la batalla y tienen poco que celebrar.